«Quince casos febriles usted tiene que multiplicarlos por 10»: Mayarí reporta aumento de arbovirosis
- Cuba
- septiembre 24, 2025
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«Existen muchos riesgos ambientales», lamenta Yosvani Urrutia Castaño, jefe de Lucha y Vigilancia Antivectorial de Mayarí.
HOLGUÍN, Cuba. – Una creciente ola de pacientes con cuadros febriles ha encendido las alertas sanitarias en el municipio de Mayarí, Holguín, donde la escasez de recursos para combatir al mosquito Aedes aegypti y una profunda desconfianza ciudadana en el sistema hospitalario están creando un escenario de alto riesgo.
Según un reporte del viernes pasado de la emisora local Radio Mayarí, el repunte de posibles arbovirosis como el dengue amenaza con expandirse en barriadas de las áreas de salud de Levisa y la cabecera municipal, poniendo en jaque a una población ya golpeada por múltiples carencias.
La situación más crítica, de acuerdo con las autoridades, se concentra en los repartos 26 de Julio y Juan George Soto, así como en la demarcación de Colorado.
Yosvani Urrutia Castaño, jefe de Lucha y Vigilancia Antivectorial en el territorio, confirmó a la emisora local la complejidad del panorama, agravado por la falta de recursos para llevar a cabo un tratamiento adulticida efectivo contra el vector transmisor del dengue, el chikungunya y el zika.
El actual despunte coincide con la temporada de lluvias, un factor que, según Urrutia Castaño, multiplica la presencia de mosquitos. “Esta es una temporada de lluvias en la que se incrementan los mosquitos (…). Este tipo de especie [que transmite enfermedades] no solamente vive en los tanques; vive en lagunas, en charcos”, explicó.
Sin embargo, el problema va más allá del clima. “¿Qué nos preocupa? Que existen muchos riesgos ambientales”, confesó Urrutia. “Ya se logró limpiar los microvertederos, pero no se mantiene una permanencia de la limpieza. Hay desbordamientos de aguas albañales que son (…) quejas que tiene la población, pero son cosas (…) de largo plazo, [en las] que otros organismos o instituciones tienen que participar”.
La falta de acción interinstitucional deja a los equipos de control de vectores luchando una batalla en solitario y con las manos atadas. El factor más alarmante, no obstante, es la reacción de la comunidad. La desconfianza en el sistema de salud ha provocado que muchos enfermos eviten buscar ayuda médica, lo que multiplica el riesgo de complicaciones y provoca el subregistro de casos.
“Las personas no acuden al médico”, lamentó Urrutia Castaño. “Quince casos febriles usted tiene que multiplicarlos por 10. Son 150 personas que están en el pueblo, aquí en nuestra ciudad, en nuestra comunidad, que no van al médico por un simple criterio: ‘No, ¿pa’ qué vamos a ir al hospital si no hay medicamento, nada?’”.
El funcionario reconoció la escasez pero subrayó la importancia de la atención oportuna. “A veces no tenemos los medicamentos, pero cuando usted llega oportunamente al hospital, se logran salvar vidas y hay soluciones. Hay un virus que está circulando, que las personas llegan al hospital deshidratadas por varias razones y si usted no va al hospital, puede perder la vida en la casa y puede haber males mayores”.
La situación en Mayarí no es única. La crisis sanitaria se extiende por toda Cuba. En Matanzas la situación también es crítica con un aumento de casos febriles que ha puesto en alerta a varios municipios.
El director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, Andrés Lamas Acevedo, informó el pasado 11 de septiembre al periódico Girón que en la provincia estaban circulando “los serotipos tres y cuatro” de una arbovirosis que no identificó y que erra “posible” que pronto se introdujera el serotipo dos desde La Habana y Villa Clara. “Los municipios matanceros de Martí y Perico están en transmisión activa de ese flagelo”, agregó.
La información oficial más reciente, publicada por el periódico Granma, intenta calmar a la población asegurando que en el territorio “no circula ninguna enfermedad ‘rara o misteriosa’”.
En las redes sociales, el sentir popular es de abandono y desesperación. “Pensaba que la libraríamos, pero era casi imposible cuando todos los vecinos uno por uno fueron contagiándose”, escribió la matancera Yuneisy Santana González en Facebook.
La activista Amelia Calzadilla fue más allá al cuestionar directamente a las autoridades: “¿Cuántos casos críticos, graves, convalecientes o en peligro necesita acumular, Presidencia Cuba, en la provincia Matanzas antes de decretar un estado de emergencia sanitaria? Pidan ayuda humanitaria, carajo; es la vida de la gente”.
La alarma se ha extendido a otras provincias. Cubanos aseguran que la enfermedad afecta a comunidades en Banes, Holguín, y La Habana.
En medio de la crisis, surgen cuestionamientos sobre el manejo informativo. La periodista de Matanzas Yirmara Torres Hernández, ex presidenta de la Unión de Periodistas de Cuba en la provincia, denunció en Facebook lo que considera un intento de minimizar la magnitud del brote. “¡¡Matanzas completa con brote de arbovirosis!! Por favor, esto no sucede solo en Cárdenas… No desvirtúen más la realidad”.
Torres comparó la situación actual con la gestión de la pandemia de COVID-19: “Entonces también trataron de esconderlo hasta que les reventó en la cara… Nadie me lo contó entonces. Yo estaba aquí, fui testigo, lo viví”.
“No escondan más la realidad. El pueblo necesita soluciones, no notas a destiempo, ni justificaciones, ni curitas…”, pidió.
En Holguín, la crisis sigue al aumento de casos graves de dengue en niños, una amenaza agravada por la circulación simultánea de los serotipos 3 y 4 del virus que provoca la enfermedad.
En marzo de 2016, el entonces primer secretario del Partido, Luis Antonio Torres Iríbar, admitió el fracaso en la gestión sanitaria: “Podemos poner los recursos del mundo, el combustible del mundo, los hombres del mundo, pero si no se hacen bien las cosas, no vamos a obtener resultados en la batalla contra el dengue”.
Sus palabras apuntaban directamente a la irresponsabilidad y la falta de rigor en el sistema de atención primaria. “Si el pesquisaje no se hace como tiene que hacerse, las epidemias se van a seguir repitiendo”, advirtió Torres Iríbar en ese momento.
Años después, lamentablemente, la previsión se cumplió. Los brotes de dengue reportados en 2017, 2020 y 2022 confirmaron que el problema es endémico y estructural.
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