El plan de pueblo antioqueño para convertirse en la capital de los jubilados y el cuidado en Colombia

El plan de pueblo antioqueño para convertirse en la capital de los jubilados y el cuidado en Colombia

“¿Y a ti quién te va a cuidar?”. Con esa frase Mario Velásquez cierra cada vez que presenta el proyecto ambicioso y un tanto quijotesco con el que el municipio de La Ceja arrancó su plan para convertirse en la capital por excelencia en Colombia para el retiro y el cuidado.

Decir que La Ceja planea transformarse en una especie de Florida, una tierra atractiva para los jubilados, sería una comparación fácil y además inexacta. Si bien el estado sureño es conocido por ofrecer a los ancianos gringos un buen clima, lujosas ciudadelas exclusivas para jubilados y sus gabelas fiscales con impuestos bajos, Florida figura como uno de los peores estados para garantizar acceso a cuidados y bienestar para la población en general. Y es justamente lo contrario lo que pretende el municipio del Oriente antioqueño.

Hace ocho meses La Ceja se convirtió en el primer municipio del país en implementar un Sistema Municipal del Cuidado, un proyecto que radicó la administración de la alcaldesa María Ilbed Santa ante el Concejo y que se convirtió en política pública por unanimidad. Santa, la primera mujer elegida por voto popular para gobernar La Ceja, dice que decidió jugársela con este como proyecto bandera porque su propia carrera política se la debe a que encontró en su hogar y con su compañero la distribución de las tareas de cuidado necesarias para compaginar su profesión con la crianza de sus dos hijas, y que de otra manera hubiese sido imposible, como ocurre, en general, con quien tiene a cargo (casi siempre mujeres) la responsabilidad de proveer atenciones y cuidados a niños, padres, cualquier otro familiar o personas con discapacidad.

Hay un elemento fundamental para entender el alcance de lo que pretende La Ceja. Hace exactamente un año la Corte Constitucional, en un histórico fallo, decidió que el cuidado es un derecho fundamental al fallar a favor de una madre de un niño con síndrome de Down cuya EPS se negó a garantizarle un cuidador al niño para que ella pudiera trabajar. Lo que dijo la Corte en su sentencia es lo mismo que ya llevaban años recalcando expertos abanderados del tema, como la directora del Departamento de Sociología de la Javeriana, Ángela María Jaramillo: los países que pretenden un desarrollo social y económico tienen que garantizar que todas las necesidades de cuidado de su población recaigan en un sistema robusto y no se suplan principalmente a merced solo de personas.

El Ecosistema de Cuidado de La Ceja está pensado para ofertar el 90% del equipamiento necesario: recreación, cultura, formación, atención integral, en un rango de 30 cuadras y todo relativamente cerca en minutos. FOTO: JULIO CÉSAR HERRERA

El Ecosistema de Cuidado de La Ceja está pensado para ofertar el 90% del equipamiento necesario: recreación, cultura, formación, atención integral, en un rango de 30 cuadras y todo relativamente cerca en minutos. FOTO: JULIO CÉSAR HERRERA

Mario Alberto Velásquez, secretario de Educación, comenzó el año pasado a construir con su equipo lo que llaman Ecosistema del Cuidado. El punto de partida para tener una información base era conocer qué necesitaba la población para saber cómo cuidarla. Por eso uno de los primeros aliados en sumarse fue Comfama, la principal IPS de La Ceja, que atiende a 56.000 de sus casi 75.000 habitantes. “Dijimos, bueno, necesitamos saber de qué se enferman en La Ceja, por qué consultan; por enfermedades mentales, cardiovasculares, y sabiendo eso pudimos crear una primera canasta de servicios para atender las posibles causas, es decir, mala alimentación, estrés, falta de actividad física, en fin”, explica Velásquez.

Siguiendo el ejemplo de los casos exitosos de ciudades del cuidado, Mario y su equipo estructuraron toda la oferta de la canasta de servicios para que todo se encuentre a unos 20 minutos; la distancia, el tiempo y la accesibilidad son las claves del éxito. El 90% del equipamiento que conforma el Ecosistema del Cuidado en La Ceja se aglomera en unas 30 cuadras, en las que se encuentran el Parque Educativo, la unidad deportiva, el Centro de Inclusión y Discapacidad, los centros gerontológicos, Comfama, el Centro Cultural, biblioteca, el teatro, un parque lineal, una sección de la plaza de mercado para formar sobre nutrición saludable, el nuevo Centro de Cuidado, lavandería comunitaria y otros espacios que se irán sumando a lo largo de este año. “Esto está pensado para que sea un encadenamiento, por ejemplo, si una mujer cuidadora tiene a sus papás adultos mayores, los puede llevar al Centro de Cuidado donde van a encontrar atención integral mientras ella en el Parque Educativo, que está justo cruzando la calle, termina su bachillerato o recibe formación para el mercado laboral y crea así condiciones para una mayor independencia económica”, explica Mario.

La Ceja, municipio de jubilados y foráneos

Mapear completamente a la población les tomará hasta junio próximo. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Ministerio de la Igualdad metieron mano para adelantar la caracterización completa: saber cuántas madres cabeza de hogar tiene el municipio, cuántos hogares unipersonales, cuantas personas con discapacidad, cuántos adultos mayores y cuántos de ellos viven solos; cuántos son nativos y quiénes llegaron a radicarse. Es un trabajo, literalmente, puerta a puerta.

Pero hay cosas sobre las que tienen certezas en el municipio desde hace tiempo: La Ceja se convirtió en los últimos años en un lugar apetecido para el retiro de jubilados provenientes de varias partes de Antioquia, principalmente el Valle de Aburrá, y algunas zonas del país.

Ana María Ceballos, asesora del equipo del secretario Velásquez, apunta que hay zonas en el municipio donde los residentes, predominantemente, son adultos mayores. Menciona Manzanares, por ejemplo, que según sus cálculos puede estar habitado hasta en un 80% por esta población. En el barrio La Aldea, que nació hace dos décadas con casas de interés social para familias del municipio, el 51% de los residentes actuales son oriundos de otros lugares. Allí también se repite el patrón, según señala Flor Viviana Patiño, integrante de la JAC del barrio: creciente cantidad de vecinos que están o van llegando a tercera edad y parejas solas.

La población de entre 0 y 17 años en La Ceja alcanza los 15.500 habitantes, mientras que los mayores 55 años superan los 16.300. En menos de un año, los usuarios de los programas de atención a adulto mayor pasaron de 1.300 a 2.300.

En La Ceja se están levantando ciudadelas pensadas para construirse gradualmente en un plazo de diez o quince años, serán pueblos dentro del pueblo. Y lo mismo: los perfiles de comprador, de interesado en esas viviendas que predomina, son personas armando su proyecto de retiro y parejas.

Ante la pregunta de si han contemplado que en caso de consolidar un exitoso modelo público-privado de cuidado esto pueda desencadenar una migración masiva de jubilados a un municipio con una oferta de servicios e infraestructura atractivas como pocas en el país, Velásquez dice que sí, que no solo lo han pensado sino que lo incluso lo esperan: “con o sin Sistema de Cuidado esto está pasando ya, no solo acá, el envejecimiento de la población es una tendencia irreversible, mínimo, por la próxima década. Lo que estamos haciendo es prepararnos. Es posible que en diez años necesitemos menos cupos escolares y más en atención gerontológica, todo esto es la preparación para ese momento”.

Ana María dice que desde ya tienen pensado cómo encontrarle la comba al palo con ese fenómeno de llegada de nuevos residentes en plan de jubilación. Con el perfil que han identificado de esta población: profesionales y con interés en integrar iniciativas en el municipio planean un equipo de voluntarios cualificados para formar a las personas que integren los diferentes programas.

Esta semana le entregaron el proyecto a la Fundación Kreanta, de Barcelona, una de las organizaciones que apoyaron a Medellín a desarrollar su transformación social y cultural en los primeros años de este siglo. Si Kreanta y el Ayuntamiento de Barcelona confían en el potencial del Sistema de Cuidado de La Ceja recibirán una financiación de 180.000 euros para impulsar su ejecución este año.

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