
Hablan médicos que escaparon de la Misión Cubana en Italia: «Ni en Europa somos libres»
- Cuba
- septiembre 3, 2025
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Por primera vez, doctores cubanos que han huido de la Misión Médica Cubana en Italia rompen el silencio. Sus testimonios arrojan luz sobre por qué huyen los médicos cubanos en Calabria.
Al menos 12 médicos han roto relaciones con la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos S.A. (CSMC), la empresa estatal cubana que, según investigó CubaNet, supervisa y se beneficia de las brigadas médicas de la Isla en Italia. Las cifras más altas se registran en las provincias de Cosenza (7) y Vibo Valentia (3), seguidas de Catanzaro (2). Del total, cinco han abandonado la Misión Médica Cubana en la última semana: unos se trasladaron a la sanidad privada, otros viajaron a España y, el resto, dejó de transferir a la Comercializadora la parte de su salario requerida por La Habana. Este simple acto de rebeldía es suficiente para ser declarado “desertor” por el régimen de la Isla.
En esta ocasión, dos médicos cubanos “libres” ofrecen una visión inédita sobre las razones principales que los llevaron a escapar de la Misión Médica en Calabria. Mientras tanto, dos doctoras que aún permanecen dentro del programa denuncian el endurecimiento de las medidas de control tras el destape de CubaNet en junio pasado. Afirman que tienen “miedo incluso de hablar por teléfono” y citan amenazas de la jefatura de la Misión en las últimas seis semanas. “Nos dijeron que tienen maneras de identificar a los que denuncian”, relató una médica.
Retener los títulos para frustrar a los médicos
En una entrevista exclusiva con CubaNet e Il Sussidiario, un médico cubano que escapó de la estatal CSMC y que ahora trabaja de manera independiente en Italia reveló cómo La Habana utiliza los títulos profesionales como mecanismo de control. Según el galeno, los médicos cubanos no tienen acceso a sus propios documentos académicos y profesionales, un método diseñado deliberadamente para restringir su movilidad y evitar deserciones masivas.
“Te chantajean con tus títulos”, explica. “Si un médico deserta, las autoridades del Ministerio de Salud Pública retienen sus documentos profesionales”.
Sin estas credenciales, los galenos no tienen manera de validar su competencia en Italia.
Aunque la ley les ofrece un camino hacia la práctica independiente de manera temporal —y algunos lo han logrado—, la mayoría sigue atada a la Misión Médica Cubana. Los médicos, si bien pueden conservar su identificación y permisos de residencia, no tienen control sobre la legalización de sus diplomas ni sobre la certificación de habilitación para el ejercicio de la medicina. Sus credenciales profesionales quedan en poder de las autoridades correspondientes en La Habana y Calabria, lo que los hace dependientes del régimen para poder ejercer en él país europeo con plena autonomía.
Desde Italia, una doctora que también trabaja de manera independiente confirmó que sus documentos profesionales fueron retenidos y que el proceso de legalización ha sido bloqueado. “Cuando te vas, te ponen en una lista negra. En Italia necesitas tus documentos, pero primero deben ser legalizados en La Habana y luego apostillados en la embajada italiana”.
Las restricciones no se limitan a los desertores. En España, médicos cubanos emigrados también han denunciado la negación de acreditaciones, según el medio madrileño The Objective. Esta práctica forma parte de un patrón que se remonta al menos a una circular de octubre de 2017 emitida por la Organización Nacional de Bufetes Colectivos (ONBC), que prohibió la legalización de expedientes académicos y laborales para profesionales de la salud vinculados a misiones en el extranjero.
Iniciativas de derechos humanos como “No Somos Desertores” denuncian que esta política, en efecto, limita la libertad de los médicos cubanos para trabajar fuera del control del Estado y restringe su movilidad profesional incluso en países donde existen vías legales para ejercer su profesión.
“No hay opciones. Es con ellos o con tu miserable vida de médico en Cuba, siempre bajo el gastado discurso de que ‘la Revolución te hizo médico’, como si eso fuera justificación para ser esclavo de por vida, sí, de por vida. Porque tomar otro camino es traición a la patria, castigado con ocho años sin poder entrar a tu propio país”, dijo una médica de la misión.
Si un médico que trabaja en Cuba solicita iniciar el trámite para obtener sus documentos profesionales, las autoridades lo perciben como un intento de desligarse del sistema. Lo mismo ocurre si lo hace mientras integra alguna brigada médica internacionalista, lo que puede resultar en la rescisión de su contrato laboral.
“La Misión funciona bajo un sistema de observación constante. Ni en Europa somos libres. Es vergonzoso que en un continente donde prevalece la democracia, esto pase desapercibido”, lamenta el médico.
“No hay forma de acceder a los documentos que tiene la Azienda”, dijo la misma fuente en referencia a la Autoridad Sanitaria Provincial (ASP) de Cosenza, donde una funcionaria del Ministerio de Salud de Cuba es responsable de recibirlos y custodiarlos. “Los documentos llegan al país a través de la valija diplomática de la Misión. Cuando dejé la Misión, la ASP rescindió mi contrato”, agregó.
Una doctora de Reggio Calabria dijo a CubaNet no poder solicitar sus documentos, alegando que existe una estrecha relación entre la Azienda y el jefe de la Misión Médica Cubana, Luis Enrique Pérez Ulloa, quien también funge como representante de la CSMC en Italia.
“No puedo ir a la Azienda a pedir nada, porque la persona allí informa de inmediato a Luis Enrique, y corro el riesgo de que me cancelen el contrato, como ya le pasó a otros dos”, contó. (La doctora pidió proteger su identidad para evitar represalias).
El miedo es palpable
“Podrían revocar mi contrato si Luis Enrique [Pérez Ulloa] me acusa de alguna indisciplina”, precisa, refiriéndose al Acuerdo Marco Italia–Cuba, que otorga al funcionario mencionado poderes extraordinarios. Aunque el acuerdo establece formalmente que los contratos se firman directamente entre el profesional y la región italiana de Calabria —no con la empresa cubana—, en la práctica le otorga a La Habana la capacidad de decidir. Si la Misión declara que un médico es “no apto”, la región está obligada a actuar, convirtiendo esa cláusula en un veto indirecto sobre el derecho del trabajador a ejercer.
Varios médicos mencionaron la constante amenaza por parte de los jefes de Misión de ser revocados y enviados de regreso a Cuba, así como la presión para que transfieran su salario a la CSMC. “El temor de que te regresen a tu país es quizás el más demoledor de todos”, admitió el especialista.
La capacidad de estos doctores para buscar empleo en el extranjero está aún más restringida por el estatus de “regulado” que las autoridades cubanas imponen a los especialistas para evitar el éxodo de personal de salud —una restricción que, curiosamente, no impide el envío de médicos a misiones internacionales—. Esto significa que, si su contrato en el extranjero es revocado, serán devueltos a Cuba sin posibilidad de salir del país libremente.
La medida está amparada en el Decreto-Ley 306 de 2012, incorporado luego al artículo 97 de la nueva Ley de Migración, bajo el argumento de “preservar la fuerza laboral altamente calificada” del país.
Sin derechos y sin recursos
Este 1ro. de septiembre, el Comité para la Defensa de la Salud de Polistena denunció las condiciones que obligaron a un médico cubano a abandonar el hospital donde trabajaban: “Es hipocresía institucional, es mala gestión, es humillación para quienes curan y para quienes necesitan ser curados”.
En un comunicado publicado en Facebook, la presidenta del comité Marisa Valensise y de la cooperativa social “La Mimosa”, con sede en Polistena, en la provincia de Reggio Calabria, lamentó la salida del doctor Robernay, un traumatólogo cubano del hospital local. Valensise defendió la decisión del galeno, quien tras una “vida llena de grandes sacrificios y enormes renuncias”, se había integrado en la comunidad con “humanidad”, dijo.
“Al final, el sueño de libertad, dignidad e independencia prevaleció sobre el deber y nuestras necesidades. Y no podemos culparlos. ¡1.200 euros al mes! ¡Un médico que salva vidas humanas! Esto ya no es cooperación internacional. Esto es explotación”, aseguró en referencia a las condiciones impuestas a los profesionales cubanos en la Misión Médica de Calabria.
Valensise también se dirigió a Roberto Occhiuto, responsable del acuerdo para la contratación de médicos cubanos en Calabria para pedirle explicaciones: “Presidente Occhiuto, basta ya. Díganos claramente por qué también se están yendo los médicos cubanos. Díganos por qué un médico que salva vidas cada día tiene que ser reducido a la miseria. Díganos si este es su modelo de sanidad: tapar agujeros con carne de cañón”, con profesionales a los que incluso les han quitado la dignidad”, exigió.
Aunque en Italia la ley los protege, los médicos cubanos están bajo el control de la Misión que no les permite sindicalizarse.
A esto se suma a crisis sanitaria en Calabria que “ha constituido una fuente de estrés importante” para los médicos cubanos, que se enfrentan a servicios “deprimidos”, “sobrecarga de trabajo”, influida en gran medida por el “número insuficiente de operadores sanitarios” en los centros de salud, según una comunicación de profesionales que trabajan en el hospital de Annunziata, Cosenza, a la jefatura de la Misión.
Otra desventaja de estar bajo el control de la CSMC es la intención de la empresa de imponer condiciones ajenas a lo establecido en Italia.
La ley de inmigración italiana permite a los trabajadores con permisos de residencia válidos solicitar la reunificación familiar, siempre que cumplan con los requisitos de ingresos, vivienda y obtención del nulla osta (no objeción) o permiso correspondiente.
Sin embargo, la Misión Médica Cubana impone reglas internas que restringen estos derechos en lugar de facilitar su ejercicio. El 4 de enero de 2025, el jefe de la Misión, Luis Enrique Pérez Ulloa, emitió la Circular No. 31, que refuerza un estricto control sobre las visitas familiares: remarca la exigencia de autorización previa mediante formularios oficiales y advierte que cualquier incumplimiento será tratado como falta disciplinaria. Esta circular subraya las restricciones ya contenidas en el contrato individual ilegal que los médicos firman con la CSMC (el cual, según hallazgos de CubaNet, prevalece sobre el segundo contrato que se firma con el SSR italiano).
La medida también está incluida en el “Reglamento Interno de la Misión Médica Cubana en Italia” derivado de la Resolución 368/2020 del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, que establece el marco disciplinario para los cooperantes cubanos en el extranjero y que contrasta abiertamente con el derecho laboral e inmigratorio italiano.
Al obstruir la sindicalización y la reunificación familiar, la Misión Médica Cubana priva a su personal de derechos que legalmente le corresponden en Italia y refuerza así su dependencia del control de la Misión en lugar de asumir las protecciones laborales del país anfitrión.
Se desconoce si las autoridades italianas han ignorado la situación o han sido cómplices del esquema.
Tanto CubaNet como Il Sussidiario contactaron a diferentes abogados expertos en derecho laboral italiano, sin embargo, en los casos donde se obtuvo respuesta, los expertos declinaron referirse al tema dada su “sensibilidad”.
Expansión en marcha
Las brigadas médicas cubanas suelen expandirse rápidamente en los países receptores, lo que genera dependencia en los sistemas de salud locales. Esta estrategia, que ahora se observa en Italia, responde a la principal fuente de ingresos de Cuba: la exportación de servicios médicos, mientras se apropia de la mayor parte de los salarios de los doctores.
A finales de agosto, otra región de Italia, Molise, anunció que contrataría médicos cubanos siguiendo el modelo usado en Calabria, a pesar de las denuncias de trabajo forzoso. El presidente de Molise, Francesco Roberti, describió el acuerdo como una “idea concreta” para enfrentar la crónica escasez de personal sanitario.
Para una doctora de la Misión entrevistada por CubaNet a propósito de la noticia, “eso quiere decir que Italia no está tomando en cuenta lo que está sucediendo con nosotros”.
Otros se preguntan por qué Molise no contrata directamente a los médicos cubanos. “Ver la foto del jefe de Misión con el presidente de la región de Molise es indignante. Luis Enrique [Pérez Ulloa] responde a los intereses de la dictadura”, dijo una cuarta fuente entrevistada por CubaNet, también en condición de anonimato para evitar represalias.
Por su parte, la Misión Médica Cubana no parece conformarse con plantar bandera en Molise; podría tener planes de llegar aún más lejos: el apoyo reciente del Consejo de Veneto a la cooperación cubana y las disposiciones de emergencia extendidas hasta 2027 en esta región son un guiño a la consolidación de un modelo basado en la explotación laboral y en intereses políticos.
En este contexto, Veneto ha aprobado la contratación de médicos extranjeros con títulos no reconocidos, pese a que miles de jóvenes italianos son rechazados cada año en las facultades de medicina. La resolución, firmada el 30 de julio y presentada por la consejera Manuela Lanzarin como una solución temporal, elude los estándares nacionales y abre la puerta a un sistema sanitario fragmentado. Los candidatos solo necesitan residencia legal y conocimientos básicos de italiano que serán evaluados por una comisión, lo que genera serias dudas sobre su capacidad para manejar emergencias, comprender dialectos locales o redactar historias clínicas precisas, advierte el Quotidiano online.
Esto no sería tan preocupante si no formara parte de lo que parece ser una campaña silenciosa para llevar más médicos cubanos a la región. En mayo pasado, en el Palazzo Ferro Fini en Venecia, Erika Baldin (M5S), secretaria consejera de la Oficina de Presidencia del Consejo Regional del Veneto, organizó una conferencia de prensa para resaltar el papel de los médicos cubanos en la revitalización del Servicio Nacional de Salud italiano. La experiencia de Calabria fue el modelo expuesto.
Acompañada de representantes de Asociación Nacional Italia-Cuba (ANAIC), la empresa cubana Medicuba, que organiza donaciones de medicinas a Cuba, y la embajadora del régimen cubano en el país europeo, Mirta Granda Averhoff, Baldin elogió el acuerdo de Calabria con La Habana y presentó la colaboración como una solución a la grave escasez de personal sanitario en las regiones italianas.
Además, Baldin repitió los argumentos de los funcionarios cubanos y sus intermediarios italianos (ayuda humanitaria, bajo costo y disponibilidad inmediata), pero omitió las graves denuncias de explotación laboral y violaciones de derechos humanos asociadas a estas misiones.
En junio pasado, Pérez Ulloa, junto con la embajadora cubana, se reunió con Stefania Proietti, presidenta de la región Umbría, para hablar sobre cooperación médica. Durante el evento, representantes italianos hablaron del programa de “exportar médicos, no misiles” como un “modelo global de convivencia entre los pueblos, colocando la solidaridad en el centro de su acción”.
Occhiuto también ha defendido el programa presentándolo como prueba de “libertad e integración”. Sin embargo, los críticos señalan que este movimiento refleja la lógica de emergencia e improvisación que caracteriza al sistema político de Occhiuto, en el que la visión a corto plazo y el control centralizado prevalecen sobre procesos democráticos y soluciones a largo plazo.
En este contexto, los médicos cubanos no son simplemente una fuerza laboral extranjera; se han convertido en un instrumento político incrustado en un modelo de gobernanza que muchos en Calabria están empezando a cuestionar.
Rompiendo cadenas
En las seis semanas que han pasado desde que CubaNet publicó su investigación “De La Habana a Calabria: La estafa perfecta contra los médicos cubanos”, un efecto dominó de repercusiones mediáticas, políticas y legales ha sacudido a Italia.
El reportaje generó una amplia cobertura y consultas en ambos lados del Atlántico, expuso la fuga de médicos cubanos de la misión y obligó a las autoridades a responder a solicitudes de información de este medio. También ha impulsado pedidos de transparencia y rendición de cuentas del Gobierno calabrés por políticos como Domenico Tallini y el senador Ernesto Alecci, así como interpelaciones parlamentarias de la diputada Anna Laura Orrico. Se ha solicitado al menos una investigación policial, mientras que procesos de fiscalización ya están en marcha dentro de un escándalo de corrupción más amplio que condujo a la renuncia a finales de julio del presidente regional de Calabria y principal promotor del acuerdo Italia-Cuba, Roberto Occhiuto.
“Seguramente el Gobierno italiano está realizando sus investigaciones, pero ellos [la jefatura de la Misión] manipulan todo con la narrativa del imperialismo estadounidense y el bloqueo, lo cual puede resultar algo persuasivo para algunos”, razona la segunda doctora entrevistada.
Pese a la propaganda, los testimonios de los médicos que huyen son elocuentes.
“Me fui por la forma en que operan las misiones… La única salida es abandonar la Misión”, dijo un médico que admitió que, a pesar de la vigilancia y los controles estrictos, estos programas ofrecen posibles rutas de escape y medios para mantener a sus familias en la Isla. La libertad, enfatiza, es lo que más se disfruta después de dejar la Misión: “Tener control sobre mí mismo, sobre mis decisiones —buenas o malas— es lo que verdaderamente significa la libertad”.
Otra doctora, en cambio, ya lo tiene resuelto: “Mi decisión está tomada. La libertad cuesta: a algunos les ha costado sangre; yo pagaré con ocho años sin entrar a mi país. ¿Y sabes qué? Siento paz”.
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