
¿Quién se beneficia de las licencias de EE.UU. para exportar autos lujosos a Cuba?
- Cuba
- marzo 24, 2025
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MIAMI, Estados Unidos. – Desde noviembre de 2022, el régimen cubano ha recibido más de 75 millones de dólares en vehículos exportados desde Estados Unidos gracias a excepciones en licencias autorizadas por la Administración Biden-Harris. Estas importaciones han beneficiado económicamente al régimen cubano, que cobra entre 20.000 y 56.000 dólares en aranceles por cada vehículo, según revela un artículo publicado por la activista e investigadora independiente Salomé García Bacallao en la plataforma Medium.
La joven explica en su artículo que las licencias emitidas por EE.UU. permiten exportar a Cuba “vehículos híbridos o de combustión, nuevos y usados, de diferentes marcas y tamaños, con fecha de fabricación entre 2018 y 2023”. Aunque la regulación estadounidense especifica que estos vehículos deberían ser destinados al “uso del sector privado cubano”, las condiciones económicas dentro del país dificultan que ciudadanos comunes puedan acceder a estas importaciones.
De acuerdo con Alejandro Cantón, director de Maravana Cargo —una de las empresas estadounidenses autorizadas para exportar vehículos— los aranceles aplicados por la Aduana General de la República de Cuba “triplican las tarifas de servicio cobradas por las agencias exportadoras”.
La gama de vehículos enviados a Cuba incluye autos micro, subcompactos, compactos, medianos, grandes y de lujo, además de deportivos, convertibles, minivans y camionetas pick-up. Entre las marcas exportadas se encuentran Ford, Mercedes Benz, Chevrolet, Toyota, BMW, Land Rover, Tesla, Cadillac y Nissan.
La investigadora destaca especialmente un caso reciente: “Un Tesla Cybertruck totalmente eléctrico fue exportado desde Miami a La Habana, la capital de un país conocido por la escasez de combustible, infraestructura energética fallida y apagones prolongados que castigan a la población desde hace años”.
Además, García Bacallao cuestiona la lógica detrás de estas autorizaciones: “¿Quién en la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE.UU. y la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio decidió que los vehículos eléctricos y de lujo eran una necesidad para el pueblo cubano que justificaba excepciones al embargo?”.
En su investigación, la joven también señala que los procedimientos establecidos por las empresas exportadoras exigen depósitos de dinero en Cuba, por lo que, debido al embargo, estos pagos necesariamente transitan por terceros países, esquema que podría favorecer operaciones de lavado de dinero. “El régimen cubano es bien conocido por su uso de compañías offshore para realizar transacciones y evadir sanciones económicas de EE.UU.”, sostiene García Bacallao.
La investigación también apunta a contactos directos entre empresarios estadounidenses beneficiados por estas licencias y funcionarios cubanos de alto nivel. La autora recuerda que el 26 de octubre de 2022, “el actual gobernante de Cuba, Miguel Díaz-Canel, recibió a un grupo de empresarios estadounidenses para participar en una ‘conferencia empresarial entre Cuba y Estados Unidos’”, encuentro organizado por la Cámara de Comercio de Cuba y el grupo consultor estadounidense Focus Cuba.
Entre los asistentes a esta reunión figuraron Phillip Peters, asesor de senadores estadounidenses en temas cubanos; Paul Johnson, presidente de la Coalición Agrícola de Estados Unidos para Cuba; Robert L. Muse, abogado especializado en facilitar excepciones a licencias para Cuba, y Ralph Patiño, miembro del Comité Nacional de Finanzas Demócratas y asesor en temas caribeños de Joe Biden. También asistió el excongresista Joe García y el empresario cubanoamericano Hugo Cancio, descrito como “una de las figuras privadas más influyentes en la política comercial hacia Cuba durante la Administración Obama”.
Un mes después de esta reunión, en noviembre de 2022, la primera licencia fue otorgada a Premier Automotive Export Ltd., empresa ubicada en Maryland y propiedad de John Felder. Felder fue responsable de la venta del primer Tesla legalmente exportado de Estados Unidos a Cuba, adquirido por una pareja cubanoamericana propietaria del restaurante “Cuba de Ayer”. El envío fue realizado por Crowley Liner Services, compañía autorizada desde 2001 por la OFAC para transportar carga licenciada de EE.UU. a Cuba.
En abril de 2023 se concedió una segunda licencia a Apacargo Express, empresa de Miami propiedad del cubanoamericano Eduardo Aparicio, autorizando la exportación de “automóviles, camiones, remolques, tractores y equipos agrícolas”. La tercera licencia fue otorgada en mayo de 2023 a Fuego Enterprises Inc., también en Miami y propiedad de Hugo Cancio. Hasta 2024, se han aprobado un total de 22 excepciones.
Economistas citados por García Bacallao advierten que, debido a los altos aranceles aduanales cubanos, se ha vuelto más rentable para las empresas estadounidenses exportar vehículos que alimentos y otros productos básicos, lo que exacerba aún más la crisis humanitaria en Cuba. “Las apariciones frecuentes de estos vehículos en las calles, en contraste con ciudades en ruinas, son motivo habitual de indignación para la población cubana”, describe la investigadora.
En enero de 2025, el régimen cubano introdujo nuevas regulaciones a la importación de vehículos con el fin de favorecer a las compañías estatales del conglomerado militar GAESA y dificultar el trámite de importación de las empresas estadounidenses privadas. No obstante, la investigadora resalta que las importaciones continuaron en enero de 2025 por un valor cercano a los 2 millones de dólares.
Finalmente, García Bacallao subraya la falta de atención de las autoridades estadounidenses a estas concesiones e indica que “no hay razón para que la Administración Trump permita que estas ridículas concesiones permanezcan. Estas excepciones a las licencias han beneficiado enormemente al régimen cubano al generar millones de dólares en aranceles”.
Mientras tanto, la investigadora advierte que estos hechos continúan siendo ignorados fuera del ecosistema mediático de Miami, aunque “los periodistas cubanos han alertado recientemente que estos autos podrían incluso ser importados por fugitivos de la justicia estadounidense refugiados en Cuba, quienes en ocasiones se relacionan con figuras de la élite como Sandro Castro, nieto de Fidel”.