
Régimen cubano pone en alquiler la Tribuna Antimperialista «José Martí»
- Cuba
- mayo 12, 2025
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MIAMI, Estados Unidos. — La Tribuna Antimperialista “José Martí”, erigida frente a la Embajada de Estados Unidos como bastión simbólico del enfrentamiento ideológico del régimen cubano contra Washington, ha comenzado a ser alquilada para actividades no políticas, según informó este lunes el medio oficial Cubadebate.
El espacio puede ser arrendado a través de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería (EMPAI), subordinada al Ministerio de la Construcción, por “organismos, empresas, unidades presupuestadas, cooperativas no agropecuarias y trabajadores por cuenta propia”. Sin embargo, se especifica claramente que “no se aceptan actividades políticas”.
La conversión del sitio en un inmueble disponible para alquiler refleja el progresivo desmontaje de la carga simbólica que alguna vez tuvo. El régimen busca ahora monetizar un espacio que fue concebido como herramienta propagandística de alto perfil durante la llamada Batalla de Ideas impulsada por Fidel Castro.
“Estamos asistiendo en vivo a la descomposición de un sistema obsoleto de la que no se salvan ni sus símbolos más preciados”, escribió en Facebook el activista cubano Magdiel Jorge Castro al conocer la noticia. “La Tribuna Antimperialista de Fidel Castro se alquila… titular del día”, remató.
Construida en apenas 80 días e inaugurada el 3 de abril de 2000, la tribuna ocupó el antiguo parque Cuatro de Julio y fue utilizada inicialmente para manifestaciones masivas en el contexto del caso Elián González y las campañas por la liberación de los cinco espías de la Red Avispa condenados en Estados Unidos. Durante años, funcionó como escenario privilegiado de mítines oficiales, actos culturales con carga política y transmisiones televisivas de alto impacto propagandístico.
Sin embargo, tras la salida de Fidel Castro del poder en 2006, la Tribuna Antimperialista fue perdiendo centralidad hasta quedar casi en desuso. A inicios de la década de 2020, el espacio se encontraba visiblemente deteriorado. En abril de 2023, un reportaje de Cubadebate reconocía que llevaba casi cuatro años bajo una reparación capital.
En ese entonces, Rafael Becerra Cardelo, experto de la Empresa de Servicios Especializados y Dirección Integrada de Proyectos (ESEDIP), atribuyó los retrasos en la obra a la crisis energética del país. También adelantó que el rediseño incluiría un sistema de riego subterráneo y vegetación adulta para darle al sitio una imagen “atractiva, duradera y sostenible”.
La obra fue finalmente terminada, aunque la reapertura pasó prácticamente desapercibida. Ahora, el anuncio oficial sobre su alquiler, con la exclusión explícita de cualquier uso político, marca una ruptura simbólica: lo que fue concebido como espacio de confrontación ideológica se convierte en un recinto comercial de uso limitado.
La decisión del régimen sugiere una voluntad de rentabilizar hasta sus símbolos más cargados políticamente. La Tribuna Antimperialista, alguna vez vitrina de la retórica antiestadounidense, queda reducida a un espacio de eventos, sin consignas ni multitudes.