
Crudo relato de exmilitar colombiano que, con engaños, terminó trabajando para un cartel mexicano
- Colombia
- agosto 1, 2025
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‘Miguel’, de 45 años, es un exsargento colombiano que, tras retirarse de las filas del Ejército que empezó a buscar oportunidades laborales para complementar la pensión que recibía mes a mes tras prestar servicio por 24 años.
En esa búsqueda de empleo, en 2024, dio con un excompañero suyo que se fue a trabajar a México y este le dijo que en ese país estaban buscando personal para trabajar en seguridad.
“Me puso en contacto con un tipo, alias Veracruz, encargado de hacer conexiones para reclutar a la gente en México. Movía la parte administrativa. Lo contacté. Me habló de cuidar grandes empresas y cultivos de limón en Michoacán”, le contó ‘Miguel’ a la BBC.
El exmilitar contó que le ofrecieron entre 30.000 y 40.000 pesos mexicanos mensuales (unos $1.600 a $2.130 dólares), una cifra que difícilmente le podrían ofrecer en Colombia en un empleo similar en seguridad, así que accedió a la oferta.
Ofrecimientos como el que le hicieron a ‘Miguel’ se han vuelto comunes entre los ex integrantes del Ejército colombiano, quienes son apreciados en países como México, o Ucrania, por su entrenamiento y experiencia en el manejo de armas. En el primer país, son reclutados con promesas falsas para terminar prestando seguridad a carteles del narcotráfico, y en el segundo, para combatir en el medio del conflicto con Rusia. ‘Miguel’, el protagonista de esta historia, terminó trabajando para un cartel en Norteamérica y se salvó de morir.
La oscura experiencia de ‘Miguel’ en México
‘Miguel’ viajó a Norteamérica con sus propios recursos, pese a que ‘Veracruz’ le ofreció pagar su traslado.
Ya en México, cuenta, las cosas empezaron a tornarse extrañas. En la capital se reunió por primera y única vez con alias Veracruz. En ese encuentro le dio las indicaciones para llegar hasta el lugar donde iba a trabajar, una población llamada Pizándaro, en Michoacán, donde lo recibió otra persona apodada ‘Gabriel’.
“Allá muchos usan apodos. A mí me pusieron ‘Miguel’. Cuando me lo pusieron, me pregunté para qué tener un alias si uno se supone que va a hacer algo legal. Por ahí empezamos mal. No pintaba bien”, expresó al medio británico.
Llegó a una casa llena de habitaciones donde le asignaron una y estando allí identificó a otros colombianos. Descansó y al día siguiente ‘Gabriel’ le advirtió que esa noche le tocaba trabajar. Lo recogieron y lo llevaron a una zona montañosa donde lo esperaban varias personas armadas a bordo de camionetas de gama alta, le dijeron que subiera a una de ellas y ‘Miguel’ se sintió yendo rumbo “a la guerra de Ucrania”.
“Me preguntaron qué armas sabía manejar y yo, como militar, sabía usar muchas. Me asignaron una Barrett .50”, dijo. Esa noche, cuenta el colombiano que lo llevaron a varios sitios sin tener claro qué hacer. Y nunca supo.
“Pero desde que me colocaron un alias, me subieron a una camioneta y me armaron, supe que no era un trabajo legal. Era para un cartel”, manifestó.
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Desde entonces pensó en huir, en escapar. Lo intentó una vez, pero a quien le reveló sus planes lo delató con ‘Veracruz’, que lo contactó de nuevo y al que le tuvo que mentir mencionando un tema familiar por el cual estaba pensando en volver a Colombia.
‘Veracruz’ le “ayudó” con el inconveniente familiar y giró dinero a un conocido suyo en Colombia. Hasta ahí llegaron los planes de escaparse porque el propio hombre le advirtió que “solo había una manera de salir de allí… y que ya sabía cómo…”.
Una noche de abril, contó que le dieron ropa militar, botas y un bolso.“Llegamos a una nueva zona montañosa, donde me entregaron una AK-47 y un chaleco con municiones”.
Se encontró con otro grupo de mexicanos armados. “Casi todos eran adolescentes, solo había un colombiano en ese grupo”, con ellos pasó dos noches y en la última, cuando merodeaban cultivos, decidió huir.
“Tras más de dos horas caminando, algo dentro de mí, un instinto, me dijo que me quedara quieto detrás de un limonar. El resto siguió. Yo decidí volver. Me quedé petrificado como 10 minutos. La noche era oscura y no se dieron cuenta de que faltaba alguien”, se devolvió por sus cosas y comenzó a caminar.
‘Miguel’ pasó entre ocho y diez días caminando en dirección a Acapulco, en el estado de Guerrero, en condiciones extremas. Enviaron gente a buscarlo, volaron drones para ubicarlo, pero no lo lograron. En el camino logró comunicarse con su familia en Colombia y desde el país se contactaron con una ONG mexicana y, por intermedio de esta y las autoridades, lograron rescatarlo.
“Nunca busqué directamente ayuda de policía y federales porque, desafortunadamente, hay mucho torcido. Temí que me entregaran y mataran. Pienso que soy de los pocos que ha podido escapar de esa gente”, concluyó ‘Miguel’.