
Berta Soler: “La familia es la principal fortaleza del preso político”
- Cuba
- septiembre 4, 2025
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Pese al peligro de detención, CubaNet se trasladó hasta el lugar y pudo conversar con la activista
LA HABANA.- “Es un reconocimiento a 22 años de lucha de las Damas de Blanco, pero también de 66 años de resistencia en contra de la dictadura comunista en Cuba”, declaró en exclusiva a CubaNet la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, tras recibir el Premio Solidaridad Lech Wałęsa, de parte de Polonia.
Soler no pudo asistir a la ceremonia de entrega, que se celebró en el Hotel Biltmore de Miami y fue presidida por el ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski. Durante el acto también estuvo presente el Secretario de Estado estadounidense Marco Rubio.
Poco después del anuncio, la sede de la organización en Lawton, La Habana, fue sitiada por los órganos represivos de la Seguridad del Estado. La vivienda permanece vigilada, incluso con cámaras de seguridad.
Pese al peligro de detención, CubaNet se trasladó hasta el lugar y pudo conversar con la activista.
Berta, ¿por qué no pudiste asistir a la entrega del premio?
No pude estar allí porque el régimen cubano me impone una salida sin retorno, lo cual no acepto. Yo me quedo en Cuba.
Decidimos entonces que nos representara la Fundación Cubano-Americana, porque la organización ha estado junto a las Damas de Blanco, apoyándonos en las buenas y en las malas. Para mí ha sido un honor que Irma Mas Canosa, viuda de Jorge Mas Canosa, recogiera ese premio. Estoy muy agradecida tanto con Sikorski como con todos los asistentes.
También estuvo presente Marco Rubio. Una de las cuestiones que mencionó fue que lo que más admiraba de ti era que, pese a la represión, habías decidido mantenerte dentro de la Isla. ¿Por qué has decidido quedarte en Cuba a pesar del hostigamiento de la Seguridad del Estado?
He decidido quedarme en Cuba, junto a mi esposo, porque para mí la lucha es directamente en Cuba. Muchos hombres y mujeres están muriendo en prisión y necesitan de la persistencia y la resistencia nuestra para luchar en contra del opresor: el régimen cubano.
Nosotros hubiéramos estado fuera de Cuba desde 2010, cuando ocurrió el acuerdo entre el régimen cubano y el gobierno de España, con la mediación de la Iglesia Católica, para la excarcelación de los presos del Grupo de los 75 de la Primavera Negra. Mi esposo, Ángel Moya, era uno de ellos. Pero decidimos quedarnos en Cuba.
Hace 10 años que mis dos únicos hijos viven fuera de Cuba, en Estados Unidos. Tengo nietos que no conozco, porque el régimen, antes de imponerme la salida sin retorno, me reguló, es decir, me impidió viajar al extranjero.
Es muy difícil la separación de mis hijos, pero tengo que darles las gracias por entendernos y por ser pacientes. El amor por la patria es lo que me hace mantenerme aquí.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, hizo un post en su perfil de X hablando de este premio, aunque no lo mencionó directamente. Habló del supuesto uso del dinero del contribuyente americano para financiar la subversión en Cuba, en referencia al premio en metálico que recibieron. ¿Qué le responderías?
Sí. No he podido verlo porque me tienen sin conexión, pero me lo dijeron.
Nosotros no formamos ningún disturbio público, nosotros salimos a las calles porque tenemos derecho a defender los derechos de los cubanos y a exigir, de manera pacífica, el respeto a los derechos humanos y la libertad de los presos políticos y del pueblo de Cuba.
Tampoco es un premio que provenga del contribuyente americano. Es un premio que nos otorgaron desde Polonia; lo que se hizo fue entregarlo en Miami, pero el gobierno de Estados Unidos no tiene nada que ver. Ahí te das cuenta, una vez más, de que esta gente (quienes ostentan el poder en Cuba) viven de la mentira.
¿Qué es lo que hacen las Damas de Blanco que tanto preocupa al régimen cubano?
Nosotras somos defensoras de los derechos humanos. Solamente salimos los domingos para asistir a misa a orar por los presos políticos y por la libertad de Cuba, aunque hace varios años que nos lo impiden.
Antes nos permitían llegar a misa; después marchábamos por las calles, vestidas de blanco, algunas con fotos de presos políticos, flores en las manos, a veces repartíamos folletos con la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pero después de la visita del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama (2016), ya no nos permitieron asistir a misa, ni siquiera nos dejan salir de nuestras casas, porque inmediatamente somos detenidas.
El régimen ha utilizado más de veinte métodos represivos para desmembrar, desacreditar y acabar con las Damas de Blanco. Ahora mismo tenemos pocas mujeres, somos alrededor de 38 en el país. Muchas están enfermas, otras pactaron con el régimen, otras fueron chantajeadas, otras decidieron no seguir más por problemas de salud, otras murieron, pero las que quedamos nos sentimos concientizadas en esta lucha, que es dura pero necesaria para poder obtener la libertad del pueblo de Cuba.
También tenemos dos Damas de Blanco presas por salir a las calles pacíficamente el 11 de julio de 2021: Sissi Abascal y Saily Navarro. Sissi fue condenada a seis años y Saily a ocho años de prisión. Ambas se han mantenido firmes en prisión, pese a toda la represión, la negación de beneficios penitenciarios, la falta de asistencia médica y el hecho de que las ubiquen incluso con prisioneras comunes peligrosas. No las han podido doblegar. Ambas son muy fuertes, muy valientes, hay que quitarse el sombrero ante estas dos Damas de Blanco.

Hablaba de los métodos represivos que usa la Seguridad del Estado con ustedes. ¿Pudieras ejemplificarlos, Berta?
Nos detienen por más de 72 horas; a algunas las han puesto dentro de carros patrullas herméticamente cerrados para que tengan sensación de asfixia; también cogen a los hijos jóvenes, les fabrican delitos y los llevan a prisión; han llevado a prisión a muchas Damas de Blanco también para que desistan de su activismo. Les pagan hasta sus pasajes para que se vayan de Cuba; a los hijos menores de edad tratan de ponerles trabas en las escuelas para que suspendan; en las redes sociales crean falsos testimonios para desacreditarnos.
Algunas pueden llegar a misa los domingos, pero son detenidas a la salida. También nos vigilan constantemente, a donde quiera que vamos, incluso nos filman para sacar de contexto esas situaciones con el objetivo de desacreditarnos.
A mí me han llegado a golpear. En una ocasión me hicieron una laceración en un ojo. Me han arrastrado, y eso le ha pasado a muchas Damas de Blanco. A Aymara Nieto le dieron una golpiza estando dentro de la patrulla policial (2018) y después fue condenada a prisión. Cuando casi le tocaba salir en libertad, le volvieron a fabricar una causa y la condenaron nuevamente. Tras más de siete años encarcelada, le dieron la opción de salir del país o quedarse presa, y no pudo aguantar más. Salió con su familia para República Dominicana.
Y las detenciones cada domingo son violentas: varias mujeres vestidas de civil, fuertes y más altas que yo, me agarran por el cuello, casi asfixiándome, y me llevan a rastras o en punta de pies para la patrulla.
Pero las que estamos, seguimos firmes, luchando y resistiendo. Por eso es que el régimen cubano arremete contra nosotras.
Tras las protestas del 11J hubo muchos más presos que en la Primavera Negra de Cuba (2003). Sin embargo, las madres y esposas no han logrado una articulación similar a la de las Damas de Blanco. ¿Por qué crees que ha sido así? ¿Qué les recomendarías a los familiares de los presos políticos?
Las puertas de la sede de las Damas de Blanco están abiertas para todos los que quieran luchar en contra del régimen cubano de una forma pacífica. Aquí han estado algunas madres de presos del 11J, residentes en La Habana. Pero han venido solo una vez porque la Seguridad del Estado las ha amenazado y ellas han cogido miedo.
Es una lástima que, salvo algunas excepciones, los familiares no protesten ni vayan a exigir sus derechos en las entidades del Estado. Es una lástima que en las redes sociales no denuncien lo que está pasando con sus seres queridos.
El miedo más grande es que te avisen de que murió, que asesinaron o golpearon a un familiar tuyo en prisión. Algunas lo hacen, denuncian, pero si lo hicieran en grupo sería mucho mejor. Eso fue lo que hicimos las Damas de Blanco; la mayoría de nosotras ni siquiera nos conocíamos cuando encarcelaron a nuestros esposos o hijos en 2003. Muy pocas militábamos en algún grupo o partido de derechos humanos. Fuimos coincidiendo en los viajes a las prisiones, por ejemplo, y decidimos salir, unirnos por el dolor y el amor a nuestras familias.
No estoy diciendo que los de ahora no tengan amor por sus familias, pero ese miedo tienen que vencerlo porque sus familiares están presos injustamente y se los pueden matar. Hay muchos que han muerto, hay muchos que han sido asesinados.
Nosotros tenemos contacto con algunos familiares, pero el régimen cubano va sobre ellos y los amenaza. La familia es la principal fortaleza del preso político, por eso deben salir a defenderlos. Las Damas de Blanco salimos por todos, pero no es lo mismo: que esté presente un familiar tiene una mayor connotación.
Nosotras lo logramos en 2010, también con el apoyo de la comunidad internacional, que excarcelaran a nuestros familiares tras siete años tras las rejas. Muchos de ellos tenían condenas de más de 20 años de prisión. Algunos tuvieron que partir al exilio, pero otros nos quedamos y hemos continuado con la lucha por todos los presos políticos.
Por eso hago un llamado a los familiares de los presos políticos para que se unan, que no se callen, que salgan, que divulguen qué está pasando con su familiar, que vayan a las entidades del régimen a entregar denuncias, que se planten frente a las prisiones, incluso ante el Tribunal Supremo, el Ministerio de Justicia o el Consejo de Estado. Pero que no lo hagan solas, porque así no les van a hacer caso o va a ser más fácil reprimirlas.
No tienen que integrarse a nosotras, pero pueden lograrlo si se unen. Nosotras, con nuestra persistencia y resistencia, logramos que excarcelaran a nuestros seres queridos antes de cumplir las condenas impuestas por el régimen cubano. Ellas también pueden hacerlo.
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