“Los masones dignos seguimos de frente”: denuncian complicidad con la ilegalidad e injerencia del MINJUS
- Cuba
- junio 15, 2025
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LA HABANA, Cuba – Casi al final de la conferencia de prensa, desarrollada este 14 de junio en el edificio de la Gran Logia de Cuba por el Gran Maestro por sustitución reglamentaria Juan Alberto Kessel Linares, y otros aspirantes al alto cargo, llegó el momento más álgido, el que todos los presentes esperaban.
“No hemos hablado de la injerencia del Ministerio de Justicia pero sí de la complicidad que ha tenido la señora Miriam García con Mayker Filema”, afirmó Kessel Linares ante el aplauso de los alrededor de sesenta masones y la presencia de medios de presa independientes y extranjeros.
Se escucharon frases como “Ahora sí”, “por donde salga Ud. salimos todos” y “apoyo total”.
“No es posible -añadió Kessel- que hayamos ido el día después de la sesión del 25 de mayo al MINJUS para informar lo sucedido y ya nos estaban esperando con un dictamen diciendo que no estaban de acuerdo. Y ha sido la señora Miriam García quien ha estado interviniendo (entorpeciendo) en que esto tenga una solución, que no ha sido transparente ni con el MINJUS ni con nosotros, y que nos ha vacilado, en el mejor sentido de la palabra. La persona que debería velar por el cumplimiento de la ley es la misma que ha estado apegada a Mayker Filema”.
El 25 de mayo último, el Gran Maestro Mayker Filema fue destituido por acuerdo unánime de más del 60 por ciento de los masones reunidos en Alta Cámara (Poder Legislativo) ese día. Sin embargo, continúa ocupando la oficina del Gran Maestro en el edificio de la Gran Logia de Cuba, firmando como Gran Maestro e incluso emitiendo decretos para suspender a las logias y a los masones que aprobaron su destitución; todo ello, con la complicidad de Miriam García, Directora del Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia (MINJUS).
Según la Ley 54, conocida como Ley de Asociaciones, el MINJUS debe aprobar cada acuerdo tomado tanto por las logias como por la Alta Cámara, incluso los cambios en la legislación. El MINJUS tiene la potestad de reconocer -o no- a un Gran Maestro, sin importar que este haya sido elegido -o destituido- democráticamente. En este caso, aunque Filema ha sido destituido por la Alta Cámara, el MINJUS lo sigue respaldando y reconociendo como Gran Maestro, haciendo caso omiso al reclamo de las logias y en contradicción con la legislación masónica. Hasta que el MINJUS no apruebe la destitución de Filema, este puede seguir ocupando el cargo.
De esta forma, el MINJUS, como institución gubernamental, tiene una potestad que no tiene ninguna otra homóloga en ningún país democrático: incidir directamente en los asuntos internos de asociaciones de la sociedad civil.
Aunque los masones intentaron alejarse de cuestionamientos políticos, esta injerencia por parte del MINJUS quedó expuesta en la conferencia de prensa.
El pasado año, los masones expulsaron al entonces Gran Maestro Mario Urquía tras un escándalo por el supuesto robo de 19.000 dólares y una serie de violaciones cometidas por este. Sin embargo, el MINJUS lo restituyó en el cargo. Urquía se vio obligado a renunciar dos meses más tarde ante la presión de la comunidad masónica y tras una histórica protesta de masones a las afueras de su oficina.
Con este precedente, surgió la pregunta de qué harán en caso de que el MINJUS decida continuar desoyéndolos y reconociendo a Filema. La respuesta de Kessel fue categórica:
“Filema ha violado nuestra legislación para perpetuarse en el poder, ha dado un golpe de Estado, actualmente está usurpando el cargo y le hemos presentado todas las pruebas al MINJUS. La sesión del 25 de mayo es irrevocable. En estos momentos, nadie quiere una confrontación. Seguiremos luchando, entregando documentación al MINJUS, agotando las vías legales. Si no se nos escucha, semana por semana estaremos aquí, reclamando nuestros derechos. Los masones dignos, seguiremos de frente. Nuestra última opción sería ocupar el edificio”.
Las intervenciones de agentes externos, dígase órganos de la Seguridad del Estado, en organizaciones de la sociedad civil como la Masonería ha ocurrido desde 1959. Ha sido esta la forma de controlar a instituciones y hombres que promueven valores que entran en contradicción directa con las dictaduras. El fenómeno no es reciente, pero en los últimos años, gracias a las redes sociales y a denuncias internas, los masones cubanos han encarnado una lucha para deshacerse de estas intromisiones, por recuperar su autonomía, lo cual también expone una ruptura con la oficialidad que los ha dominado desde 1959.
Por vez primera en más de seis décadas, una asociación fraternal en Cuba convoca a una conferencia de prensa para exponer su crisis interna, provocada por la complicidad y la injerencia de una institución gubernamental que, a su vez, responde al aparato represivo de la Seguridad del Estado. Han hecho lo que no hace ni el presidente del país: someterse al escarnio público y responder a la prensa incluso preguntas incómodas.
Poco a poco, los masones cubanos van rompiendo la inercia, pacíficamente, amparados en la ley, reclamando sus derechos. Y, con ello, han dado una histórica lección de civismo y democracia.