Los caminos del cemento importado de EE.UU. a Cuba conducen a la nieta de Raúl Castro

LA HABANA, Cuba. – Si pregunta en Google sobre las exportaciones de cemento a Cuba desde Estados Unidos, posiblemente la respuesta rápida elaborada por la IA será que prácticamente no existe. Pero, de acuerdo con los datos publicados por El Observatorio de la Complejidad Económica (OEC, por sus siglas en inglés), para agosto de 2023, Estados Unidos no solo se había convertido en el sexto país con mayor volumen de exportaciones generales hacia Cuba. Tras el pago de 366 millones de dólares, de suelo americano llegaron a la Isla carnes de aves y cerdo, leche en polvo, café y automóviles. Además de menores cantidades de una gran variedad de mercancías entre las que llama la atención una importación de cemento por el valor de 5.870 dólares. 

Poco menos de 6.000 dólares en cemento en un año no es un volumen suficiente para hablar de “comercio de cemento entre Estados Unidos y Cuba”, ya que representa apenas unas 35 toneladas métricas, según los precios promedios del producto en el mercado estadounidense en los últimos cinco años. De hecho, esta cifra resulta casi insignificante si se compara con las miles de toneladas que la Isla importa anualmente desde países como Panamá, Canadá, España, Alemania, Turquía o Colombia. 

Todo esto ocurre mientras la producción nacional de cemento en Cuba sigue reduciéndose cada año al punto de estar por debajo de las 250.000 toneladas, lo que equivale a menos de la mitad de lo que se producía en 1959 y a menos del 40% de los niveles alcanzados en los primeros años de la década de 1990, tras la caída del comunismo en Europa del Este. 

Pero esas pocas toneladas de cemento que Cuba compró en 2023 a EE.UU. son suficientes para confirmar que sí está entre los productos importados a pesar de las aparentes “restricciones” del embargo económico. 

Por tanto, existe al menos una entidad estadounidense que vendió, exportó y transportó la carga, así como otra empresa cubana (estatal, mixta, extranjera o del llamado “sector privado”) que adquirió ese material, a pesar de que varias fuentes consultadas, involucradas directamente en la importación de cemento a Cuba señalan que es posible importar cemento en mayores cantidades y a menor costo desde países del área (también desde Europa y Asia), pero la calidad del cemento producido en Estados Unidos es superior. Otra ventaja es que desde EE.UU. se puede importar como paquetería y no necesariamente como carga.

De hecho, no es la primera vez que alguna cantidad de cemento producido en EE.UU. termina en Cuba. 

Un funcionario en ejercicio de la Oficina del Historiador de La Habana, consultado bajo condición de proteger su identidad por temor a perder su trabajo, aseguró a CubaNet que durante la restauración y modificación de la casona del Vedado que ahora es sede del Centro Fidel Castro, fue necesario, con el fin de asegurar la calidad de algunos objetos de obra, importar como “paquetería”, a través de una agencia de envíos a Cuba, cemento especial y otros materiales afines específicamente desde Estados Unidos. La importación se realizó a mediados de 2019, y el centro se inauguró en noviembre de 2021. 

“Esa vez se pudo hacer mediante el apoyo de ‘grupos de amigos’”, asegura la fuente, que además agrega: “Lo hicimos a través de Apacargo S.A.”. Se trata de una empresa de envíos a Cuba establecida en Miami y con sucursales en otras ciudades de Florida. Esta compañía, como estrategia para evadir el embargo, había sido empleada por Eusebio Leal para trasladar a Cuba obras, autos y materiales de diversa índole, “destinados lo mismo al casco histórico que a otros asuntos ajenos a él”, recalca el mismo funcionario consultado.

Propiedad del cubanoamericano Eduardo Aparicio, fundada en Panamá en 2010 y más tarde establecida en Estados Unidos, Apacargo Express es la empresa que menos restricciones tiene por parte de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de EE.UU. (OFAC, por sus siglas en inglés) —en abril de 2023 recibió una segunda licencia de la OFAC para el envío de tractores, camiones, remolques y equipos agrícolas— y la que más rápido logra posicionar las cargas en puertos cubanos. La propia entidad se promociona como el primer exportador de equipos médicos para Medicuba, sin emplear a terceros países, al estar conectada directamente con las cubanas Transcargo, Aerovaradero, Aerogaviota (todas del grupo militar GAESA), y con la Agencia Aduanal y Transitaria Palco, del Consejo de Estado.

Pero, ¿cuál fue el destino de las casi 6.000 toneladas de cemento importadas por Cuba desde EE.UU. en 2023? 

Aunque CubaNet pudo comprobar que una parte considerable de la carga de cemento transportada a la Isla a través de Apacargo Express —emplazada en la Terminal de Contenedores (TC) de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZED)— estaba relacionada con la Oficina del Historiador como intermediaria o destinataria oficial (no final), la importación de 2023 nada tenía que ver con aquel otro cemento (en menor cantidad) destinado al Centro Fidel Castro. Sin embargo, según fuentes relacionadas con el procesamiento de la paquetería, esta sí estaba vinculada a otras obras de reparación y construcción ejecutadas por miembros de la familia del dictador, a partir del presupuesto destinado a los llamados Proyectos de Desarrollo Local (PDL), hasta 2024 financiados por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación en Cuba.

El cemento proveniente de EE.UU. se dedicó a la reparación de al menos dos locales destinados a la actividad de comercio minorista de pequeñas “empresas privadas”, y como parte de un Proyecto de Desarrollo Local (PDL) de los gobiernos de los municipios Playa, Plaza de la Revolución y Habana Vieja, que probablemente terminó extendiéndose de modo fraudulento a la construcción, reparación y ampliación de al menos dos viviendas en el reparto Siboney. Coincidente una de ellas con la ocupada por los dueños y arrendatarios de los locales de venta. 

¿Quiénes importaron el cemento de EE.UU. y para qué? 

Al no haber datos más recientes, y teniendo en cuenta —luego de una revisión exhaustiva de más de un centenar de grupos de venta en internet y de páginas de empresas importadoras y comercializadoras en la Isla, tanto estatales como privadas— que la totalidad del cemento importado que hoy se vende en los mercados formal e informal, en tiendas físicas y en línea, no proviene directamente de EE.UU., se podría concluir que las toneladas a las que se refiere El Observatorio de la Complejidad Económica para 2023 se trata de otra excepción, como la de 2019.

No obstante, en los últimos dos meses (abril y mayo de 2025), CubaNet ha encontrado dos anuncios de ventas al por mayor —sin concretarse, de acuerdo con información proveniente de la ZED— de empresas que aseguran poder importar contenedores del producto desde el país norteamericano, en las cantidades que el cliente solicite, en un período de tiempo breve, y con precios extremadamente bajos si se compara con el mismo producto importado de Panamá, República Dominicana, Turquía, Vietnam y España.

Pero es opinión general entre los más activos distribuidores y comercializadores en Cuba, un buen número de ellos entrevistados directamente por este medio, que no existe en la actualidad en el mercado interno cubano, y al menos en los últimos cinco años, semejante cantidad de cemento importado directamente de EE.UU. Que, aunque es poca en términos de intercambio comercial entre dos países, resulta significativa en un contexto en el que la mayor parte del comercio interno tiene lugar en el mercado informal, a partir de la sustracción de los inventarios existentes en los puertos y almacenes estatales y no estatales. 

Treinta toneladas es aproximadamente un contenedor de cemento. Berto H., un vendedor de materiales de construcción en el mercado alternativo, explica que “son como 1.000 y pico de bolsas”, y recalca que no ha visto venta de ese cemento en la calle.

Entonces ¿qué destino tuvieron esas únicas 35 toneladas de cemento provenientes de EE.UU. en 2023? ¿Quién las importó en realidad y para qué? ¿Por qué se usó la Oficina del Historiador para realizar la compra? 

CubaNet pudo confirmar con fuentes vinculadas a la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZED), y más específicamente con la Terminal de Contenedores (TC), que de acuerdo con los registros aduanales, dos envíos de cemento provenientes de EE.UU., distribuidos en sendos contenedores de 20 pies de capacidad, arribaron a Cuba entre los días 12 y 24 de febrero de 2023. La carga permaneció en ese enclave hasta el siguiente 10 de marzo, cuando finalmente fue liberada por la Aduana General de la República para los destinatarios Antonio D. Chang, de la Empresa Constructora Puerto Carena, de la Oficina del Historiador de la Ciudad; y María de la Caridad Sánchez, de la Empresa Provincial de la Construcción, perteneciente al MICONS, aunque subordinada al Gobierno de La Habana. 

Las importaciones se realizaron a nombre de personas naturales, pero todo indica que el cemento y los impuestos aduanales habrían sido asumidos por las empresas estatales que representan, de acuerdo con información proveniente de fuentes vinculadas a la Oficina del Historiador y al Gobierno provincial de La Habana, que además señalan como beneficiarios finales a varios emprendimientos privados de la capital. Estos negocios son presuntamente apoyados por los gobiernos municipales como “Proyectos de Desarrollo Local (PDL)”, con lo cual se justificaba la utilización de fondos estatales.

Dichos fondos provienen en su mayoría de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación en Cuba, que se mantuvo como tal hasta 2024, cuando el control de los fondos europeos pasó a la llamada Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT), totalmente controlada por el régimen cubano.

“Había varios problemas, con los fondos de los suizos, con los PDL que serían beneficiados y con las vías para hacerlo”, explica Tamara Fundora, exfuncionaria del Gobierno provincial de La Habana y vinculada a la oficina encargada de la administración de los fondos. “Por el embargo no es posible realizar una transacción del Gobierno ni de la Oficina del Historiador, mucho menos de una persona con familiares sancionados [por la OFAC], obligatoriamente hay que hacerlo a una persona en EE.UU. que actúa a modo personal, y ya por ahí alguien se beneficia al menos de una parte de ese dinero, y es por eso, solo por eso, que se eligió traer el cemento desde EE.UU.”.

“Además, y no solo por convenio, no se podían entregar directamente a los PDL seleccionados, había que canalizarlos a través de un organismo reconocido por los suizos, en este caso la Oficina del Historiador”, explica Tamara Fundora. La entrevistada añade que la justificación para la importación de ese cemento era su empleo en una obra de restauración, aunque después, por el mismo programa de los PDL, se usó en la rehabilitación de locales, uno en Plaza, que es el que ocupa el mercado Gaia, en calle F, y otros dos en Habana Vieja y Playa, pertenecientes al mismo PDL de Gaia. Estos fueron quienes solicitaron que la importación se realizara desde EE.UU. Repito: así las condiciones del embargo justificaban que los fondos se transfirieran de persona a persona; es dinero pasando de un lugar a otro sin demasiado control”.

“De haberse comprado en Panamá, por ejemplo, tendría que haberlo hecho por una importadora y por personas jurídicas, y eso no convenía a los que eligieron este otro esquema, ya que es más fácil de camuflarse en él, y eso es lo que buscaban, porque son quienes son”, señala la exfuncionaria que actualmente reside en el extranjero.

Mercado Gaia, el “proyecto de desarrollo local” de la nieta de Raúl Castro

Entre el 28 de marzo y el 3 de abril de 2022, el Gobierno Provincial del Poder Popular de La Habana y la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT) celebraron en ExpoCuba la Primera Feria de Desarrollo Local. 

Bajo el lema “En el desarrollo local CONTAMOS TODOS” fueron presentadas iniciativas empresariales y emprendimientos “privados” que habían recibido, a través de PADIT, financiamiento del Fondo Suizo para su creación, entre ellos la empresa Gaia (en aquel momento apenas un PDL acabado de crear), a nombre de Lisa Titolo Castro y de su pareja, Frank Camilo Yanes Maures, graduado de Ciencias Económicas por la Universidad de La Habana. 

Los nombres de Lisa y Frank Camilo, sin embargo, no aparecen en ningún registro que los relacione con el cemento importado desde EE.UU. en 2023 y que terminó permitiendo la restauración del local donde se encuentra Gaia Mercado. Desde 2019, Mariela Castro Espín, y su padre, Raúl Castro Ruz, se encuentran bajo sanciones de la OFAC por “su implicación en graves violaciones de derechos humanos”. Por esto, a Lisa le hubiera sido complejo usar su nombre y apellidos para gestionar el cemento que necesitaba. Además de que usando las instituciones estatales, costeaba su remodelación sin sacar dinero directamente de si bolsillo. 

La empresa, según consta en el Registro Cubano de la Propiedad Industrial, se encuentra domiciliada justamente en la vivienda que comparte la joven pareja con el resto de la familia, conformada por Mariela Castro Espín; Paolo Titolo, esposo de Mariela y padre de Lisa; y el hermano de esta, Paolo Raúl Titolo Castro.

De acuerdo con información ofrecida por diversas fuentes vinculadas tanto a PADIT como al Gobierno de La Habana, la feria de ExpoCuba tuvo varios propósitos, todos en torno al interés de las propias autoridades del régimen en el surgimiento de Gaia, no tanto como un emprendimiento privado sino como un esquema de absorción y apropiación de fondos, provenientes de todas partes del mundo y de organismos internacionales como el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), manejados por el régimen cubano a través de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT).

El propio programa oficial de la feria, publicado y aún accesible en el sitio web del Gobierno de La Habana, así como en otros medios digitales afines, destaca la participación de “Lisa Titolo” (el programa omite su segundo apellido, Castro) como expositora y promotora de Gaia en el lanzamiento de lo que hasta solo unos pocos días antes había sido un proyecto de desarrollo local (PDL). 

Apenas cuatro días antes de inaugurada la feria de ExpoCuba, el 24 de abril de ese mismo año, Lisa Titolo y Frank Camilo Yanes Maures habían recibido la aprobación de su proyecto como “pequeña empresa” (la número 2.555), según consta en los registros públicos de nuevas mipymes y cooperativas no agropecuarias (CNA) del Ministerio de Finanzas y Precios. 

Dentro del grupo de 138 emprendimientos aprobados ese mismo día (24 de abril de 2022), solo tres (dos de La Habana y uno de Cabaiguán, Sancti Spíritus) fueron inscriptos como PDL: Gaia fue uno de los afortunados. 

Igualmente, entre las más 8.000 mipymes y CNA inventariadas hasta 2024, solo 140 poseían la categoría de PDL, lo cual les otorga numerosas ventajas, entre ellas el recibo de fondos por parte del PADIT, así como una considerable disminución de la carga impositiva, lo cual refuerza la hipótesis de que muchos de esos proyectos han sido creados fraudulentamente por el propio régimen para desviar fondos obtenidos de los diversos gobiernos y organismos internacionales con programas de cooperación para el desarrollo.

Tan solo entre 2019 y 2022, Cuba habría recibido del PNUD un promedio de 350.000 dólares anuales, de acuerdo con los informes publicados por la organización, una cantidad que se suma a otros millones recibidos por organizaciones y gobiernos, fundamentalmente de Europa, con igual destino: los Proyectos de Desarrollo Local (PDL), así como para otros programas relacionados con políticas públicas donde se destacan los más de 30 millones de la ONU para actividades relacionadas con la “igualdad de género” que, tal como está diseñado el sistema institucional en Cuba, respecto al tema, van directo a instituciones propias, como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), este último dirigido por Mariela Castro, madre de Lisa Titolo. 

Dada la ausencia de documentos oficiales a los que se pueda acceder libremente, en tanto el asunto de los PDL y de las empresas y sujetos beneficiados debiera ser información pública, CubaNet ha entrevistado a personas involucradas en la gestión de los PDL como negocio lucrativo del régimen cubano. 

Marcelo Rodríguez, exfuncionario del Ministerio de Finanzas y Precios, conocedor de los esquemas que han tenido al PADIT como herramienta para el desvío de fondos, asegura que Gaia, más que un emprendimiento, a pesar de su pantalla más visible como mercado, es en realidad uno de “tantos agujeros” por donde se “desangran” las millonarias ayudas para el desarrollo recibidas por Cuba.

“Es un esquema [el de los PDL] que surgió mucho antes que el asunto de las mipymes, a finales de los años 90 con el incremento de la colaboración europea; y que igual les vino como anillo al dedo cuando los fondos de la cooperación suiza, que terminaron recientemente en 2024, dando paso al PADIT, que hoy gestiona todos los demás fondos”, explica Marcelo Rodríguez. “Tienen [las autoridades del régimen] que rendir cuenta a todos esos gobiernos y organismos, por supuesto, y están obligados a mostrar resultados. Pero es un teatro, y cuando ves que detrás de una PDL, que no son muchas, hay alguno de ellos, dígase la hija de Mariela o el nieto de Fidel Castro, entonces has dado con una puerta trasera por donde sacan esos fondos, descaradamente”, asegura el exfuncionario, cuya opinión coincide con la de otras fuentes consultadas.

Una especialista del PADIT, entrevistada para este reportaje bajo condición de anonimato, confirma que la creación de Gaia como PDL, y su posterior inscripción como pequeña empresa privada, ha tenido como propósito el desvío de fondos, incluso hacia EE.UU., de donde no solo se ha importado cemento —usando instituciones como la Oficina del Historiador, por ejemplo, o bien las facultades como emprendedores privados, ocultándose tras testaferros—, sino productos de todo tipo como alimentos, bebidas, autos, motos, electrodomésticos, que más tarde, una vez en puerto, son comercializados por diversas vías, incluido el mercado informal, o consumidos de modo personal.

“Entre la creación de Gaia como PDL en 2022, y su aprobación como mipyme transcurrieron días, horas”, afirma la especialista del PADIT: “Gaia no coincidió con la primera Feria de Proyectos de Desarrollo Local, sino que las dos cosas, la empresa y el espacio para presentarla surgieron juntos. Fue una feria creada exclusivamente para Gaia, aunque parezca que fue uno más entre otros emprendimientos”. 

“Ya se estaba creando el nuevo esquema para los fondos, y muchos de los organismos y representantes de gobiernos que llegaron a Cuba en esos días buscaban apoyar al sector privado, y se les hizo la presentación que deseaban, pero la idea ha sido siempre canalizar esos dólares y euros que de ningún modo podían irse a donde el Gobierno [cubano] no quería, aunque buena parte de ese dinero, no solo el de Gaia, se ha ido a Miami o a cuentas personales con el asunto de las importaciones, que no siempre tienen a las empresas como fin. Todo el que tiene un negocio en Cuba sabe que las mercancías se mueven mejor en el mercado negro que detrás de un mostrador”, considera la funcionaria.

En la Isla, los emprendimientos identificados por el régimen como “proyectos de desarrollo local” son importantes receptores de financiamiento y ayudas del exterior, además de que reciben una serie de subsidios para su ejecución, para los que se emplean recursos del presupuesto del Estado y la contribución territorial. En tal sentido, pagan muchos menos impuestos que las empresas y cooperativas no agropecuarias que no reciben la categoría. Además, están exentos del pago de las tarifas aduaneras por la importación de insumos que los gobiernos locales consideren necesarios para el desarrollo de la inversión.

Gaia, la empresa de Lisa Titolo Castro, no es solo el mercadillo o negocio familiar ubicado en las calles 1ra. y F, en El Vedado, y que tuvo su inauguración oficial a finales de septiembre de 2023. Gaia SRL, inscripta en abril de 2022 con el objetivo de “comercializar alimentos agrícolas y sus derivados”, es hoy un proyecto nada “local” y sí más ambicioso y abarcador, que se ha ramificado en otros negocios, muchos con la categoría de PDL. 

Según testimonios de varios de los trabajadores de las empresas que presuntamente estarían subordinadas a Lisa Titolo Castro o a su familia entrevistados por CubaNet, se presume que Gaia, como esquema, cuente con más de un centenar de empleados distribuidos en, al menos, un centro de elaboración de cárnicos (en Guanajay, Artemisa, mipyme Don Padrón, dedicada a la producción de cárnicos, igualmente categorizada como PDL e inscripta el 8 de abril de 2022 a nombre de otra persona, con el número 2.834). Además, controlaría dos microempresas dedicadas a la construcción, elaboración y venta de materiales, incluido cemento importado (G.A.O. Construcciones SRL, de Plaza; y Constructora Winlanho, de Boyeros, ambas PDL, inscriptas el 14 de abril de 2022, con los números 2.939 y 2.944, respectivamente).

De acuerdo con información del personal que labora para esas entidades, a Gaia también se le atribuyen dos fincas (una en Santa Fe y otra en La Lisa, ambas oficialmente del Ministerio del Interior, y con fuerza laboral proveniente de centros penitenciarios) con aproximadamente 60 hectáreas de tierras cultivadas, más cría de animales, cuyos productos son destinados a la venta en divisas, el turismo y la exportación, así como a varios puntos de comercio minorista y mayorista tanto en La Habana como en las demás provincias. También es conocida una página de comercio electrónico, más un almacén de misceláneas en Playa, en la misma ubicación de su domicilio. 

A los negocios de la familia de Raúl habría que agregar el conocido restaurante y dulcería El Biky, ubicado en la esquina de las calles Infanta y San Lázaro, en Centro Habana. Aunque la información obtenida por CubaNet mayormente coincide que pertenece a Mariela Castro, su verdadera propietaria, es administrado por un testaferro. 

De hecho, el modelo de empresa empleado por la nieta de Raúl Castro, dirigido a absorber fondos exteriores, ayudas internacionales y contribuciones del presupuesto del Estado como proyecto enfocado en la comunidad y su desarrollo y de gran interés para el Gobierno, es una copia de la misma estrategia fraudulenta que sostiene a una institución como el CENESEX, dirigido por Mariela Castro.  

CubaNet intentó establecer contacto vía telefónica y por correo electrónico con las personas asociadas a estos negocios para confirmar la información, obtenida de fuentes al interior de los gobiernos provinciales donde están enclavados los emprendimientos. Sin embargo, ninguna de las personas contactadas accedió a responder las preguntas enviadas por este medio, con la excepción de un individuo identificado como Jorge Luis Cuello, que respondió ser “agente de ventas” de G.A.O. Construcciones SRL, que no tenía una sede física y que desconocía si la empresa era propiedad de Lisa Titolo.

Tras la revisión de los perfiles en redes sociales de algunos de estos dueños de negocios, socios y cercanos tanto a Gaia como a Lisa Titolo Castro y Frank Camilo Yanes Maures, consta que todos comparten amistades en común.

El empresario italiano Paolo Titolo, padre de Lisa Titolo Castro, es representante en la Isla del Grupo Amorim, perteneciente a una de las familias más rica de Portugal, involucrada en escándalos de fraude, corrupción y lavado de dinero, en especial los relacionados con Isabel dos Santos, hija del expresidente angolano José Eduardo dos Santos, cuya fortuna fue construida mediante la apropiación de recursos públicos.

A mediados de 2017, Paolo Titolo, como representante de Amorim, firmó acuerdos con el Ministerio de Turismo de Portugal, aprovechando la visita a La Habana de su máxima representante. En esa ocasión, según lo reseñado por la prensa oficial de la Isla, se llegaron a acuerdos para el otorgamiento de becas en la Unión Europea, presuntamente para la preparación del personal de turismo cubano vinculado a las empresas de Amorim en Cuba (que administra junto con GAESA más de una decena de hoteles)*. 

Unos años antes de la rúbrica de este acuerdo de becas, en 2000, Américo Amorim, propietario del grupo empresarial que lleva su apellido y amigo íntimo de los Castro, había sido acusado de falsificación de documentos, fraudes y desvío de dinero del Fondo Social Europeo. La Unión Europea le exigió una indemnización con carácter retroactivo desde 1987, con base en la utilización fraudulenta de dinero para la “formación profesional” entre 1985 y 1988. De modo que cualquier semejanza con el esquema de Gaia y la apropiación del sistema de fondos para los PDL, no es simple coincidencia. 

* Información extraída del libro Europa S.A.: la influencia de las multinacionales en la construcción de la UE, Icaria Editorial, p. 290, de la autora Belén Balanyá.