¿Se encoge el proyecto de modernización de termoeléctricas en Cuba con apoyo de Rusia?

Un anuncio hecho por el embajador de Rusia en Cuba, Víktor Koronelli, durante un recorrido por instalaciones de Boca de Jaruco, en Mayabeque, donde la petrolera estatal Zarubezhneft anunció la entrada en operación comercial de un campo petrolero, ha levantado interrogantes.

Según el diario oficial Granma, el representante del Kremlin en la Isla se refirió a un proyecto para modernizar tres unidades de 100 megawatts (MW), una de ellas perteneciente a la Central Termoeléctrica Ernesto Guevara, de Santa Cruz del Norte, que tiene tecnología soviética y un altísimo deterioro, así como al montaje de un nuevo bloque de 200 MW, que respaldaría un crédito otorgado por Moscú.

Ni el reporte del periódico del Partido Comunista ni la reseña de la visita de Koronelli publicada en las redes de su embajada ofrecieron otros detalles de esos proyectos.

Granma, en cambio, aseguró que el embajador dijo que «la jefatura del Ministerio de Energía de la Federación Rusa le otorga mucha atención al restablecimiento del Sistema Eléctrico Nacional cubano, una tarea estratégica y de primera importancia en este país».

Lo anterior, pocos días después de que Cuba sufriera el cuarto colapso de sus sistema eléctrico en menos de medio año, debido al deterioro de las termoeléctricas y el sistema de transmisión de energía, así como a la escasez de combustible.

Más, el economista cubano Pedro Monreal cuestionó el anuncio de Koronelli: «El anunciado programa de colaboración energético Rusia-Cuba es considerablemente menor que el inicialmente acordado en 2015. Se pasa de una ampliación basada en cuatro bloques termoeléctricos de 200 MW a solamente un bloque de 200 MW».

Monreal recordó que la agencia rusa Interfax ya había mencionado en noviembre de 2024 la nueva unidad de 200 MW, además de «asistencia técnica y piezas» para cuatro unidades de 100 MW de Santiago de Cuba, Mariel y Santa Cruz del Norte.

«La reciente nota oficial cubana solamente menciona la modernización de tres unidades de 100 MW (una menos que lo informado en noviembre de 2024) y también habla de que la unidad de 200 MW está ‘respaldada’ por un crédito ruso, pero sin precisar el monto», añadió el economista.

«Si a diferencia del programa de 2015 este nuevo proyecto lograse materializarse, se ampliaría la capacidad del sistema de aquí a unos años, pero se mantendría en una situación precaria la generación termoeléctrica, que es la columna vertebral del sistema», concluyó Monreal.

El préstamo ruso para la modernización de las termoeléctricas cubanas es uno de los puntos más opacos de la relación entre La Habana y Moscú. En agosto de 2023, Rusia concedió al Gobierno de Cuba la prórroga hasta 2040 de los pagos de un préstamo de 2015 para la construcción de una central eléctrica que nunca vio la luz, y sobre cuyo destino La Habana nunca ha rendido cuentas.

La Habana debía pagar intereses de ese préstamo por un monto de aproximadamente 1,4 millones de euros. Inicialmente, esta suma debía pagarse antes del 28 de febrero de 2022, pero fue diferida para que sea saldada el 15 de junio de 2025.

En 2015, Moscú firmó un acuerdo con La Habana para proporcionarle un crédito estatal a la exportación de hasta 2.200 millones de euros. Esos fondos serían destinados, según fue reportado entonces, a proyectos de construcción de unidades eléctricas en las centrales térmicas cubanas Máximo Gómez, en Mariel, y Ernesto Guevara, de Santa Cruz del Norte, informó Interfax.

Una unidad de potencia de 200MW se construiría en la primera, y otras tres de igual potencia en la segunda. La implementación del proyecto por la parte rusa correría a cargo de la empresa Inter RAO – Export, líder del sector en la nación euroasiática.

Los términos iniciales del préstamo asumieron su uso entre 2016 y 2024. La Habana lo pagaría en diez años, con los primeros desembolsos al año del lanzamiento de las unidades de energía, que según el acuerdo original, sería a más tardar el 1 de febrero de 2025.

El préstamo se otorgó con un interés del 4,5% anual. Sin embargo, desde entonces no ha habido informes del inicio inmediato del trabajo en el proyecto.

La prensa oficial cubana no menciona este tema, pese a que se trata de una deuda que se suma a los miles de millones que debe el Gobierno cubano, que pocas veces honra los préstamos que recibe.

En 2022, la prensa oficial rusa reveló que Moscú había prestado a La Habana 2.300 millones de dólares entre 2006 y 2019 para financiar importantes proyectos de energía, industria metalúrgica y transporte.

En febrero de 2022, horas antes del inicio de la invasión de Ucrania, la Duma (cámara baja de la Asamblea federal de Rusia) ratificó un proyecto de reestructuración de la deuda de 2.300 millones de dólares, que el presidente de esa entidad negoció en un viaje a La Habana.

Según la Duma rusa, ese proyecto «prevé la reestructuración de la deuda de Cuba con Rusia, en el marco de cuatro acuerdos de préstamos intergubernamentales».

Los reportes de entonces indicaron que desde 2020 el Gobierno cubano dejó de pagar la deuda y solicitó a Moscú revisar las condiciones del crédito. En respuesta a esta petición, el 11 de junio de 2022 Vladimir Putin ratificó los protocolos para enmendar los acuerdos firmados y aplazar los pagos, algo que volvió a hacer en 2024.

En 2014, Putin había condonado el 90% de la deuda de La Habana de tiempos de la URSS, ascendente a 35.000 millones de dólares, de los cuales el régimen de Raúl Castro solo tendría que devolver 3.500 millones.