
Terminó el carnaval de Santiago: una celebración a costa del sufrimiento colectivo
- Cuba
- julio 29, 2025
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Mientras los escasos recursos energéticos de Santiago de Cuba se destinaban a sostener los carnavales, amplias zonas del territorio quedaron a oscuras.
SANTIAGO DE CUBA. – Mientras algunos bailaron, otros contaron las horas en penumbras. Para muchos en Santiago de Cuba, la pasada semana fue una oportunidad de desconexión, fiesta y ruido. Para otros, fue ir más lejos aún en el reto de la sobrevivencia diaria. Mientras las autoridades provinciales, encabezadas por la primera secretaria del Partido Comunista, Beatriz Johnson Urrutia, y el gobernador Manuel Falcón Hernández destinaban los escasos recursos energéticos a sostener los carnavales en las principales arterias de la ciudad, amplias zonas del territorio quedaron a oscuras.
A partir del día 20 y con un incremento entre el 23 y el 27, días en los que se celebró el carnaval, los apagones se extendieron en varios repartos y municipios por más de 12, 24 y hasta 29 horas consecutivas. Mientras la fiesta se celebraba en zonas como las avenidas Sueño, Garzón, Martí o la Alameda, las familias en barrios periféricos y zonas rurales lidiaban con la oscuridad, la falta de agua y el estrés por salvar la comida a punto de echarse a perder.
“Hicieron carnavales para desconectar a los cubanos de la realidad, de la miseria, para que se emborracharan y olvidaran por un rato que no hay luz, ni comida, ni agua; pero a muchos nos mantuvieron a oscuras todos esos días”, denunció Carlos Álvarez, vecino del reparto Vista Hermosa.
Esta edición del Carnaval Santiago 2025, se celebró en el marco del aniversario 510 de la fundación de la villa y los 10 años de su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación. Sin embargo, este año se impuso una dinámica inédita: las áreas festivas solo funcionaron entre las 2:00 y las 10:00 p.m., con música grabada y en vivo. Mientras, las comparsas estuvieron limitadas entre las 6:00 y las 10:00, cuando volvía la oscuridad.
Lo que conlleva la oscuridad
La penumbra repentina incentivó la delincuencia: ciertas bandas aprovecharon la cobertura de los apagones para asaltar y crear caos., según denunciaron algunos afectados a CubaNet: “Pasaban corriendo y se llevaban las perchas de ropa. O velaban el tiempo para irse sin pagar comida u otro servicio. Hasta puercos asados se robaron. Algunos cuentapropistas tuvieron que sacar armas blancas para defenderse”, contó Rafael, dueño de un negocio en la avenida Sueño.
En Facebook, especialmente en publicaciones del comunicador Yosmany Mayeta, se reportaron fallos eléctricos, incluso en medio de presentaciones musicales. La agrupación Maykel Blanco y su Salsa Mayor, por ejemplo, llegó a oscuras a su concierto en el Reloj de la Alameda santiaguera. Asimismo, circularon imágenes de carrozas y desfiles sin iluminación. También de padres empujando manualmente las atracciones infantiles, sin corriente eléctrica para hacerlas funcionar.

En municipios como Songo La Maya, hubo reportes de apagones de hasta 29 horas. “Se fue el 22 a las 5:00 de la mañana y no volvió hasta el 23 a las 11:00 del día. Sin aviso. Mientras Santiago estaba de fiesta, en mi casa nos quedamos a oscuras, se apagaron los teléfonos y las lámparas recargables. Tuvimos que freír unos pollos que estaban por echarse a perder. Fue inhumano”, relató Yoleidis Samé.
Las redes sociales, como ya se ha hecho costumbre, se convirtieron en un espejo del malestar. Las imágenes de gente bailando y cantando contrastaban con las de viviendas en penumbras, sin comida ni agua. “Medio Santiago apagado desde las 2:00 p.m. y estas son las santas horas [en] que sigue igual”, escribió Alejandro Arzuaga pasada la medianoche del día 23. “Todo por el carnaval. Hoy no se cocina. Hoy solo vive una parte de Santiago. Mientras unos beben, hay ancianos que no pueden comer ni respirar”, agregó.
Por otro lado, un usuario identificado como “No sé Nada” se preguntó: “Si hay déficit de energía, ¿cómo Sueño puede estar con música día y noche, y los demás barrios sin corriente más de 15 horas?”.
Chicharrones, El Caney y otras zonas también reportaron apagones superiores a las 20 horas diarias. A la oscuridad se sumó otra crisis: la falta de agua potable, que se ha vuelto crítica en buena parte de la provincia.
Una celebración a costa del sufrimiento colectivo
En esta ocasión, el carnaval, símbolo de identidad santiaguera durante décadas, se celebró a costa del pueblo. Mientras unos festejaban otros cocinaban de prisa antes de que se descompusiera la carne. Los que podían bebían ron y cerveza, otros hacían cola para llenar un cubo de agua.
Lejos de aliviar tensiones, el evento dejó al descubierto la estrategia oficial: distraer y recaudar, aunque eso significara exponer a la población a más precariedad.
Todo esto, además, en medio de una crisis epidemiológica ignorada. El Ministerio de Salud Pública ha confirmado la circulación de al menos 17 tipos de virus respiratorios en Cuba: influenza H1N1, virus sincitial respiratorio, coronavirus, rinovirus, y una nueva variante del ómicron del SARS-CoV-2, entre otros. En Santiago de Cuba, en particular, hay una alta incidencia de tuberculosis.
“Realizar estos carnavales fue, como mínimo, una irresponsabilidad. ¿A quién se le ocurre festejar en la Cuba de hoy, cuando estamos vivos de milagro? Siempre es lo mismo: pan y circo para los borregos. Solo que ahora no hay pan. Solo circo”, aseguró Yoleidis Samé.
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