Murillo también se ofrece a recibir a nicas expulsados de EEUU sin brindar un plan de empleo – Nicaragua Investiga

En un discurso cargado de retórica antiestadounidense, la dictadora Rosario Murillo extendió este martes, al igual que Ortega, una invitación a los nicaragüenses que puedan ser deportados desde Estados Unidos, calificando el sueño americano como una «pesadilla» y un «engaño». Sin embargo, esta aparente muestra de solidaridad contrasta dramáticamente con la realidad migratoria que vive Nicaragua bajo su administración: un país que ha forzado el exilio de más de 300,000 ciudadanos por motivos políticos desde 2018.

La paradoja del régimen Ortega-Murillo

«Aquí está su tierra, está su pueblo, está su raíz», declaró Murillo en medios de propaganda en clara referencia a los migrantes nicaragüenses en el exterior. No obstante, estas palabras suenan huecas para las decenas de miles de familias que han sido obligadas a abandonar el país tras la crisis sociopolítica de 2018, cuando el régimen de Daniel Ortega desató una represión sistemática contra la oposición política, estudiantes, periodistas y organizaciones de la sociedad civil.

Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 100,000 nicaragüenses han solicitado asilo en Costa Rica desde 2018, mientras que miles más han emigrado hacia Estados Unidos, México y otros países centroamericanos huyendo de la persecución política, el cierre de espacios democráticos y la crisis económica derivada de la inestabilidad.

El silencio sobre las soluciones económicas

Mientras Murillo critica las «ilusiones» del sueño americano, su discurso omite una pregunta fundamental: ¿qué oportunidades laborales esperan a los miles de compatriotas que podrían regresar al país?. Nicaragua atraviesa una de sus peores crisis económicas de las últimas décadas, con altos niveles de desempleo informal y la clausura forzada de cientos de organizaciones no gubernamentales que generaban empleo directo e indirecto.

Sacerdote critica a Murillo: ¿Cómo una mujer puede promover odio contra su propio entorno?

El régimen ha desmantelado sistemáticamente el tejido productivo del país. La confiscación de bienes a opositores, el clima de incertidumbre jurídica y las sanciones internacionales han ahuyentado la inversión extranjera, limitando severamente las oportunidades de empleo formal.

Un país sin capacidad de absorción laboral

Los expertos en migración centroamericana señalan que Nicaragua carece actualmente de la infraestructura económica necesaria para absorber un flujo masivo de retornados. El sector formal de la economía se ha contraído significativamente, mientras que el informal —ya saturado— no puede ofrecer ingresos dignos a las familias que dependen de las remesas enviadas desde el exterior.

La doble moral del discurso oficial

La contradicción más evidente en el discurso de Murillo radica en su simultaneidad: mientras extiende los brazos a los deportados desde Estados Unidos, su gobierno mantiene en el exilio a opositores políticos, periodistas, académicos y activistas de derechos humanos. En los últimos años, el régimen ha desnacionalizado a más de 450 nicaragüenses, incluyendo escritores, exguerrilleros sandinistas históricos y líderes empresariales.

Estos son los sectores que están impulsando la economía de Nicaragua según el Banco Central

Esta desnacionalización masiva representa una medida sin precedentes en la historia moderna de América Latina, convirtiendo a ciudadanos en apátridas por el simple hecho de disentir del gobierno.

El trasfondo geopolítico

El discurso de Murillo se inscribe en una estrategia más amplia del régimen Ortega-Murillo de instrumentalizar el tema migratorio para sus fines propagandísticos. Al presentarse como víctima del «imperialismo estadounidense» y ofrecer refugio a los deportados, el gobierno busca legitimidad internacional mientras oculta su responsabilidad directa en el éxodo de nicaragüenses.

¿Cómo fue la «Operación Telaraña» y qué hizo Ucrania para adentrase en territorio ruso?

Esta narrativa permite al régimen desviar la atención de sus propias políticas represivas y presentarse como defensor de los derechos de los migrantes, una posición que resulta insostenible ante la evidencia documentada de violaciones a los derechos humanos en territorio nicaragüense.

Perspectivas y desafíos

La realidad migratoria nicaragüense continuará siendo compleja mientras persistan las causas estructurales que la originan: represión política, crisis económica y ausencia de un estado de derecho. Las declaraciones de Murillo, lejos de ofrecer soluciones reales, evidencian las profundas contradicciones de un régimen que ha convertido la migración forzada en una herramienta de control político.

Para los miles de nicaragüenses en el exterior, tanto los que han emigrado por razones económicas como los que han sido forzados al exilio político, el verdadero desafío no radica en las promesas retóricas del régimen, sino en la construcción de un futuro democrático que les permita regresar con dignidad a una Nicaragua libre y próspera.