
«Estoy hasta el cuello de vivir así»: Trabajador cubano pide limosnas para sobrevivir
- Cuba
- agosto 23, 2025
- No Comment
- 4
Yampier Lázaro Pastor Marín, de 51 años y diagnosticado con acondroplasia, camina alrededor de un kilómetro a diario hasta comenzar su segunda «jornada laboral».
LA HABANA, Cuba. – Sentado en las afueras del Gustazo, una mipyme que se dedica a la venta de variados productos, Yampier Lázaro Pastor Marín extiende hacia los transeúntes un recipiente donde espera que le echen alguna limosna.
El hombre de 51 años, diagnosticado con acondroplasia desde los tres años de nacido, camina alrededor de un kilómetro a diario para llegar hasta la Palma, Arroyo Naranjo, donde asegura que comienza su segunda “jornada laboral”.
“Llevo nueve años trabajando en una empresa del Estado donde se confeccionan artículos de papel y cartón. Allí gano 2.500 pesos, pero eso no me alcanza ni para un paquete de pollo. Por eso, cuando termino de trabajar me voy a pedir limosnas para poder sobrevivir”, cuenta Pastor Marín.
Según afirma, su situación se agravó tras el fallecimiento de su madre, en 2015. Ella era el sustento económico de su hogar, asegura.
“Yo no trabajaba ni nada; una vecina me dijo que fuera a Bienestar Social a pedir una pensión o para que me dieran la chequera que era de mi mamá… Fui, me vio una comisión médica y dijo que yo estaba apto física y mentalmente para trabajar”.

Con apenas tres años de nacido, los médicos le diagnosticaron acondroplasia, una condición de salud que afecta principalmente el desarrollo óseo.
“A partir de los tres años fue cuando me empecé a deformar. [La acondroplasia] me afectó los tendones y los huesos. Me operaron de los tobillos, de la vista, de los oídos… y me pusieron cuñas de huesos en la planta de los pies. Aunque no tengo movilidad en el empeine, mejoré, porque antes de operarme solo podía usar zapatos ortopédicos”, precisó.
Asimismo, recuerda que la última vez que entró al salón de operaciones para someterse casi pierda la vida debido a que su cuerpo no asimiló la anestesia administrada.
“Me dio un paro respiratorio por la cantidad de anestesia. Mi quitaban el Levin y no respondía, no respiraba… Me dijeron que más nunca podía ponerme anestesia general”, contó.

Pastor Marín aprendió a caminar sin necesidad de ayuda a los seis años, debido a la malformación en sus pies causada por la acondroplasia. “Había que llevarme de la mano como a un niño de meses, no sabía caminar”, recordó.
A la pregunta de cómo logra sobrevivir en el contexto actual del país, el hombre detalla que lo logra gracias a la ayuda de “algunos cubanos de buena voluntad”.
“Vivo con lo que se me pega por ahí, más lo que yo busco pidiendo; con eso me compro mi pizza. Hay veces que me regalan un poquito de arroz ya cocinado; otro me regala un poquito de frijoles y resuelvo como se pueda. No tengo otra opción”, explicó. “Estoy sobreviviendo por la fe y la esperanza que tengo de que algún día mi vida pueda cambiar para bien porque estoy hasta el cuello de vivir así, pasando tanta miseria”, terminó.
Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.