
¿Cómo impacta la condena a Uribe a a las elecciones?
- Colombia
- agosto 4, 2025
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La inédita condena en primera instancia contra Álvaro Uribe Vélez promete no solo ser leña para el fuego en medio de un crispado ambiente político, sino intensificar la polarización y la división entre petrismo y uribismo de cara a las elecciones de 2026.
Un expresidente de la República sentado en el banquillo de los acusados y con una condena a cuestas –purgando además una medida de prisión domiciliaria mientras se resuelve una segunda instancia que también se conocería en época electoral–, emerge como una oportunidad única para diferentes sectores políticos en búsqueda de votos.
Además, lo ocurrido con Uribe –condenado por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal– no deja de ser un hito que podría tensar aún más la relación entre los poderes públicos en un momento de alta polarización.
“Esto indudablemente erigirá al Centro Democrático como el partido más probable a llegar a la primera e incluso a la segunda vuelta. Desde semanas atrás se venía construyendo un discurso de persecución política en contra de Uribe que seguramente también será extendido hacia su partido. Eso será capitalizado por ellos, sin lugar a dudas, para liderar a los partidos de derecha frente a las elecciones”, explica la profesora Bibiana Astrid Ortega, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Javeriana.
En efecto, la sentencia contra Uribe, sumado al atentado que sufrió hace dos meses el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, emergen hoy como los principales puntos de honor alrededor de los cuales el uribismo denunciará una supuesta persecución. Inclusive, apelando a las calles –otrora uno de los baluartes del petrismo–, el Centro Democrático espera comenzar a condimentar la contienda.
“Desde el Centro Democrático respetamos las instituciones y creemos en la justicia, pero también estamos convencidos de que hoy se está condenando a un hombre inocente: el presidente Álvaro Uribe Vélez, el líder que salvó a Colombia. Por eso, los invitamos el próximo 7 de agosto a movilizarnos en una gran marcha en todos los rincones del país”, señala una invitación de la colectividad, que coincidirá con los tres años de Gobierno Petro.
El discurso que comienza a acentuarse en las huestes del Centro Democrático con miras a 2026 salta a la vista. “Este es un fallo con determinadores políticos cercanos a quienes han atentado contra la democracia colombiana. Quieren silenciar a un dirigente de la oposición”, reclamó la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal.
“Los uribistas no nos rendimos, debemos estar unidos y firmes. Parece estarse iniciando una autocracia: el presidente Uribe detenido sin poder hacer política y Miguel luchando por su vida. Pero cuando los tiempos arrecian, nosotros resistimos”, señaló la senadora y también precandidata Paloma Valencia.
El pasado 23 de julio, días antes de que se conociera la sentencia en contra de Uribe, las principales cabezas del Centro Democrático –a expensas del propio jefe de Estado–, se reunieron en el club Llanogrande en Rionegro para trazar la estrategia política y electoral. Durante el encuentro, revelado por El Espectador, se acordó esperar hasta febrero para ver cómo evoluciona la salud de Uribe Turbay y la posibilidad de cerrar las listas a Senado y Cámara.
Allí, como corroboró este diario, se reforzó una estrategia que ya está en ciernes una vez conocida la condena y su monto: reforzar el liderazgo de Uribe y consolidar su nombre como el de una figura perseguida políticamente, pero apostando también a un relevo de figuras emergentes, entre ellas, el propio Uribe Turbay, pero también los demás precandidatos (Cabal, Valencia, Paola Holguín y Andrés Guerra).
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¿Y el petrismo?
En contraste, desde el petrismo también buscan caminos para que la condena contra Uribe sea un motor que ayude a apalancar la campaña. Lo anterior, apalancados en un discurso de respeto a la justicia y defensa irrestricta de la institucionalidad buscando marginar cualquier tufillo político en la determinación.
No es gratuito que este mismo fin de semana la senadora María José Pizarro (Pacto Histórico) formalizó su intención de llegar a la Presidencia. “Nadie está por encima de la ley y nadie puede utilizar la justicia en beneficio propio. Se abre un camino para que Álvaro Uribe responda por todas las acusaciones que existen en su contra por graves violaciones a los Derechos Humanos”, dijo.
Por su parte, días atrás el senador Iván Cepeda Castro –contraparte en el proceso contra Uribe– reconoció que “es una posibilidad” que eventualmente se lance a la contienda por llegar a la Casa de Nariño.
“Evidentemente considera que es un triunfo personal y lo va a capitalizar políticamente en un escenario de polarización en el que enfrentarse a una figura tan reconocida como Álvaro Uribe le va a generar un rendimiento político. Va a construir una narrativa buscando crecer políticamente alrededor del tema, sin lugar a dudas”, aseguraba la profesora María Margarita Zuleta, directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes.
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En medio de los señalamientos y estrategias de lado y lado quedan otros candidatos que, según su orilla ideológica, buscan también sacarle réditos a la condena. “Todos los sectores pueden sacar réditos de la condena. Unos con el discurso de la persecución política y los otros con el discurso de la defensa de la institucionalidad y en este caso en particular de la justicia”, afirma la profesora Ortega.
La contienda ya está en desarrollo, pero no deja de estar biche. El país se apresta ahora a presenciar las consultas interpartidistas de octubre próximo, que serán el preludio de las elecciones legislativas de marzo próximo y luego la primera vuelta presidencial. Aunque el escenario parece estar decantado entre un uribismo que se declara perseguido y un petrismo que defiende la institucionalidad, no se descarta que otras fuerzas puedan emerger y representar una tercería.
En medio de estas tensiones, la campaña presidencial se anticipa como una de las más confrontacionales y definitorias de las últimas décadas, con la justicia como telón de fondo y el país dividido. ¿Quién logrará capitalizar políticamente la condena de Uribe?
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¿Y el petrismo?
En contraste, desde el petrismo también buscan caminos para que la condena contra Uribe sea un motor que ayude a apalancar la campaña. Lo anterior, apalancados en un discurso de respeto a la justicia y defensa irrestricta de la institucionalidad buscando marginar cualquier tufillo político en la determinación.
No es gratuito que este mismo fin de semana la senadora María José Pizarro (Pacto Histórico) formalizó su intención de llegar a la Presidencia. “Nadie está por encima de la ley y nadie puede utilizar la justicia en beneficio propio. Se abre un camino para que Álvaro Uribe responda por todas las acusaciones que existen en su contra por graves violaciones a los Derechos Humanos”, dijo.
Por su parte, días atrás el senador Iván Cepeda Castro –contraparte en el proceso contra Uribe– reconoció que “es una posibilidad” que eventualmente se lance a la contienda por llegar a la Casa de Nariño.
“Evidentemente considera que es un triunfo personal y lo va a capitalizar políticamente en un escenario de polarización en el que enfrentarse a una figura tan reconocida como Álvaro Uribe le va a generar un rendimiento político. Va a construir una narrativa buscando crecer políticamente alrededor del tema, sin lugar a dudas”, aseguraba la profesora María Margarita Zuleta, directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes.
En medio de los señalamientos y estrategias de lado y lado quedan otros candidatos que, según su orilla ideológica, buscan también sacarle réditos a la condena. “Todos los sectores pueden sacar réditos de la condena. Unos con el discurso de la persecución política y los otros con el discurso de la defensa de la institucionalidad y en este caso en particular de la justicia”, afirma la profesora Ortega.
La contienda ya está en desarrollo, pero no deja de estar biche. El país se apresta ahora a presenciar las consultas interpartidistas de octubre próximo, que serán el preludio de las elecciones legislativas de marzo próximo y luego la primera vuelta presidencial. Aunque el escenario parece estar decantado entre un uribismo que se declara perseguido y un petrismo que defiende la institucionalidad, no se descarta que otras fuerzas puedan emerger y representar una tercería.
En medio de estas tensiones, la campaña presidencial se anticipa como una de las más confrontacionales y definitorias de las últimas décadas, con la justicia como telón de fondo y el país dividido. ¿Quién logrará capitalizar políticamente la condena de Uribe?
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Petro habló entre líneas del fallo
Sin hacer una mención directa al fallo contra Uribe, el presidente Gustavo Petro se pronunció sobre la sentencia. A través de un extenso mensaje en la red social X, el mandatario reclamó que “el hacendado, heredero legítimo del feudal español, termina en años que son de descanso y amor y nietos, encarcelado en su propia hacienda. El caballo trota los pasillos de la casa, una y otra vez, porque no puede salir en galope como quisiera el hidalgo, quizás, como quisiera el caballo, ser libre en las colinas o en las praderas de los llanos”. En esa línea, aseguró que “es hora de libertad. No más hidalgos y hacendados de tierras fértiles sin producir alimentos”.