Varios repartos de Santa Clara llevan semanas «sin una gota» de agua

«Tengo las llaves abiertas desde el mes pasado a ver qué cae, pero nada de nada», lamenta una mujer residente en la ciudad del centro de la Isla.

SANTA CLARA, Cuba. – Desde el mes pasado los vecinos de los repartos Santa Catalina y Camacho de la ciudad de Santa Clara no reciben agua del acueducto: lo mismo que pasa en otros barrios de la urbe donde sus habitantes han tenido que recurrir a la compra de pipas “por la izquierda”. Por llenar completamente una cisterna y los tanques elevados de una vivienda los “piperos” cobran entre 5.000 y 6.000 pesos.

“Aquí en esta zona hay gente que llena con pipas compradas todas las semanas, pero otros tenemos que vivir de la caridad de los que tienen pozos y cargar el agua en galones, en cubos, en lo que sea”, afirma Lourdes Velazco, residente en Camacho-Libertad, quizá la zona más crítica con respecto al abasto de agua. “Tengo las llaves abiertas desde el mes pasado a ver qué cae, pero nada de nada”, lamenta la mujer.

A finales del año pasado, los medios locales reportaron la adquisición en el extranjero de cuatro nuevos equipos de bombeo para mejorar la conductora Minerva-Ochoíta, la más antigua de la ciudad y la cual abastece a gran parte de los repartos con mayor índice poblacional. Aunque en diciembre aseguraron que los trabajos de instalación concluirían con bastante prontitud, hasta la fecha no se han puesto en marcha todas las bombas. De hecho, otras fuentes oficiales confirmaron recientemente que aún se están fundiendo las bases para colocar el tercer equipo de los mencionados.  

“¿Hasta cuándo el tema de la ausencia del agua en el reparto Santa Catalina? ¿Cuál será la nueva justificación esta vez? Si es que puede existir alguna, lógicamente. Cuarenta días y contando”, se preguntó en Facebook, la pasada semana, Mary García, reportera de la radio local. Otra vecina de este reparto identificada como Mirian López confirmó que llevaba más de un mes y medio sin poder “coger agua”: “No hay economía que aguante pagar dos pipas en todo ese tiempo. El agua es un derecho vital para la vida”.

Las crisis con el agua en Santa Clara no es asunto nuevo: el sistema de bombeo y abasto ha presentado múltiples averías que, además, han provocado afectaciones por tiempo prolongado, sobre todo a las miles de familias que no cuentan con medios propios de abasto y que dependen únicamente de la que llega mediante las tuberías del acueducto. A principios de mayo, una rotura en la red principal provocada por un incendio, dejó alrededor de 90.000 personas sin servicio por varios días. A todo ello se le suman la inmensa cantidad de roturas en la red hidráulica y de salideros “no localizados”.

Por otra parte, en algunos barrios altos cuando llega el líquido “con poca fuerza” se precisa de turbinas para elevarlo a los tanques de las viviendas, pero sucede que la programación de abasto muchas veces coincide con los apagones prolongados, como en el circuito 27 (Carretera de Maleza), uno de los más críticos de la ciudad. Lo mismo ocurre en repartos como Bengochea, parte del Condado, Virginia, Manuelita o Capiro, según reportan los propios residentes de estas zonas en redes sociales. 

En peor situación se hallan las zonas vecinales compuestas por edificios de cinco pisos como el reparto Escambray donde no llega a subir a los repositorios. “A veces cuando hay corriente no hay agua, y así”, confirma Raquel, residente en un edificio multifamiliar de esta zona. “Hay que levantarse de madrugada si hay luz a llenar todo lo que se pueda, y si el agua tiene presión porque, de lo contrario, hay que cargarla en cubos hasta arriba”.  

En los comentarios de las publicaciones sobre la programación del abasto de agua a la ciudad que hace a diario la Empresa de Acueducto en Facebook, los santaclareños piden respuestas. “En [el reparto] Sakenaf hace muchos meses que no entra una gota de agua y cada vez que oigo la programación nos toca y no veo nada de nada”, denunció en Facebook Enedys Hernández, vecina de este reparto situado en la periferia. “Se piensan que somos gorgojos”, escribió otra mujer residente en el mismo barrio. Otra internauta lamentó: “Nos vamos a morir de sed, llevamos un mes y medio sin agua. No hay quién aguante comprando también el agua. Esto es lo último”.