Trump asegura que el flujo de drogas por mar a EE.UU. está «casi muerto»

MIAMI, Estados Unidos. – En una mesa redonda conducida este jueves por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca, altos funcionarios del gobierno describieron un balance de incautaciones y operaciones contra narcotraficantes con foco en el Caribe y Centro/Suramérica. 

Trump aseguró que el flujo por mar “está casi muerto” y que el próximo frente será por tierra: “Ahora están entrando por tierra (…), la tierra será lo siguiente”. Añadió que las “drogas que llegan por mar están como al 5% de lo que eran hace un año, menos del 5%”, y que llevará el tema al Congreso.

Consultado sobre si buscará una declaración formal de guerra contra los cárteles, el mandatario descartó ese paso y elevó el tono: “No creo que vayamos necesariamente a pedir una declaración de guerra. Creo que simplemente vamos a matar a la gente que está trayendo drogas a nuestro país. (…) Vamos a matarlos.”

El Gobierno defendió una estrategia de inteligencia y golpes quirúrgicos contra lanchas rápidas y semisumergibles. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, resumió el método: “Los rastrearemos. Los cartografiaremos. (…) Los conectaremos en red y los cazaremos y los mataremos”. En el plano operacional, describió “ataques cinéticos” para “cambiar la psicología de estas organizaciones terroristas extranjeras” y citó un caso reciente: “Los dos que sobrevivieron al disparo contra el semisumergible fueron tratados por médicos estadounidenses y entregados de inmediato a su país de origen, esperando que enfrenten procesamiento”.

Hasta este jueves, Estados Unidos ha lanzado nueve ataques contra embarcaciones presuntamente usadas para el narcotráfico: siete en el Caribe y dos en el Pacífico. Las “narcolanchas” han sido destruidas y al menos 37 personas han muerto.

Trump insistió en que su equipo conoce la logística de las embarcaciones: “Lo sabemos todo sobre ellas (…). Cuando ves cinco motores, cinco motores en una lancha a unas 65 millas por hora, cargada de polvo blanco en cajas plateadas, por lo general eso no es buena señal. No van a pescar. Y no ves cañas de pescar”.

El presidente ligó el giro táctico a una recomposición del flujo: “Las ‘drogas de mar’ están casi muertas y no pueden entrar tan rápido por tierra. (…) Será mucho más peligroso para ellos”. “Lo verán pronto”, adelantó.

En el plano regional, Trump negó reportes sobre vuelos de bombarderos B-1 “cerca de Venezuela”, pero remarcó: “No estamos contentos con Venezuela por muchas razones. Las drogas son una de ellas.” Además, acusó al régimen venezolano de haber “vaciado sus prisiones” hacia Estados Unidos en el pasado.

Interrogado sobre una supuesta ruta para introducir fentanilo desde China “a través de Venezuela”, Trump respondió: “Lo están haciendo, sí”. Enlazó esa afirmación con su política arancelaria: “Ahora mismo [China] está pagando un 20% de arancel por el fentanilo (…). El 1 de noviembre, el arancel a China sube a 157%”, y dijo que el tema será “lo primero de la lista” en su próxima reunión con Xi Jinping. Agregó un cálculo de costos: “Piensa en esto: ganan 100 millones vendiendo fentanilo en nuestro país (…) [y] pierden 100.000 millones con el arancel del 20%”.

México y Colombia fueron objeto de señalamientos directos. Al hablar de los cárteles, Trump afirmó: “México está dirigido por los cárteles (…). Tenemos que defendernos de eso”. Sobre Colombia, dijo: “Colombia es un antro de drogas. (…) Producen cocaína a niveles que nunca habíamos visto antes. Y la venden de vuelta aquí”. También cuestionó al presidente de Colombia, Gustavo Petro, al que calificó de “mal tipo, matón”.

Trump reivindicó los resultados bajo su mando: “Nunca habíamos logrado un progreso como el que hemos logrado”, dijo, en referencia a la disminución del flujo marítimo y a su presión diplomática con China por el fentanilo. Reiteró que, en paralelo al frente externo, acudirá al Legislativo: “Podemos ir al Senado, podemos ir al Congreso y contarles”.

El presidente también defendió públicamente a sus fuerzas de seguridad y a las unidades conjuntas que participan en arrestos vinculados con terrorismo y crimen organizado, al criticar a autoridades locales que —según dijo— cuestionan esas operaciones. Aunque esto no forma parte del balance de incautaciones, enmarcó el mensaje de “tolerancia cero” en el mismo discurso sobre narcotráfico y seguridad interior.

En cuanto a metodología e inteligencia, la Casa Blanca sostuvo que puede “mapear redes” y “identificar quién está conectado con quién” dentro de las organizaciones, capacidades que —subrayaron— suelen asociarse a teatros de guerra como Afganistán e Irak, pero que ahora aplican “en nuestro propio hemisferio” a lo que describen como “organizaciones terroristas extranjeras”. Según esa lógica, los “ataques cinéticos” pretenden disuadir futuras incursiones de lanchas rápidas y semisumergibles.

Pese al énfasis en resultados, no se aportaron desgloses verificables —por tipo de droga, jurisdicción, fecha u operación— que permitan auditar la afirmación de que el tráfico por mar “está como al 5%” frente a hace un año. Tampoco entrega evidencias independientes sobre la ruta del fentanilo “a través de Venezuela”, más allá de la aseveración presidencial.