
Rosario Murillo declara “santos” a quienes mueran por el sandinismo – Nicaragua Investiga
- Nicaragua
- julio 22, 2025
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La dictadora de Nicaragua Rosario Murillo informó que en ocasión de cumplirse 66 años de la masacre del 23 de julio, fecha en que la guardia somocista asesinó a cuatro estudiantes que participaban en una protesta en la ciudad de León, se realizarán mañana varias actividades conmemorativas en el país.
Los estudiantes protestaban en contra de las acciones represivas de la guardia nacional. Para entonces el Frente Sandinista no existía porque este fue fundado en 1964 por Carlos Fonseca Amador, pero ese partido se atribuye el derecho de uso de la imagen de los cuatro estudiantes que resultaron asesinados ese día.
Los asesinados fueron los estudiantes universitarios Sergio Saldaña González de 20 años, José Rubí Somarriba de 21, Erick Ramírez Medrano de 17 y Mauricio Martínez Santamaría de 19.
Murillo dijo en su llamada telefónica que estos cuatro estudiantes ahora son “santos” en Nicaragua.
“Cantamos y glorificamos a nuestros santos, porque todo el que da la vida con amor por su patria bendita pasa a ser un santo, en el altar del heroísmo, en el altar de los patrimonios, en el altar de la patria”, dijo la co dictadora.
Los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo han entendido el concepto de patria como ellos y su familia, por eso a quienes consideren sus enemigos ideológicos los declaran “traidores a la patria”.
Entendiendo este concepto distorsionado, este mensaje de Murillo se podría interpretar como que quienes mueren por defenderlos a ellos serán “santos”.
Sobrevivientes son enemigos
Es debido a estos sucesos que en Nicaragua se celebra el 23 de julio como el día de los estudiantes.
Sin embargo, aunque estos estudiantes no fueron sandinistas, porque ese partido ni siquiera existía en el momento en que fueron asesinados, Ortega y Murillo se han adueñado de ellos y usan su imagen para sacar réditos políticos.
Lo contradictorio es que la dictadora señala este evento como un acto heróico en contra de la dictadura somocista, pero dos de los sobrevivientes de esa masacre, Sergio Ramírez Mercado y Vilma Núñez de Escorcia han sido sometidos a castigos de la dictadura. El primero exiliado, desnacionalizado y confiscado y Núñez amenazada y silenciada.