
«Creí que era el final»: Turista canadiense herida en un hotel de Cuba exige justicia
- Cuba
- marzo 14, 2025
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MIAMI, Estados Unidos. – La canadiense Caroline Perreault, de Quebec, sufrió graves heridas en un accidente ocurrido en abril de 2024 mientras vacacionaba en un hotel en Cayo Guillermo, Cuba. La turista, que denuncia negligencia por parte del establecimiento y falta de apoyo del operador turístico Sunwing, reclama una indemnización de 200.000 dólares por los daños sufridos.
Según narraron la turista y su esposo, Gilbert Therrien, a Radio Canadá, el incidente ocurrió el 9 de abril cuando ambos visitaban a una amiga en la playa del hotel Starfish. “Hubo un golpe de viento. La pérgola en mal estado bajo la que estábamos sentados se derrumbó sobre mí. Creí que era el final”, relató la turista. En medio del pánico, sintió que su vida estaba en peligro: “Buscaba con la mirada a mi esposo para decirle: ‘Me voy, te amo’ (…). Realmente estaba muriendo”.
Su esposo, un ambulanciero retirado, impidió que los testigos intentaran moverla al notar la gravedad de sus lesiones. “No, no la toquen”, exclamó Therrien, consciente de que cualquier movimiento podría causarle una parálisis irreversible.
Hospitalización en condiciones precarias
El traslado de Perreault a un hospital cubano fue una experiencia traumática. “El viaje en ambulancia fue espantoso”, afirmó Therrien. La estadía en el hospital tampoco ofreció alivio. “Fue la peor semana de mi vida”, aseguró la víctima, quien describió la falta de agua potable y de medicamentos adecuados para tratar su dolor. Su esposo corroboró estas condiciones: “Había una enfermera que conseguía medicamentos en la comunidad porque el hospital no tenía suficientes”.
Tras ser repatriada en un avión-ambulancia, Perreault fue sometida a una cirugía en Quebec para fusionar cuatro vértebras de su espalda baja. “Tengo dos varillas de metal que estarán ahí para toda la vida. También tengo dos fracturas por compresión en la parte superior de la espalda que no pueden operarse”, explicó.
“Un golpe devastador”
Las secuelas del accidente han sido profundas en su vida. “Esto ha cambiado completamente mi vida. Hay un antes y un después. Ahora mismo sigo tratando de asumir las pérdidas que sufrí”. Además del dolor crónico, Perreault ha perdido el 25% de la movilidad en su espalda, lo que le ha impedido continuar con su trabajo como masajista, un proyecto que inició en 2023 y que esperaba mantener tras su jubilación. “Es un gran duelo”, confesó.
El impacto emocional también ha sido significativo. “Necesité atención psiquiátrica por el trauma. Un simple golpe de viento me aterrorizaba. No podía salir de casa. Cuando escuchaba el viento, me angustiaba, tenía miedo. No era racional, pero estaba traumatizada”, relató.
Reclamo contra Sunwing y la responsabilidad del Gobierno cubano
Convencidos de que el operador turístico Sunwing tiene responsabilidad en el accidente, Perreault y Therrien han iniciado acciones legales. “Estamos furiosos con Sunwing por enviar gente a hoteles en Cuba donde no es seguro [estar]. Estoy seguro de que Sunwing tiene una parte de responsabilidad”, declaró Therrien.
El abogado Alexandre Brosseau-Wery, un especialista en daños corporales citado por Radio Canadá, considera que la reclamación de Perreault es justificada. “Todos los daños causados por la negligencia del hotel Starfish recaen en la responsabilidad civil”, aseguró. Según el abogado, “un propietario siempre es responsable de los daños resultantes de la ruina de su edificio. Claramente, hubo negligencia. Las instalaciones deben ser seguras. No es normal que una pérgola colapse de repente”.
Infraestructura deteriorada y falta de respuesta
Chantal Asselin, amiga de la pareja y testigo del accidente, ha denunciado el deterioro del hotel Starfish. “Está en mal estado desde hace años. Y en lugar de reparar lo que se rompe, lo remiendan”.
Por su parte, Therrien afirmó que, después del accidente, “arrasaron las pérgolas y luego construyeron unas nuevas. Tenemos fotos de eso”. Numerosos turistas han señalado en redes sociales el estado precario de las instalaciones del hotel.
Para Brosseau-Wery, Sunwing podría ser responsabilizada si se demuestra que la empresa tenía conocimiento de los riesgos en el hotel y no advirtió a sus clientes. Sin embargo, Sunwing transfirió la reclamación al seguro Zurich, que se negó a hacer comentarios sobre el caso.
La compañía alegó que el hotel y sus instalaciones son propiedad del Gobierno cubano, lo que podría complicar aún más cualquier acción legal. “Es fácil lavarse las manos y decir: ‘No podemos investigar, pertenece a Cuba’”, criticó Therrien.
El régimen cubano controla todos los hoteles del país a través de GAESA, el conglomerado empresarial de las Fuerzas Armadas.
Por su parte, Sunwing afirmó en un correo a Radio Canadá que el incidente ocurrió fuera del hotel contratado y en una playa pública cercana, intentando desligarse de responsabilidades.
Mientras tanto, el hotel Starfish Cayo Guillermo sigue siendo parte de los paquetes turísticos ofrecidos por Sunwing. A casi un año del accidente, Perreault sigue luchando con las secuelas físicas y psicológicas. “Hubiera preferido concentrarme en mi recuperación en lugar de tener que luchar por esto. Es indignante”, concluyó.