
Nueva temporada ciclónica en un país muy viejo
- Cuba
- junio 8, 2025
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LA HABANA, Cuba – Ya está aquí, casi a las puertas de nuestras casas, la nueva temporada ciclónica. Ya tocan a las puertas los runrunes, ya están a ya se anuncian los ciclones. Dicen, quienes de eso saben, que será una temporada ciclónica muy activa, incluso que podría ser una de las más feroces de entre todas las temporadas ciclónicas que en esta parte del mundo han sido. Eso aseguran los meteorólogos, y se hacen notar uno y más, pronósticos que cargan de advertencias a quienes pasamos nuestros días en alguna zona del caribe, o en el atlántico, o en áreas del golfo de México. La prensa escrita, la radio y la televisión, ya se alistan, al menos eso dicen, para hacer los llamados de atención acostumbrados.
Ya se manejan cifras que son divulgadas con muchísimo adelanto para que conozcamos la envergadura de eso que podría venírsenos encima. Está a las puertas una nueva temporada de huracanes y los menos favorecidos por la vida cruzamos los dedos. Siempre sucede igual con la llegada de esos organismos tropicales que consiguen tener un nombre, un nombre que podría ser mi nombre, el nombre de tú tío o el de una abuela cariñosa que se fue a Europa huyéndole al comunismo y también a los ciclones.
Y ya comienza la temporada ciclónica, y se inicia en días muy funestos, días en los que la conexión a internet se hará más difícil de conseguir por los altísimos precios que pretende imponer el gobierno para conseguir ese acceso tan necesario al ciberespacio. Ya se acercan esas nuevas jornadas de combates desiguales, esos días en los que habrá que asegurar las puertas, las ventanas, sin tener recursos para poner a buen resguardo todo lo que con tantos sacrificios se fundara antes.
Ya puedo imaginar los paisajes después de esas batallas. Ya puedo imaginar esos combates que siempre se hacen comandar por las lluvias, por las descargas eléctricas, y los fuertes vientos que acongojan y dan pavor. Desde ya desentierro los recuerdos de eventos similares, ya puedo ver el desastre que le espera a esta Cuba que vive una de las épocas más inorgánicas que hemos vivido desde que Cristóbal Colón pusiera sus pies en la tierra más hermosa que ojos humanos vieran.
¿Qué pasará en Cuba? ¿Qué nos depara el destino para esta temporada de huracanes? ¿Qué pasará si nos atraviesa un ciclón en la época más desastrosa que hemos enfrentado los cubanos? ¿Qué pasará en un país que no progresa desde hace más de sesenta años? Desde ya puedo imaginar la inercia de las autoridades que harán coincidir su desempeño infructuoso con el desastre. ¿Y cómo podrá recuperarse el país después de que un huracán decida atravesarnos? ¿En qué sitio se resguardarán los más desfavorecidos, en días en los que el fondo habitacional es pobre, y sobre todo indefenso?
¿Cuántas casas se vendrán abajo? ¿Qué será de este pobre país azotado por los vientos de un huracán, y luego otro? ¿Qué pasará con los que vivimos los días más aciagos? ¿Qué pasará en este país que se jacta de tantos empeños en cultivar la ciencia y ofrecer garantías de vida a todos los que acá vivimos? ¿Qué destino aciago tocara a las puertas de este país que, en días de tanta ciencia, no ha conseguido proporcionar una vida decorosa a los suyos? No hay esperanzas, y eso queda muy claro cada vez que nos llega, a las puertas de casa, un huracán.