Día de los Padres: ¿por qué se celebra y cómo llegó a Cuba?

AREQUIPA, Perú – Los terceros domingos de junio los cubanos celebramos el Día de los Padres, una oportunidad para honrar al padre o figura paterna relevante, así como a la paternidad, los lazos paternos y la influencia de los padres en la sociedad.

Las celebraciones en honor a la paternidad tienen raíces muy antiguas. Por ejemplo, en la tradición cristiana europea se asocia desde hace siglos con el 19 de marzo (fiesta de San José, padre putativo de Jesús).

Asimismo, ya en Italia desde el siglo XI los monjes benedictinos celebraban entonces al “padre de la familia”, y en 1621 el papa Gregorio XV lo extendió a toda la Iglesia.

No obstante, la versión moderna del Día de las Padres nació en EE. UU. a principios del siglo XX gracias a la influencia de Sonora Smart Dodd, hija de William Jackson Smart, un veterano de la Guerra Civil que solo y sin apoyo asumió la tarea de criar y educar a sus seis hijos en una granja al este del estado de Washington.

Ya adulta, Sonora Smart Dodd vio en su padre un hombre valeroso, cariñoso y desinteresado, que había realizado todo tipo de sacrificios para sacar adelante a su familia.

En 1909, la mujer, que junto a sus cincos hermanos fue criada solo por su padre, convenció a la Asociación Ministerial de Spokane (ciudad donde vivía) para celebrar el Día de los Padres en todo el mundo.

Debido a que William Jackson Smart había nacido en junio, Sonora escogió el 19 de junio de 1910 como fecha para celebrar el Día del Padre en honor al suyo.

Desde Estados Unidos la festividad se propagó por el mundo, pero sin una fecha única: cada país adoptó una fecha según sus tradiciones locales. De entrada, los países católicos europeos mantuvieron el 19 de marzo (San José) como Día del Padre.

Así pues, España, Italia, Portugal festejan ese día. En cambio, la influencia estadounidense llevó a que la mayoría de América Latina y varios países europeos adoptaran el tercer domingo de junio.

El Día de los Padres llegó a Cuba por iniciativa de Dulce María Borrero de Luján y se mantiene en la actualidad. La celebración todavía supone una fecha importante del calendario de junio en la Isla, si bien la gran migración y la crisis de tiempos recientes han fragmentado a miles de familias y diluido el gozo de la conmemoración.