¿Qué es la contramarcha del orgullo LGBT? Esta es la propuesta de la comunidad en Bogotá

En Bogotá, el Distrito organiza una ruta para la marcha del Día del Orgullo LGBTIQ+. Aquello incluye sonido, logística, financiación y seguridad.

Sin embargo, un amplio grupo de la comunidad lleva años rechazando aquella iniciativa, asegurando que es un espacio que se presta para la mercantilización del movimiento y una “lavada de cara” del Estado frente a las problemáticas que enfrentan los gays, lesbianas, bisexuales, trans y demás diversidades de género en el país.

Este grupo de personas, durante cinco años, ha planeando y desarrollando una marcha alterna a la apoyada por la Secretaría de Planeación, la Secretaría de Gobierno y la Mesa LGBTI de Bogotá. La iniciativa se llama “contramarcha”.

En cuanto a la marcha oficial, este año iniciará en el Parque Nacional y finalizará en la Plaza de Bolívar. David Alonzo, director de Diversidad Sexual de la Secretaría de Planeación, le dijo a El Espectador que el papel de la institucionalidad “es facilitar que las organizaciones puedan llevar a cabo sus movilizaciones con libertad. También creemos que la felicidad es una forma legítima de expresión política y que las poblaciones LGBTIQ+ tenemos derecho a estar alegres y a celebrar”.

Lea además: La ley Sara Millerey se abre paso en el Congreso, ¿por qué los detractores hablan “imposición ideológica”?

Por otro lado, los organizadores de la contramarcha aseguran que, desde sus inicios en 1996, la movilización en Bogotá perdió su sentido original de ser una acción política y conmemorativa de los disturbios de Stonewall, para convertirse en una plataforma para visibilizar personas, patrocinadores y políticos.

Y es que, desde el colectivo que impulsa la contramarcha critican fuertemente el compromiso institucional a favor de los derechos LGBTIQ+ en el país: “Para el 18 de junio ya hay 45 víctimas de asesinato por razón de disidencia de género o sexualidad. Nosotros no copiamos ni confiamos de los avances en el papel en materia LGBTIQ+ por parte del Estado, que ha probado su ineficacia para frenar esta ola de violencia, en Colombia y en el resto del mundo contra la población LGBTIQ+”.

Le puede interesar: Ella era Nawar Jiménez: la líder trans que la violencia silenció en el Carmen de Bolívar.

El colectivo agrega que la participación de empresas y políticos en la marcha organizada por el Distrito desvía la atención de las demandas centrales de las poblaciones diversas y, en varias ocasiones, aquellos actores externos se presentan como aliados durante el Día del Orgullo, pero rechazan y discriminan a la población LGBTIQ+ el resto del año.

Alonzo, en entrevista con el medio citado, se refirió a estos cuestionamientos y aseguró: “no hay patrocinadores formales de la marcha. Cualquier empresa, partido político u organización puede participar, como en cualquier otra movilización, pero eso no los convierte en patrocinadores ni en organizadores. Participar en el espacio público es un derecho, siempre que no se infrinjan las normas, como repartir propaganda electoral.”

Aunque tienen enfoques distintos, los líderes de la marcha y la contramarcha han trabajado en la defensa de los derechos de la población LGBTIQ+ exigiendo dignidad, justicia, equidad y reconocimiento para las disidencias de género.

Para las personas disidentes, aquello no es una división, sino una muestra de que el activismo puede darse desde diferentes enfoques: sea institucional o desde la protesta, haciendo énfasis en que no hay una forma “correcta” de vivir el Orgullo o defender sus derechos.

Para más noticias sobre política, paz, salud, judicial y actualidad, visite la sección Colombia de EL COLOMBIANO.