
Dofleini, la mipyme que Díaz-Canel sí visita: ¿por qué esta sí y otras no?
- Cuba
- mayo 15, 2025
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MADRID, España.- Este 14 de mayo el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel visitó la sede de la microempresa Dofleini Software S.R.L., situada en 1ra. y 26, Miramar, Playa, La Habana. El gesto no fue casual ni aleatorio. En sus redes sociales, Díaz-Canel destacó el encuentro como una forma de acercamiento al sector privado emergente, elogiando la labor de la empresa en el desarrollo de soluciones tecnológicas y su “equipo joven”, al que describió como reflejo del potencial de la industria del software en Cuba.
Sin embargo, la elección de Dofleini como ejemplo de emprendimiento exitoso dice mucho más de las relaciones de poder que de la libre iniciativa. Dofleini no es una mipyme cualquiera: fue la primera aprobada en el país y mantiene vínculos directos con el aparato estatal cubano, como tantas otras que gozan de estabilidad y visibilidad dentro del sistema.

¿Quiénes están detrás de Dofleini?
Fundada por un grupo de egresados de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), entre los rostros más visibles del equipo directivo figuran Carlos Miguel Pérez, actual diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular; Yadian Fernández Pérez; Erick Vega De la Cruz y Reynaldo Barceló Rodríguez. Todos tienen en común su formación técnica en la UCI, una institución concebida desde sus orígenes con un fuerte vínculo con los órganos de inteligencia del Estado cubano.
El perfil público de Carlos Miguel Pérez es uno de los más mediáticos. En entrevistas con medios como Negolution, Pérez ha reproducido el discurso del régimen: ha defendido la “voluntad política” detrás del surgimiento de las mipymes y ha minimizado las críticas sobre el freno en la aprobación de nuevas licencias. “[Las mipymes] surgen en una coyuntura muy especial y a veces generalizamos los malos ejemplos y los usamos como bandera para culpar a las mipymes de todos los males. (…) Ese es el sentimiento y la voluntad política, que, aunque a veces los medios de prensa no son el reflejo, es el discurso y sentir de la máxima dirección del país”, afirmó en un tono alineado con la narrativa oficial.

Servicios y narrativa empresarial
Según su sitio web, Dofleini ofrece “soluciones tecnológicas avanzadas y personalizadas” en desarrollo de software, consultoría informática y transformación digital. Presume de más de 10 años de experiencia, más de 300 proyectos ejecutados, y una estética visual moderna que contrasta con el deterioro general del entorno empresarial cubano.

Entre sus servicios figuran el desarrollo de portales web, soluciones empresariales y productos mínimos viables, dirigidos principalmente a entidades estatales. De hecho, uno de los proyectos clave de Dofleini es la gestión del registro de las propias mipymes cubanas, una responsabilidad que no podría recaer en una empresa sin estrechos lazos con las instituciones gubernamentales.
Mipymes con padrino
La historia de Dofleini no es una excepción, sino un patrón. En un ecosistema económico restringido como el cubano, las mipymes que prosperan son generalmente aquellas vinculadas al Estado o creadas por individuos con conexiones directas al poder. Tal es el caso de la tienda virtual Tuambia SURL, propiedad de familiares de Perdomo Dilella, que cesó operaciones recientemente, o de Evexcon, fundada por Alfonso Valentín Larrea Barroso, otro empresario afín al oficialismo.
Estas empresas cuentan con beneficios inaccesibles para el resto del sector privado: licencias preferenciales, acceso a divisas, participación en eventos organizados por el gobierno y visibilidad en los medios estatales. Las publicaciones de Dofleini en Instagram así lo demuestran: presencia en ferias como FIHAV 2023, participación en eventos como Reactor360 y distinciones como la obtenida por concluir su incubación en el Parque Científico Tecnológico de La Habana.

Contrastes y excepciones
El entorno que proyecta Dofleini en sus canales digitales —de éxito, estabilidad e innovación— dista radicalmente de la realidad de cientos de emprendedores cubanos. En contraste, muchas mipymes enfrentan inseguridad jurídica, acoso fiscal, trabas administrativas y restricciones legales para operar libremente. En un país con una economía en crisis estructural, el “emprendimiento” es más supervivencia que oportunidad.
Las visitas presidenciales y la promoción oficial funcionan más como propaganda que como reflejo de una política inclusiva. Las empresas que el gobierno exhibe son aquellas que no representan una amenaza para el control económico del régimen, y que, en cambio, sirven como piezas útiles para atraer inversiones, simular apertura y, en algunos casos, esquivar sanciones internacionales.
Proyección internacional y estrategia del régimen
Dofleini también ha participado en encuentros internacionales como el celebrado en Miami en 2023, donde representantes del sector privado cubano se reunieron con empresarios cubanoamericanos, políticos y funcionarios de EE. UU. Este tipo de intercambios, que promueven alianzas y negociaciones, forman parte de una estrategia más amplia del régimen: presentar una imagen modernizada del sector empresarial cubano que sirva para desbloquear relaciones diplomáticas y atraer capitales sin renunciar al control interno.
Según analistas, muchas de estas mipymes, incluidas algunas como Dofleini, han surgido de estructuras estatales previas o son dirigidas por testaferros de altos funcionarios del Partido Comunista o de la Seguridad del Estado. El florecimiento de estas empresas bajo el amparo del poder evidencia la falta de un mercado realmente competitivo y transparente.
La existencia de mipymes como Dofleini refleja el modelo económico que promueve el régimen: un capitalismo de Estado selectivo, donde unos pocos elegidos operan con margen de maniobra mientras el resto se enfrenta a un entorno hostil.
En definitiva, la visita de Díaz-Canel a Dofleini no celebra el éxito del emprendimiento privado cubano, sino el éxito de un modelo donde la cercanía al poder sigue siendo la principal garantía de prosperidad.