
Los cubanos no pueden entender el mundo que les pintan los medios oficiales
- Cuba
- abril 3, 2025
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LA HABANA, Cuba. – Para los cubanos residentes en la Isla que dependen exclusivamente de la información tendenciosa, sesgada y llena de clichés que brindan los medios oficiales, tales como el periódico Granma y el Noticiero de la Televisión Nacional (NTV), resulta prácticamente imposible entender lo que sucede en el cada vez más complejo mundo de hoy.
Los medios al servicio del régimen y las declaraciones y comunicados del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) dan una visión distorsionada del mundo, en blanco y negro, sin matices, de buenos muy buenos y malos muy malos. Invariablemente, siempre los malos son Estados Unidos y sus aliados, sobre quienes hacen recaer las culpas por todo lo negativo que ocurra en el mundo, y los buenos, todos aquellos que vayan en contra de Estados Unidos, absolutamente todos, no importa por las razones que sean o los métodos que utilicen para el enfrentamiento.
Es una visión maniquea, con más de tres décadas de atraso, anterior a la caída del Muro de Berlín, del tiempo de la Guerra Fría, que sigue dividiendo el mundo en capitalista y comunista. No importa que hoy China, con su capitalismo de Estado regentado por la dictadura del Partido Comunista, y la Rusia de la oligarquía putinesca ―que algunos comunistas nostálgicos se empeñan en seguir considerándola como si fuera aún la extinta Unión Soviética― sean tan capitalistas como Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
Los mandamases del tardocastrismo, que del socialismo solo mantienen la retórica en los discursos y que, con sus fallidas políticas económicas, han sometido a los cubanos a los peores rigores del “capitalismo salvaje”, siguen aferrados al concepto de izquierdas y derechas, sin importarles que ambas categorías, que datan de la Revolución Francesa, cada vez se hacen más irrelevantes (hoy suelen coincidir los objetivos e intereses de los ultras de ambas banderías).
Los ideólogos del PCC y los periodistas de los medios a su servicio no deben de tener dudas de que los terroristas de Hamás, Hizbulah, la Yihad Islámica, el régimen teocrático de los ayatolas iraníes y los hutíes no son ni remotamente de izquierda, ni siquiera “progresistas”, como suelen llamar a los compañeros de viaje y otros tontos útiles. Pero no importa, basta que estén en contra de Estados Unidos, y de Occidente en general, para que el régimen cubano los cuente dentro del bando de los suyos.
Así, los mandamases castristas han sido amigos de tiranos a quienes han congratulado y hasta condecorado con la máxima distinción nacional: Muamar el Gadafi, Sadam Husein, Mengistu Haile Mariam, Robert Mugabe, los miembros de la dinastía Kim de Corea del Norte, Daniel Ortega, Nicolás Maduro, Aleksandr Lukashenko y Vladímir Putin.
Los cubanos que no sean dados a utilizar para informarse la internet censurada, cara y lenta de que disponen, y dependen para saber qué pasa en el mundo de lo que dicen los medios oficiales, y las cadenas de televisión Russia Today y TeleSUR, no pueden entender, por ejemplo, la guerra en Ucrania.
Pese a proclamarse antiimperialista, el régimen cubano no ha tenido reparos en ponerse del lado ruso para justificar la agresión de Putin contra Ucrania, una guerra imperialista de manual, como lo fueron antes las que llevó a cabo contra Chechenia y Georgia, motivadas por las ansias de recomponer los imperios zarista y soviético.
Así, los medios al servicio del régimen cubano repiten hasta la saciedad la cantaleta del Kremlin de que la “operación militar especial”, como eufemísticamente llama Putin a una guerra que ya dura tres años y ha provocado muchos millares de muertes, se debió a los afanes expansionistas de la OTAN, y fue para resguardar las fronteras rusas y proteger a la población rusoparlante de Donetsk y Lugansk.
Mientras claman por los civiles palestinos muertos en Gaza, en Cuba no dicen una palabra acerca de los civiles muertos en Ucrania por los indiscriminados ataques aéreos rusos ni de los miles de niños ucranianos secuestrados y llevados a Rusia para ser rusificados.
Con tantas historias mal contadas, medias verdades manipuladas, desinformación y bombardeo adoctrinador, tienen que resultar ininteligibles y desconcertantes para los cubanos los cambios ocurridos en los últimos años en la política mundial y la actual crisis geopolítica. De ahí, los disparates que creen y repiten muchos compatriotas, algunos incluso después que emigran.