
El Gobierno cubano aprueba dos nuevos decretos leyes para ‘perfeccionar’ el control de las armas
- Cuba
- marzo 14, 2025
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Ante el repunte de la violencia en Cuba, así como el incremento del uso de armas de fuego en asaltos, robos y otros delitos, que elevan la inseguridad ciudadana en el país, el Gobierno aprobó dos nuevos decretos leyes para «perfeccionar las regulaciones para el adecuado y más eficaz control y fiscalización de las armas, sus accesorios y municiones», informó el Parlamento Cubano en su página web.
Durante una sesión ordinaria del Consejo de Estado celebrada esa semana, funcionarios de los ministerios de Justicia, Interior y Fuerzas Armadas avalaron las nuevas normas, cuyo contenido no fue publicado pero que, dijo la Asamblea Nacional del Poder Popular, está «en correspondencia con la atención que presta a este tema el Estado Revolucionario, y los acuerdos y resoluciones adoptados por las Naciones Unidas para un control más eficiente».
El máximo órgano de Gobierno aprobó, además, la disposición normativa «Modificativa del Decreto Ley 344 ‘Del Régimen Especial de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas Revolucionarias'», del 16 de diciembre de 2016, que «busca perfeccionar la protección en materia de seguridad social en este ámbito«, detallaron los funcionarios implicados en el proceso.
Estos decretos leyes llegan después de que, en 2024, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias ordenara la custodia armada y la declaración como área militar de «zonas de producción agropecuarias, de inversiones constructivas y de montaje, y otras áreas urbanas y rurales».
En la Resolución 9/2024, el organismo oficial indicó que la medida se promulga para «incrementar la seguridad y protección física» de esas áreas, que serían en lo adelante «de interés para la defensa». En una de sus disposiciones, la norma ordena «emplear armamento del tipo escopeta o arma con munición de perdigones de diferentes calibres para la seguridad y protección de las zonas».
Recientemente, la Aduana General de la República dijo que, en 2024, detectó un número «significativo» de armas, en diferentes intentos por entrarlas al país, pero no precisó la cantidad ni la envergadura de dicho armamento.
En este contexto, la Policía de Cárdenas, Matanzas, detuvo a un ciudadano, identificado como Dioscórides Rosales Cabrera, tras encontrarle una escopeta no registrada entre sus pertenencias, durante un operativo de registro vehicular. Según precisó el perfil de Facebook oficialista «Con todos la victoria», Rosales Cabrera tenía antecedentes penales por «acaparamiento y daños».
Esta semana, además, efectivos policiales detuvieron a los cinco presuntos implicados en el reciente asesinato con un arma de fuego de un custodio de la Empresa Mayorista de Alimentos de Camagüey. En una escueta nota, el Ministerio del Interior indicó que estas personas serían las responsables de la muerte, por un disparo, de Osmany Trujillo Guevara, de 58 años, durante un intento de robo ocurrido en la madrugada del pasado 8 de marzo en dicho almacén, ubicado en el municipio Esmeralda.
«Ciertamente es considerable el aumento del uso de armas de fuego en la comisión de delitos. No sucede, demasiado, en los asesinatos, en los cuales los asesinos prefieren utilizar armas blancas -son las armas más comunes en el entorno cubano-, pero sí sucede, por ejemplo, en asaltos y robos», dijo José Manuel González Rubines, investigador del Observatorio Cubano de Auditoria Ciudadana, a Martí Noticias.
Dicho observatorio, una iniciativa del laboratorio de ideas Cuba Siglo 21, publicó esta semana su Informe de Inseguridad Pública 2024, que revela un panorama alarmante en cuanto al aumento de la criminalidad en Cuba. Con un total de 1.317 delitos reportados a lo largo del año, el informe destaca un incremento del 50,72% con respecto a 2023, cuando se registraron 668 delitos menos.
Los datos que ofrece el estudio, que contabiliza únicamente los delitos comprobados que son reportados por medios y perfiles en redes sociales, son un subregistro de las cifras reales, dada la falta de información pública por parte de la prensa oficial y del Gobierno. «Los datos que se presentan son solamente la punta del iceberg de una situación mayor y perturbadora», dice el informe, que expone en cifras el crecimiento exponencial de la violencia.