
Cuando La Habana era una gran ciudad de modernos hoteles
- Cuba
- septiembre 30, 2025
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Una ley de 1953 impulsó la construcción de edificios de propiedad horizontal en La Habana, especialmente en El Vedado, con su malecón y zonas céntricas. En ese contexto nacieron dos hoteles emblemáticos: el Riviera y el Habana Hilton. Con diseños singulares y un lujo desbordante, se convirtieron en símbolos del paisaje capitalino, que aún hoy sobreviven pese al deterioro y la falta de mantenimiento.
Una ley de 1953 impulsó la construcción de edificios de propiedad horizontal en La Habana, especialmente en El Vedado, con su malecón y zonas céntricas. En ese contexto nacieron dos hoteles emblemáticos: el Riviera y el Habana Hilton. Con diseños singulares y un lujo desbordante, se convirtieron en símbolos del paisaje capitalino, que aún hoy sobreviven pese al deterioro y la falta de mantenimiento.
El Riviera: lujo, mafia y modernidad frente al Malecón habanero





El Riviera fue el primero. Inaugurado el 10 de diciembre de 1957 en Paseo y Malecón, contaba con 21 pisos, 352 habitaciones y la piscina más grande de La Habana. Su propietario, el mafioso Meyer Lansky, supervisó personalmente la obra, concebida como parte de un ambicioso proyecto de casinos y hoteles que se extendería desde Mariel hasta Sagua la Grande. Lansky ocupaba una suite en el piso 20 desde donde dirigía el casino, considerado el más lujoso de la isla y uno de los mayores del mundo fuera de Las Vegas.
El edificio, realizado por la empresa POCSA y decorado por Albert Cavin junto al arquitecto Igor Polevitsky, costó unos 14 millones de pesos, financiados en gran parte por la mafia. Su diseño en forma de Y aseguraba vistas al mar desde todas las habitaciones, y fue pionero en contar con aire acondicionado central. Entre sus detalles artísticos destacan obras de Cundo Bermúdez, Florencio Gelabert, Rolando López Dirube e Hipólito Hidalgo de Caviedes, integradas al mobiliario y la ambientación.
La apertura del Riviera fue un acontecimiento social transmitido en directo a Estados Unidos. Asistieron el cardenal Manuel Arteaga Betancourt, Rafael Guas Inclán, vicepresidente de la República, y figuras de Hollywood como Ginger Rogers y Lou Costello. El cabaret Copa Room debutó con un show de Rogers, Vic Diamond y Abott y Costello.
El Riviera también atrajo a personalidades como Alain Delon, Gabriel García Márquez, Stewart Granger, Michel Legrand y Alberto Cortéz. Su cúpula original, revestida de cerámica brillante, albergó el salón de juegos; hoy funciona como pista de baile para bodas y fiestas.
¿Sabías que este hotel fue uno de los primeros del mundo en tener aire acondicionado central?
A pesar de los daños sufridos con el paso de los años —incluida la inundación de 1992 que destruyó una escultura de Bermúdez—, el Riviera sigue siendo un ejemplo del Movimiento Racionalista Moderno en Cuba.
En 2024, el trampolín de su piscina, que llegó a ser la más grande de La Habana, se desplomó, como metáfora de un país glorioso que se despedaza.
De símbolo cosmopolita a sede del poder comunista: la metamorfosis del Habana Hilton

El hotel Habana Hilton, diseñado por “Welton Beckett & Associates” y construido por los arquitectos cubanos Arroyo y Menéndez, se levantó en la céntrica esquina de 23 y L, en la llamada Rampa del Vedado, corazón de la nueva zona comercial de La Habana. Al concluirse en 1958, era el hotel más importante de Cuba y uno de los cuatro mayores del mundo fuera de Estados Unidos y Canadá.
Con sus 31 pisos y 630 habitaciones, fue financiado por la Caja de Retiro y Asistencia Social de los Trabajadores Gastronómicos con fondos propios y préstamos de bancos nacionales. La propiedad cubana se complementó con un contrato de arrendamiento de veinte años a Hilton Hotels International —subsidiaria de Hilton Hotels Corporation, que en ese momento administraba 33 hoteles en diversos países con un capital de 196 millones de dólares—. El acuerdo garantizaba a la parte cubana dos tercios de las utilidades brutas, mientras que la prestigiosa cadena, presidida por Conrad Hilton, aportaba prestigio y proyección internacional.





La construcción del Hilton fue una verdadera proeza técnica. Su estructura necesitó cimientos profundos, toneladas de acero y cemento, y un ingenioso manejo de la logística, ya que la manzana estaba rodeada de calles de intenso tráfico y edificios cercanos. Para documentar aquella hazaña arquitectónica, primera de su tipo en Cuba, se realizaron fotografías periódicas del proceso de levantamiento, que hoy constituyen un valioso testimonio histórico.
El hotel fue inaugurado de manera no oficial el 19 de marzo de 1958 con una gala a la que asistieron artistas de Hollywood, cantantes de renombre y personalidades políticas. Conrad Hilton viajó personalmente a la isla para la ocasión y fue recibido con honores por el presidente Fulgencio Batista en el Palacio Presidencial.
Conocido inicialmente como Habana Hilton, se mantuvo bajo esa denominación hasta julio de 1960, cuando el gobierno revolucionario lo nacionalizó y rebautizó como Habana Libre. Desde entonces, su historia quedó marcada por la transformación radical del país: de símbolo de modernidad y cosmopolitismo a cuartel improvisado, pues Fidel Castro ocupó una suite del piso 23 para establecer allí sus primeras oficinas como jefe de Estado.