
Ortega defiende a Murillo como heredera de la dictadura
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- septiembre 4, 2025
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“Aquí también, aunque les da rabia, aquí tenemos una co-presidenta, una co-presidenta (a la) que le lanzan más ataques que quien les habla“, declaró el co-dictador sandinista Daniel Ortega en su discurso durante el acto de XLVI aniversario del Ejército Popular Sandinista (EPS), precursor del actual Ejército de Nicaragua, el martes, 2 de septiembre.
Ortega habla en defensa de su esposa, Rosario Murillo, quien desde la reforma a la constitución impuesta por la dictadura a principios de año funge como co-dictadora junto a su esposo, habiendo servido durante más de cinco años como su vicepresidente. Murillo ha sido perfilada como la principal sucesora de Ortega, de 79 años y con mala salud.
En su discurso, Ortega acusó a quienes atacan a su mujer, tildándolos de machistas, alegando que sienten “rabia” por supuestos “logros” de la revolución en materia de igualdad de género.
“La compañera Rosario hoy participó en la entrega de grados con el general (Julio César) Avilés”, recalcó Ortega. “Ya estarán pegando gritos, que ¿cómo es posible…? Porque para ellos no hay respeto; para ellos, a las mujeres las quieren nada más para trabajos domésticos y no les reconocen las capacidades que tienen“, agregó.
En efecto, Murillo se presentó ante seis militares de alto rango y participó en su ceremonia de ascenso, un gesto de aparente hermanamiento entre la co-dictadora, cuyo trabajo desde hace años se ha centrado en asumir el control de las distintas instituciones y garantizar la lealtad de grupos de interés, todo con el beneplácito de Ortega.
Al incluir a Murillo en el ascenso de los militares, Ortega intenta darle un papel más visible en la relación que la Presidencia ocupada por la pareja dictatorial mantiene con el Ejército sandinista, uno de sus pilares de cara a la crisis política que asola al país desde hace más de siete años.
Actualmente, Murillo ejerce control sobre prácticamente todos los poderes e instituciones del Estado, sobre todo el Poder Judicial y la Policía Nacional, cuya estructura recientemente reformó con tal de ubicar a un segundo líder leal personalmente a ella.