¿Quién es el dueño del caballo de paso fino más caro en Colombia? Vale $5 mil millones

Las grandes adquisiciones equinas suelen ser un tema interesante para aquellas personas que son amantes a los animales de campo. A diferencia de las metrópolis en donde abundan carros ostentosos, en las fincas y haciendas hay equinos que llegan a costar hasta 5 mil millones de pesos. Ese es el caso de “Dulce Sueño de Lusitania”, un imponente caballo de paso fino que es considerado el más caro en la historia de Colombia.

Este animal, de 26 años, se roba las miradas por su porte y pelaje que responde a una descendencia de 1.800 crías. Nacido y criado en Sonsón, Antioquia, fue propiedad de Darío Chica Arias, un experto en doma y entrenamiento de equinos.

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Chica, que también es propietario del Criadero Lusitania, recuerda cuando Dulce Sueño era un potro de trocha, delgado, pero con muy buen brío y patas. También era muy temperamental, por lo que se ganaba sus buenas arriadas.

“Era muy trochador y muy elevado de brazos. Entonces se lo dejé a un muchacho que lo montaba y que me ayudaba. Cuando tenía 34 meses trataba de afinarse, pero muy poco”, dijo al medio Agronegocios.

Después de 10 meses montándolo, el caballo comenzó a adentrarse en el paso fino, siendo en 2020 y 2021 el mejor reproductor en Colombia, Estados Unidos, Panamá y República Dominicana.

“Una vez, cuando ya tenía unos 38 meses el caballo, llegó Gabriel Jaime y lo vieron, como a las 9 lo mandé a Lusitania y me fui para la casa. Luego dije ‘qué afán de vender este potro, si cada vez que le doy silla mejor se pone’”, narró a Agronegocios, y agregó que unos puertorriqueños le ofrecieron hasta $100 millones, pero no fue suficiente porque el animal ya era muy bueno para ese precio.

Fue una gran adquisición para Vejarano, porque antes de la compra le estudió la genética y demás análisis médicos a Dulce Sueño, llegando a la conclusión de que era un magnífico animal. De hecho, dijo en una entrevista con Paso Fino TV, mientras se tomaba una copa de vino, que la buena genética del caballo fue crucial para su compra.

“Este fue un caballo que fue pagado 100 % con transferencia, con facturas y con todos los impuestos tanto del comprador como del vendedor. El caballo no podía salir de Colombia por motivos medicinales, pero a mis manos llegó y todo se solucionó. La gran suerte que tuve yo fue que el caballo pudiera salir de Colombia, porque dejarlo ahí sería imposible la recuperación financiera de esa inversión”, puntualizó.

Finalmente, Vejarano aseguró que las crías del equino cada día son mejores y más comerciales, además, Dulce Sueño de Lusitania se lleva todas las miradas en las ferias en las que participa.