“Libertad para la Gran Logia de Cuba”: qué pasó con los masones este domingo

LA HABANA, Cuba.- Entonando las notas del Himno de Bayamo y a gritos de “viva la masonería cubana” y “viva Cuba”, decenas de masones forzaron la entrada al edificio de la Gran Logia, en las calles Belascoaín y Carlos III, en La Habana, donde un grupo de sus hermanos les impedía el paso.

En los videos enviados a la redacción de CubaNet, se observa cómo al menos cinco hombres, con actitud desafiante y matonesca, bloqueaban la puerta de entrada al edificio. Entre ellos se identificaron a tres masones: Jesús Martínez Frómeta, Raúl Pérez Martín y Rolando Céspedes Mena.

“Los violentos no somos nosotros”, “el edificio es de todos”, “tenemos derecho a entrar”, dijeron los masones al exponer el impedimento de acceso al inmueble por esos hermanos. Pocos minutos después, decidieron forzar la entrada.

Varios testigos de lo sucedido declararon a CubaNet que, en medio del forcejeo, Martínez Frómeta comenzó a echar alcohol en la cara a algunos de ellos con un pequeño pomo que llevaba escondido. Mientras, Pérez Martín intentaba cerrarles la puerta y Céspedes Mena agarró a Gerardo Cepero por la camisa para arrinconarlo, pero solo logró rompérsela. La confrontación casi provoca altercados violentos, pero “los hermanos tratamos de controlar la situación, de no caer en provocaciones, de demostrar que los violentos eran ellos, no nosotros”.

Así accedieron al lobby del edificio, cantando el himno de guerra de los cubanos, escrito también por un masón: Perucho Figueredo.

No obstante, los mismos matones que les bloqueaban la entrada se ubicaron en la escalera para impedir el paso. Fue entonces que, en otro intento de pacifismo y hermandad, el resto decidió que si ellos no podían subir pues nadie lo haría.

“Esta es nuestra casa, ustedes no pueden impedirnos la entrada a nuestra casa; la Gran Logia es de todos los masones, no de ustedes. Están violando la Constitución masónica al impedirnos entrar”, se escucha en uno de los videos publicados en las redes.

En otro video se escucha: “Nosotros pudiéramos subir por la fuerza, pero no queremos violencia y estamos tratándolos como hermanos pese a que están violando la ley”.

Los masones que bloqueaban la entrada inicialmente, pretendían impedir el acceso a una espuria reunión convocada por el ex Gran Maestro Mayker Filema Duarte y sus acólitos. Filema bajó poco después e intentó dialogar con los presentes, quienes se negaron a escuchar sus justificaciones para usurpar el cargo, sostenerse como dictador e impedir el acceso al edificio.

Espuria sesión

Los masones acudieron al lugar en respuesta a la convocatoria a una sesión de Alta Cámara (Poder Legislativo) realizada por Mayker Filema, Gran Maestro destituido por ellos el 25 de mayo último, pero quien tiene el respaldo del Ministerio de Justicia (MINJUS) y de la policía política. Según sostienen, Filema carece de autoridad desde que fuera destituido, además, la sesión se desarrollaría con una ínfima representación de logias y de masones, pues la mayoría han sido suspendidos por el propio Filema.

Asimismo, estaban indignados luego de que en la jornada anterior Juan Alberto Kessel Linares y Víctor Bravo Cabañas, Gran Maestro y Gran Secretario por sustitución reglamentaria (elegidos tras la destitución de Filema y hasta la convocatoria a elecciones), respectivamente, fueron detenidos por la Seguridad del Estado en la estación de Picota, en La Habana, a la cual habían sido citados previamente.

En un comunicado oficial circulado por Filema Duarte ese mismo día, este aseguró que realizaría una denuncia ante las autoridades del régimen. Sin embargo, la citación a Kessel y Bravo que terminó en detención está fechada el 4 de julio, lo cual apunta a una posible estrategia premeditada entre los órganos de la Seguridad del Estado y el líder masón destituido para e impedir la oposición a su mandato.

Ambos fueron liberados en la noche del 5 de julio, pero con la advertencia de que no podrían acercarse a la Gran Logia y de que, en lo adelante, solo podrían salir para asistir a sus centros de trabajos.

“Filema y todos los que lo apoyan han sido lo peor que ha pisado la Gran Logia en mucho tiempo. Han acusado incluso a sus hermanos ante las autoridades, con lo cual es muy posible que les hayan arruinado la vida. Debería darles vergüenza. Es la actitud más anti fraternal que he visto en la Masonería”, dijo a CubaNet uno de los masones que asistió a la protesta en la Gran Logia.

“No va a subir”

Los masones se mantuvieron bloqueando el acceso al edificio por más de siete horas. Sostenían que todos, incluso los suspendidos por Filema, tenían derecho a entrar.

Testigos presenciales aseguran que el ex Gran Maestro incluso se trasladó a la estación policial de Zanja, a pocas calles de allí, para denunciar lo que estaba sucediendo y pedir la intervención de la policía. Los alrededores del edificio estaban custodiados por personas vestidas de civil, o sea, agentes de la policía política.

En mi caso, una patrulla policial y varios oficiales de la Seguridad del Estado me mantuvieron bajo arresto domiciliario arbitrario con el objetivo de impedirme reportar desde el lugar. Al menos un activista de derechos humanos, residente cerca de la Gran Logia, me comunicó que también tenía cerco policial.

Alrededor de las 2:00 de la tarde Filema Duarte intentó subir al edificio. La respuesta de los masones fue impedírselo a gritos de “no va a subir”. Aunque este intentó forzarlo con groserías y guaperías, estaba solo contra más de un centenar de hombres. Se vio obligado a salir entre berrinches.

Una hora después, se acercó nuevamente y declaró que suspendería la reunión pero que no renunciaría a su cargo. Luego, se retiró del lugar.

Por el momento, los masones salieron victoriosos, pero su lucha no ha acabado. La Gran Logia de Cuba permanece bajo el mando de Filema y sus acólitos, quienes cuentan con el respaldo del MINJUS y de la policía política.

Los masones saben que pueden ser perseguidos, detenidos y amenazados, pero están decididos a recuperar su Gran Logia y su democracia, y a terminar con la injerencia. Por este motivo, antes de retirarse el domingo, se dieron cita para asistir todos los días hasta lograr que Filema abandone la oficina y el cargo.

“Vamos a recuperar nuestra institución, que es más que un edificio. Los masones hemos dicho Basta”, aseguró uno de ellos.

Al finalizar la protesta, entre los presentes circulaban panfletos en los que se leía “Libertad para la Gran Logia de Cuba”.