‘Fallido y derrochador’: el Parlamento de Sudáfrica finiquita el acuerdo con los militares cubanos

‘Fallido y derrochador’: el Parlamento de Sudáfrica finiquita el acuerdo con los militares cubanos

  • Cuba
  • marzo 18, 2025
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El Comité de Cartera de Defensa y Veteranos Militares (PCDMV, por sus siglas en inglés) del Parlamento de Sudáfrica calificó como «fallido y derrochador» el denominado Proyecto Thusano, acuerdo entre los militares de ese país y los de Cuba, que ha reportado millones de dólares a las arcas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de la Isla.

En una reunión para evaluar el programa, que comenzó en 2012 y expiró en enero último, y ante las críticas que ha recibido de distintas autoridades en los pasados años, el Departamento de Defensa presentó el Proyecto Kgala, una nueva iniciativa diseñada para abordar los fracasos de su predecesor.

De acuerdo con el sitio Defense Web, el Thusano, que tenía como objetivo capacitar a personal militar sudafricano, reparar vehículos de defensa y formar médicos militares en Cuba, «fue objeto de escrutinio debido a acusaciones de mala gestión financiera y gastos irregulares». 

El Auditor General de Sudáfrica entregó una evaluación del Proyecto Thusano que revela que este resultó en 93.706.516 dólares (1.700 millones de rands) en gastos irregulares, debido al incumplimiento de las regulaciones de adquisiciones. 

Los acuerdos en el marco del proyecto, señala la revisión, no se adhirieron a la Ley de Gestión de las Finanzas Públicas de Sudáfrica ni a las regulaciones del Tesoro, puesto que «la adquisición de servicios de Cuba eludió los procesos competitivos estándar, y no se realizó un análisis de costo-beneficio para justificar los gastos», citó el reporte.

Entre las consecuencias financieras del Thusano está, por ejemplo, que el costo de utilizar mano de obra cubana fue hasta 3,8 veces mayor que si se hubiera empleado a técnicos sudafricanos.

Además, la revisión mostró que los costos de capacitación de militares sudafricanos en Cuba eran excesivos. Por ejemplo, la formación en la Isla de estudiantes de Medicina fue un 136% más cara que si hubieran estudiado en el país.

Solo entre 2015 y 2024, el Departamento de Defensa envió 108 estudiantes de Medicina a Cuba, pero la Fuerza de Defensa de Sudáfrica no fue capaz de demostrar que la formación impartida condujera a la sostenibilidad a largo plazo de ese organismo.

Otro asunto abordado por la comisión parlamentaria fue el escándalo que provocó la compra del medicamento Heberon por los militares sudafricanos al régimen de Cuba durante la pandemia del Covid-19. El fármaco fue introducido en el país sin cumplir las normas regulatorias locales y acabó por vencerse. 

Ese negocio, que costó casi dos millones de dólares a Sudáfrica, acabó con la devolución del Heberon a la Isla, lo que impidió que acabaran pagándose 12,5 millones de dólares más. «Sin embargo, la falta de supervisión en el proceso de contratación puso de manifiesto fallos más amplios en materia de gobernanza», señaló la revisión parlamentaria.

Pese a las críticas, el Departamento de Defensa defendió su acuerdo con los militares cubanos y aseguró que «la industria de defensa de Sudáfrica había demostrado ser poco confiable en el mantenimiento de vehículos y equipos militares».

Luego de iniciado el Proyecto Thusano, argumentó el general de Brigada BG Mtsweni, jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica, la decisión de recurrir a las FAR fue impulsada por «los costos exorbitantes y la falta de confiabilidad en el sector de defensa local». 

Según el militar, el Thusano permitió reparar 10.779 vehículos militares en un período de siete años, muchos de los cuales habían sido considerados previamente irreparables por contratistas locales.

Pese a esto, en 2022 el político Kobus Marais, representante del partido opositor Alianza Democrática, denunció, citando documentación de los militares sudafricanos, que el equipo de misión principal de las Fuerzas Armadas de Sudáfrica «está en una situación lamentable: roto, fuera de servicio o pudriéndose. Este es un estado de cosas vergonzoso, que nos expone a estar mal preparados en tierra, aire y mar», escribió en un periódico local.

En consecuencia, el Comité de Defensa y Veteranos Militares del Parlamento se mostró escéptico frente al sustituto del Proyecto Thusano presentado por los militares.

El Departamento de Defensa ofreció el nuevo Proyecto Kgala como «una alternativa más rentable y conforme, afirmando que reduciría el gasto en un 82,3% en cinco años. A diferencia de su predecesor, el Proyecto Kgala no incluirá formación profesional, que se integrará en el Marco de Oportunidades de Aprendizaje en el Extranjero de Sudáfrica».

Pero, dado que el comité recordó que los profesionales formados en Cuba en el marco del Proyecto Thusano no pudieron inscribirse en los organismos profesionales sudafricanos, lo que hizo que sus calificaciones carecieran de valor, el órgano parlamentario exigió garantías de que el Proyecto Kgala se alinearía con los estándares nacionales de acreditación, asegurando que el personal capacitado pudiera ser reconocido formalmente en sus respectivos campos.

El comité pidió además una mayor transparencia y rendición de cuentas en la implementación del Proyecto Kgala, por lo que el Departamento de Defensa se comprometió a una colaboración más estrecha con la oficina del Auditor General, prometiendo informes periódicos y un cumplimiento más estricto de las regulaciones financieras.

Al finalizar la sesión, Chris Hattingh, miembro del comité de la Alianza Democrática, rechazó el nuevo proyecto, y lo calificó como una versión rebautizada del «fallido y derrochador Proyecto Thusano». 

El legislador señaló que el Thusano malgastó el dinero de los contribuyentes sudafricanos, al «canalizar miles de millones de rands a Cuba» sin ofrecer beneficios tangibles a Sudáfrica o a su personal militar.

Hattingh también rechazó la afirmación de que la participación de los militares de Cuba en el entrenamiento y la transferencia de habilidades era esencial, alegando que este en cambio tenía motivaciones políticas: pagar por la vieja alianza entre el Partido del Congreso Nacional Africano (ANC) y La Habana.

En diciembre pasado trascendió que la Fuerza Aérea de Sudáfrica canceló un acuerdo vigente desde 2014 con las FAR de Cuba para que sus cadetes recibieran entrenamiento en la Isla, lo que suponía ingresos considerables para los militares del régimen de La Habana.

De acuerdo con el jefe de la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica (SANDF), el general Rudzani Maphwanya, el primer grupo de cadetes sudafricanos entrenados en Cuba se encontró con varios problemas a su regreso, dado que estos se adiestraron utilizando aviones rusos o de Europa del Este y siguiendo una doctrina radicalmente diferente de los estándares occidentales de entrenamiento de aviones y vuelo de la aviación sudafricana.

Lo anterior implicó que los pilotos, controladores del espacio aéreo y técnicos egresados de los cursos en la Isla tuvieron dificultades para adaptarse a los protocolos sudafricanos.

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