
En el paro del petrismo, el malestar de los que no marcharon fue protagonista
- Colombia
- mayo 30, 2025
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Las dos jornadas de marchas callejeras instigadas desde la Casa de Nariño, con las que el Gobierno pretendía demostrar su fortaleza para impulsar la consulta popular y de paso hacer un pulso electoral para 2026, tuvieron un mínimo impacto político; en cambio, provocaron el hastío de trabajadores, comerciantes, camioneros y ciudadanos en general, afectados por los desmanes de encapuchados y bloqueos de vías.
Los desórdenes más graves sucedieron al anochecer del miércoles en Bogotá. “Una marcha que se desarrolló del Parque Nacional a la Plaza de Bolívar, no tuvo mayor afectación, se desarrolló con tranquilidad y se dispersó rápidamente, pero desde muy temprano, en varios puntos hubo grupos que se dedicaron a bloquear y afectar los derechos de los ciudadanos”, reportó el alcalde Carlos Fernando Galán.
Los puntos críticos, en los que fue necesaria la intervención de policías antimotines, fueron La 26, La NQS con calle 45, la estación de Banderas, Usme y Suba.
En esta última localidad se registró un fuerte enfrentamiento entre encapuchados y uniformados, en el barrio La Gaitana.
Allí se presentó una concentración de personas que hacían una velatón pacífica cerca de un CAI de la Policía, en conmemoración a Angie Alejandra Rodríguez Moreno, de 27 años, quien perdió la vida en un procedimiento policial el pasado 22 de mayo.
De repente aparecieron jóvenes enmascarados arrojando bombas molotov y papas explosivas contra la instalación oficial. Al sitio fueron enviadas tanquetas para tratar de repeler a los revoltosos, y el conflicto se desplazó por un par de horas a las manzanas vecinas.
En horas de la mañana, los protagonistas fueron los ciudadanos que se opusieron a los bloqueos y actos de vandalismo de los encapuchados en otros lugares de la capital. Tal cual quedó evidenciado en videos publicados en redes sociales, les gritaron a los vándalos que los dejaran “camellar”.
“La conclusión de esto es que la gente está cansada de lo que está pasando. No aceptan que se utilice el argumento de una supuesta protesta, para afectar los derechos de la ciudadanía; 1’800.000 personas perjudicadas en Transmilenio y el sistema de buses de Bogotá por cuenta de estos bloqueos, 211 rutas se vieron afectadas”, aseveró Galán.
Los ataques de los encapuchados continuaron en la mañana del jueves 29 de mayo, esta vez en la ciudad de Popayán (Cauca). Allá una horda de vándalos hostigó el CAI de Policía del barrio La Paz, lanzando artefactos explosivos improvisados.
En ese momento solo había un uniformado en la caseta, el cual salió ileso gracias a la intervención de los vecinos, que se interpusieron y ahuyentaron a los agresores.
En carreteras de Bolívar, Cesar, Caldas, Santander y Meta los bloqueos afectaron a los camioneros y pasajeros de buses interdepartamentales. La Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar) estimó que las pérdidas de su gremio superan los $12.000 millones.
Y la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), calculó esas pérdidas en cerca de $278.000 millones diarios.
La indignación cundió entre la gente, que aprovechó la presencia de los periodistas para quejarse porque no pudieron enviar a sus hijos a estudiar, perdieron citas médicas y llegaron tarde a sus respectivos empleos.
Parado en una de las tarimas, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, declaró que “compañeros en las diversas localidades lograron realizar, bloqueando el transporte masivo de Transmilenio, que era una de las tantas formas con las cuales veníamos a realizar este paro nacional de 48 horas”.
En respuesta, el alcalde Galán anunció que, “con base en esta confesión, mañana mismo Bogotá va a presentar la denuncia penal, para que sea la justicia la que investigue y determine esta responsabilidad”.
Al margen de los desmanes, las centrales obreras lideraron marchas que fueron mayoritariamente pacíficas, en las principales ciudades del país.
Según los datos del Puesto de Mando Unificado instalado por el Ministerio de Defensa, al cierre de esta edición se contabilizaban “246 actividades en 198 municipios, entre ellas 103 concentraciones y 88 marchas”.
Este paro nacional, convocado por los sindicatos y el gobierno de Gustavo Petro, buscaba apoyo para la controvertida consulta popular y las reformas sociales; al mismo tiempo, serviría para medir el ambiente callejero de cara a las próximas elecciones de 2026.
Sin embargo, no contó con el respaldo masivo que el petrismo esperaba.
Incluso se convocó a “cabildos abiertos”, con una asistencia inferior a las 500 personas en la Plaza de Bolívar de Bogotá y el centro de Cali, en la tarde del jueves.
La situación fue aprovechada por los sectores de la oposición, que la calificaron como “un fracaso” de Petro y sus seguidores.
“Qué pena con el presidente, hombre, que no le llegaron los que él pensaba a la Plaza de Bolívar, se esperaba que esto iba a estar repleto y mire, no le salió la gente, están bravos”, dijo Alirio Barrera, senador del partido Centro Democrático, mientras grababa la plaza.
“El presidente @petrogustavo es tan obtuso, y el @PactoCol tan inmaduro, que en lugar de estar celebrando el importante avance de la reforma laboral están es lloriqueando por un paro que salió mal. Hombre. En el fondo no les importa gobernar sino hacer campaña. Qué ceguera”, fustigó Cathy Juvinao, representante a la Cámara por la Alianza Verde.
El propio presidente Petro se desmarcó del paro nacional, ante el resultado inesperado, y aseguró que él no convocó a las marchas, sino “las centrales obreras y la coordinadora popular”. Se le olvidaron, tal vez, todas las veces que arengó “al pueblo”, durante sus eventos públicos, para que saliera a las calles en defensa de su proyecto político.