
Ya no basta con cobrar más a los «altos» consumidores eléctricos
- Cuba
- junio 5, 2025
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LA HABANA, Cuba. – A finales de 2020 Cuba se aprestaba a iniciar el llamado “ordenamiento monetario”, y por tanto se daban a conocer los nuevos precios y tarifas que regirían para los bienes y servicios en toda la red del comercio estatal.
En ese contexto, el periódico Granma del lunes 14 de diciembre de 2020, publicó las nuevas tarifas eléctricas que estarían en vigor a partir del 1ro. de enero de 2021 para el sector residencial. Se trataba de una tarifa progresiva que iba aumentando su monto a medida que crecía el consumo del usuario. Así, hasta un consumo de 100 KW/h, la tarifa era de 0,40 CUP por cada unidad consumida. Y ya para un consumo de más de 5.000 KW/h, la tarifa ascendía a 25 CUP. Evidentemente, el objetivo era desestimular los altos consumos eléctricos, que se empezaban a manifestar principalmente por parte de los propietarios de negocios particulares.
Este intento de regulación del consumo mediante un aumento de las tarifas, sin que mediara algún tipo de presión extraeconómica, podría clasificar dentro de los instrumentos indirectos o económicos de dirección, recogidos en la “Conceptualización del Modelo Económico y Social de Desarrollo Socialista”.
Pero al cabo de cinco años la situación es bien distinta. El funcionamiento del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) atraviesa por un momento de suma gravedad, tal y como lo han reconocido las propias autoridades, con apagones que casi siempre tienen a la mayor parte del país a oscuras.
Con vistas a tratar de justificar la debacle se efectuó recientemente un pódcast Desde la Presidencia, que contó con la participación del gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, y el director de la Unión Eléctrica de Cuba, Alfredo López Valdés.
En este encuentro no se habló para nada de cobrar una tarifa más elevada a los altos consumidores, y sí de planificar mejor y velar por la racionalidad en los consumos. El director de la Empresa Eléctrica se refirió a las altas temperaturas que influyen en el crecimiento de la demanda, y mencionó que en los circuitos que se apagan, la falta de corriente puede llegar a 18 o 19 horas diarias. A continuación el funcionario expresó la necesidad de poner un plan estricto a los consumidores estatales y a los demás actores que están en circuitos priorizados, y por tanto no se apagan. Y concluyó aseverando que “al que está en ese circuito que no se apaga, nosotros tenemos el derecho de pedirle que use la electricidad racionalmente”.
Todo hace indicar que ya no basta con cobrar tarifas más elevadas por los altos consumos eléctricos. Los directivos del sector estiman que de todas formas los consumidores pagarían esas tarifas, y no se reduciría el consumo, que es el objetivo gubernamental.
Por ese motivo las palabras del director de la Empresa Eléctrica contienen un matiz que se aleja del mecanismo económico, y se adentran en el campo de la presión política sobre los altos consumidores, que nuevamente parecen ser los actores del sector no estatal de la economía. De esta forma el principio indirecto o económico de dirección, va dando paso a mecanismos directos o administrativos.
De todas formas, a un régimen totalitario como el cubano, aun cuando se esfuerce por mantener su actuación por canales de persuasión económica, es casi inevitable que en cualquier momento le aflore la veta de la sinrazón.