
Robo de dólares: médicos cubanos en Angola demandarán a la corporación Antex
- Cuba
- agosto 17, 2025
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La corporación Antex, parte del conglomerado militar GAESA, recibió entre 2013 y 2017 más de 1.000 millones de dólares desde Angola.
LIMA, Perú – Varios médicos cubanos exportados por el régimen castrista a Angola planean demandar a Antex (Corporación Antillana Exportadora S.A.), parte del conglomerado militar GAESA, por lo que denuncian como el robo de sus salarios en dólares dentro de la Isla.
Los galenos enviaron una carta al gobernante Miguel Díaz-Canel para denunciar el incumplimiento en la forma de pago estipulada en sus contratos.
En la misiva, a la que tuvo acceso CubaNet, los médicos recuerdan que sus contratos establecen que la remuneración debía efectuarse en dólares estadounidenses (USD), moneda en la que el gobierno angolano paga a ANTEX por los servicios de colaboración. Además, se especifica que la empresa facilitaría cuentas en divisas para acreditar directamente sus salarios.
En declaraciones exclusivas a este medio, un colaborador cubano en Angola expresó su desencanto: “No espero que reconsideren la decisión”, dijo, bajo condición de anonimato, en referencia a las autoridades y presagió que sería “otra frustración más…”
Los trabajadores aseguran que el Banco Popular de Ahorro (BPA), donde ANTEX abrió sus cuentas, se niega a entregar los dólares en efectivo alegando “falta de liquidez”. En la práctica, denuncian que sus fondos quedan bloqueados en tarjetas en divisas de uso muy limitado dentro de la isla, mientras en el mercado nacional proliferan establecimientos que solo aceptan dólares en efectivo.
Los médicos califican la situación como una “falta de justicia y sensibilidad”, recordando los sacrificios personales y familiares que implica su labor en el extranjero. “Nuestros ahorros de años apenas sirven para algo. Trabajamos para contribuir a la economía de nuestro país, pero también a la familiar; resulta inadmisible no recibir un trato adecuado, ninguna información, ninguna disculpa al menos”, expresan en la carta.
La reclamación colectiva pide al gobierno dos medidas concretas:
Pago en efectivo en dólares “a los especialistas contratados que cumplieron exitosamente su misión en Angola”.
Que las tarjetas en USD tengan validez plena en todo el territorio nacional, en igualdad con el dólar físico.


Según una cobertura también realizada por el portal independiente 14ymedio, el tema motiva la catarsis de los galenos desde este viernes en Launda, día en que iniciaron las reuniones con oficiales para atender sus inconformidades.
Pese a que el contrato firmado con Antex indica que podrán extraer dólares en efectivo de su pago una vez en Cuba, el actual detonante del malestar de los médicos ha sido la decisión del régimen de traspasar parte de sus ahorros en la Isla a una tarjeta Clásica, sin posibilidad de disponer del dinero líquido.
Ante el descontento, la justificación del coordinador de la reunión fue nombrar al chivo expiatorio del castrismo, el embargo estadounidense, así como otras dificultades para el traslado del dinero a Cuba.
“Bueno, ¿por qué tú mandas el dinero mío para Cuba? Si en Cuba el dinero no me lo puedes dar, para qué lo mandas, ¿por qué no me lo das a mi (…) Me estás estafando, me estás robando, así que voy a demandar a Antex”, cuestionó un especialista presente en la reunión cuyas declaraciones llegaron a 14ymedio bajo anonimato.
El galeno advirtió que iba a buscar un jurista e iba a tomar acciones legales contra la corporación debido al incumplimiento del contrato.
“Esa tarjeta Clásica es una porquería, porque no es un dinero real en la mano”, sentenció el médico. La moción de la demanda fue secundada posteriormente por otros colegas, quienes ven en Clásica una estrategia para obligarlos a gastar en las nuevas tiendas en dólares impuestas por el Gobierno cubano en la Isla.
El particular obligaría a los profesionales retornados de Angola a gastar sus divisas en comida, electrodomésticos y el escaso inventario de las tiendas dolarizadas del régimen, negándoles la posibilidad de utilizarlo para la compra de inmuebles u otro tipo de inversiones que estimen convenientes.
Los galenos cubanos han manifestado su desacuerdo a través de varios canales, incluida la carta dirigida a Díaz-Canel. La frustración se ha exacerbado en la medida que no han obtenido respuesta de la misiva, ni de ninguna otra vía.
“Hemos perdido familiares, nacimientos de hijos, enfermedades. Son momentos que no vamos a recuperar”, resaltó una doctora sobre el costo emocional de las llamadas “misiones médicas”. Otros destacaron además el riesgo a contraer enfermedades peligrosas como la malaria o el trabajo en zonas apartadas de Angola, expuestos a la criminalidad y hasta morir.
De acuerdo con información revelada por El Toque, la corporación Antex recibió entre 2013 y 2017 más de 1.000 millones de dólares desde Angola. El ente de GAESA ya ha sido sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) de Estados Unidos.
“Esto de entregarnos una Clásica es el peor escenario. ¿Quién está pensando en nosotros? Es lo que yo me pregunto. ¿Quién piensa en nosotros? ¿Quién toma esas medidas y se pone a pensar realmente en el colaborador? (…) Violada, robada, decepcionada, así me siento”, reclamó una médica habanera que lleva más de cuatro años en Angola.
Por la parte cubana el control es férreo sobre los médicos
En conversación con CubaNet, la directora del Centro de Información Legal Cubalex, Laritza Diversent, sostuvo que lo que enfrentan los médicos cubanos en misiones internacionales —incluida la de Angola— encaja plenamente en la definición de esclavitud moderna según los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el derecho internacional.
“El trabajo forzado y la esclavitud moderna se definen, entre otras cosas, por la vulnerabilidad extrema de la persona”, explicó Diversent. “Y toda persona que vive en Cuba hoy está en una situación de vulnerabilidad, así esté graduado de la universidad”.
La jurista subraya: “Cuando tú amenazas a alguien con su salario, con regresarlo a un lugar donde tiene peores condiciones, ahí ya tú estás abusando y utilizando tu poder”. Y añade: “Tú implementas todo un sistema donde la amenaza sea regresarlo a un lugar donde hay 72 horas de apagón, donde la gente no tiene comida, donde no tiene dinero para poder acceder a alimentos o medicinas… eso es aprovecharte”.
Diversent, que ha entrevistado a numerosos médicos que han participado en misiones en distintas regiones del mundo, señala que el control sobre los trabajadores es sistemático: “Después de las 6:00 de la tarde, [en algunos de los países donde cumplen misión] ellos tienen como una especie de toque de queda. Ese toque de queda no está escrito, sino que desde el centro de operaciones de la misión médica llaman a las casas donde están hospedados y hacen un pase de lista”.
Las sanciones, afirma, incluyen desde “una amonestación pública delante de sus compañeros” hasta la deducción del 10% del salario. Además, los galenos deben reportar sus movimientos y, en algunos casos, son obligados a delatar a colegas que han desertado. “Si eso no es control y falta de libertad, no sé qué será”, apuntó la abogada.
Para Diversent, es particularmente grave que se obligue a los médicos a realizar actividades ajenas a su profesión, como “hablar bien del trabajo que hace la misión médica” o participar en actos de propaganda. Esto, advierte, tiene un impacto político: “Las misiones médicas influyen en el electorado (…). Si las están llevando a regiones rurales donde otros médicos no quieren ir, ya eso influye en el voto. Por tanto, es un beneficio político para quien esté en el poder”.
Diversent concluye: “Ellos no comparten su salario de manera voluntaria, lo hacen porque están en una condición de pobreza. Esa es la base de la esclavitud. Es una forma de esclavitud moderna. Hay que leer los convenios de la OIT sobre trabajo forzoso para entender que lo que vive el médico cubano en estas misiones no es cooperación, es explotación”.
“Ellos [los médicos cubanos] son el último eslabón de la cadena”, sentencia la abogada. “La única solución es que ellos mismos salgan y hablen [denuncien]. Lamentablemente están bajo la amenaza de que los regresen a Cuba y que los procesen ―su realidad es la represión transfronteriza―, pero lo único que pueden hacer es seguir hablando con la prensa independiente”.
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