Barrenechea: «Mi vieja, cómo me la hicieron sufrir por tener un hijo con vergüenza»

MADRID, España.- José Gabriel Barrenechea, escritor y preso político cubano, recibió recientemente la primera visita autorizada desde su detención en noviembre de 2024. El intelectual, encarcelado en la prisión La Pendiente de Santa Clara, conversó con el también escritor Otilio Carvajal, quien relató la entrevista en un artículo publicado este 25 de mayo en el medio independiente Árbol Invertido. El testimonio revela detalles alarmantes sobre la salud, las condiciones de reclusión y el estado anímico de Barrenechea.

Cuando todo el destacamento estaba en cuarentena por varicela, Carvajal logró dialogar con Barrenechea. El opositor narró su experiencia desde el día en que fue detenido tras participar en una protesta pacífica por los apagones en Encrucijada, Villa Clara: “Me acerqué al jefe del operativo y le pregunté si estaban allí para golpearnos. Me dijo que no, que estaban para cuidarnos”. Al otro día “se apareció en su casa una furgoneta con cuatro policías y se lo llevaron preso”.

Desde entonces, el escritor ha sido mantenido en condiciones sanitarias precarias. Según describió, padece sarna, inflamación en los pies y diarrea constante, todo sin acceso a una atención médica adecuada. Su deterioro físico es visible y ha sido motivo de preocupación para quienes han podido verlo.

“Los pies parecen pelotas inflamadas por la retención de líquidos. Si no recibe atención médica de inmediato, los daños en breve serán irreversibles”, alertó Carvajal.

A pesar del sufrimiento, Barrenechea se mostró firme en sus convicciones y en su postura frente al régimen. “Estoy dispuesto a lo que sea por mi Patria… Yo solo aceptaría cualquier arreglo si viniera de personas amigas o de gobiernos o de instituciones internacionales. De lo contrario, asumo mi destino”, añadió tras precisar que su abogada le ha dicho que le piden de tres a seis años de cárcel.

La reclusión también ha tenido consecuencias devastadoras para su entorno familiar. Su madre, Zoila Esther Chávez, de 84 años, falleció sin poder verlo. Barrenechea relató que, en sus últimos meses, su madre padecía cáncer y necesitaba asistencia constante, cuidados que él mismo le proporcionaba antes de su arresto.

“Mi vieja, hermano, qué cosa, cómo me la hicieron sufrir por el solo hecho de tener un hijo con vergüenza. Vergüenza que heredé de los dos; de mi madre y de mi padre”, dijo el escritor durante la entrevista.

En el encuentro, Barrenechea también se refirió a las muestras de solidaridad que ha recibido desde su arresto, y de las que no estaba del todo al tanto hasta que se lo contó Carvajal: “Ahora que me cuentas que miles de personas se conmovieron con el ruego de madre que pudo hacer mi viejita, no siento más que agradecimiento para cada uno de ellos”.

A este duro testimonio se suma una carta escrita por el propio Barrenechea desde su celda y dirigida a su madre fallecida, publicada días antes. La misiva, cargada de dolor, amor y remordimiento, es tanto un homenaje íntimo como una denuncia del sistema penitenciario que le impidió despedirse de ella en vida. “El mundo nuestro, el de los seres humanos, se sostiene en último término sobre nuestras madres, reposa sobre el firme apoyo de sus almas y carnes, sufrimientos y alegrías”, escribió.

Zoila Esther Chávez murió el pasado 4 de mayo en Encrucijada tras semanas de agonía. A pesar de las peticiones de la familia, las autoridades solo permitieron a Barrenechea acudir a su funeral bajo estricta custodia.

El caso de Barrenechea ha sido denunciado como un acto de represión política. Organizaciones defensoras de derechos humanos han señalado que se trata de una detención arbitraria. A él se le imputan cargos de desorden público y obstrucción de la vía pública, aunque no se han presentado pruebas que sustenten las acusaciones.