
En La Ceja no quieren que la prometida sede del Sena se vuelva un “elefante blanco”
- Colombia
- marzo 17, 2025
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Si las cosas hubieran salido como estaban programadas, los habitantes del Oriente antioqueño estarían disfrutando hoy de una sede moderna del Sena en La Ceja para formarse en temas relativos a la Cuarta Revolución Industrial y economía naranja.
La obra fue presentada en febrero de 2020 por el director general de la entidad de ese momento, Carlos Mario Estrada, como una megaestructura de más de 13.185 metros cuadrados dotada para el desarrollo de áreas como agricultura de precisión, biotecnología, robótica, servicios ambientales y otras de alta demanda para dinamizar la economía de esa subregión.
La inversión inicialmente comprometida eran 30.000 millones de pesos y el proyecto comprendía tres etapas, la primera de las cuales comenzaría en el segundo semestre para ser entregado dentro del mandato del entonces presidente Iván Duque.
En el mismo terreno donde se iba a levantar ese sueño ya habían funcionado antes algunos programas de la Fundación Universitaria del Oriente (Funorie), luego el colegio Sencala y posteriormente las instalaciones se las entregaron al Sena bajo convenio –según recuerda el secretario de Educación de La Ceja, Mario Velásquez–. Pero la cuantiosa inversión para modernizar las instalaciones exigía que el municipio oficializara la cesión del lote a esa entidad y para ello el Concejo suscribió un acuerdo municipal en mayo de 2020, el cual fue votado por unanimidad autorizando al alcalde “para enajenar y transferir el activo”.
“Esta obra, que integra ambientes de formación con áreas administrativas, de esparcimiento y de urbanismo, no solo beneficiará a los habitantes de La Ceja; también en ella podrán formarse ciudadanos de poblaciones cercanas como El Carmen de Viboral, El Retiro, La Unión, Abejorral, y en general de cualquiera de los 23 municipios que conforman el Oriente antioqueño”, decía el optimista comunicado de prensa.
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Finalmente los trabajos comenzaron no en 2020 sino entre finales de 2021 e inicios de 2022 para derrumbar las vetustas construcciones de madera en forma de cabañas vacacionales, comenzaron las excavaciones y luego la instalación de las bases que soportarían la armazón metálica que actualmente es visible al público al lado de una sede deportiva y recreativa del Municipio.
Hasta ahí todo bien, pero las cosas no salieron como estaban pensadas, de suerte que Duque no alcanzó a cortar la cinta y los trabajos se paralizaron justo cuando se instaló en la Casa de Nariño un nuevo presidente –Gustavo Petro– y en el Sena una nueva administración.
Hoy día, del monumental complejo de tres edificios que estaba proyectado solo está el esqueleto del primero, hecho en unos ángulos metálicos que le dan efectivamente una imagen futurista, porque se parece a la técnica de rieles y tornillos que se ve en las películas gringas para levantar rascacielos. Por lo menos durante parte de 2023, todo 2024 y lo que va de 2025 no ha habido trabajadores, despertando el temor entre los cejeños de que el proyecto monumental se convierta en un inmenso “elefante blanco”.
La Contraloría General de la República le tiene puesto el ojo al tema y ha hecho un seguimiento minucioso a los avances en la gestión de las soluciones.
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La esperanza es que en los últimos meses han corrido voces de que el Sena está buscando reactivar los trabajos.
Para ello, lo primero fue buscar que el Concejo de La Ceja pospusiera el término que establecía la devolución del lote si la sede educativa no se culminaba en 2023. Un nuevo Acuerdo da un límite más holgado, hasta noviembre de 2023 para el traspaso al Municipio, si se presenta el caso de que la primera etapa no esté lista en esa fecha, según confirmó el presidente de la corporación cejeña, Javier Alejandro Orozco.
Un “coctel” de factores en contra
La subdirectora del Sena en Rionegro, Erika Pineda, le aseguró a EL COLOMBIANO que aunque es cierto que hubo una revisión de prioridades en la institución a nivel nacional con el cambio de gobierno, a partir del 7 de agosto de 2023, el estancamiento de la construcción nada tuvo que ver con avatares políticos surgidos del empalme Duque-Petro, sino de varias coyunturas que agotaron el presupuesto.
Lo primero, de acuerdo con la funcionaria, fue la inundación del lote ocurrida en 2020, que obligó a rediseñar la obra. Después vinieron los efectos de la pandemia del Covid-19 y del estallido social, que paralizaron los puertos y generaron una crisis mundial de contenedores; fuera de eso estuvo el encarecimiento internacional del acero y el hierro hasta en un 300% por la suba del dólar, y la guerra de Ucrania.
A esas alturas habían culminado la fase A del primer edificio, consistente en el trámite de las licencias, las excavaciones, cimientos, la estructura metálica, columnas y losas, todo por valor de $16.204 millones más 1.259 millones de la interventoría. Pero no había plata suficiente para contratar la fase B para las redes eléctricas, fachada, mampostería y cerrajería.
El año pasado contrataron una consultoría para actualizar los costos y en diciembre el resultado indicó que culminar el edificio empezado costará casi $29.000 millones. De ellos hay disponibles en una fiducia del Instituto para el Desarrollo de Antioquia (IDEA) $11.000 que quedaron por ejecutar y otros $10.000 millones apropiados del presupuesto de 2025. Con esa cantidad más los rendimientos financieros, las directivas del Sena calculan que faltarían casi $7.000 millones.
“El director dice que este año no sería posible destinar más recursos, pero que hay muchas posibilidades para 2026”, anotó la señora Pineda, quien resaltó que por ahora las otras dos edificaciones –de las que solo hay estudios y únicamente una posee diseños– quedan en stand by debido no solo a que no hay presupuesto sino a que la primera da para tener una buena cobertura durante varios años.
De hecho, la dotación tampoco está asegurada. Es más, habrá una revisión obligada tanto de esta como de los programas que se habían diseñado para la sede de La Ceja porque en el tiempo transcurrido los planes de desarrollo de los municipios del Oriente han definido diferentes prioridades y ni qué decir de los cambios que se han producido en las realidades del mundo y las necesidades del mercado.