Así se mueven los hilos alrededor de la consulta popular de Petro: cuentas dan 52 votos por el “Sí” y 48 por el “No”

Así se mueven los hilos alrededor de la consulta popular de Petro: cuentas dan 52 votos por el “Sí” y 48 por el “No”

La consulta popular del presidente Gustavo Petro enfrenta este miércoles su prueba de fuego en el Senado. Después de semanas de vaivén político y movidas de lado y lado, la plenaria votará hoy la viabilidad del mecanismo con el que el Gobierno busca darle un nuevo aire a su fallida reforma laboral y, por ahí derecho, anticipar también las elecciones de 2026. Las cuentas siguen apretadas y el futuro del primer “Sí” que demanda la consulta se definirá en un verdadero voto “finish”.

Si bien hasta última hora la estrategia de sectores independientes y de oposición para hacerle el quite al mecanismo sigue siendo la de irse a voto limpio y aglutinar mayorías, en medio de los movimientos ayer salió a flote un plan B digno de filigrana política. Se trata del inusitado impulso que obtuvo una apelación que desde hace semanas fue radicada para revivir la reforma laboral que se hundió hace casi dos meses. No es una casualidad.

La apelación fue el salvavidas que en su momento lanzó el senador Fabián Díaz, de la Alianza Verde, para que una comisión independiente se pronunciara y determinara si hubo alguna irregularidad o flaqueza que permitiera revivir la reforma que hundió la Séptima a mediados de marzo en tercer debate y que provocó el llamado a urnas de Petro.

Una comisión accidental ha venido estudiando el recurso y hoy hay tres informes: dos a favor de aprobar la apelación y uno en contra. La última palabra la tiene la plenaria que, en lugar de continuar el debate de la consulta hoy, podría acordar votar primero la apelación.

Según fuentes consultadas por este diario, ese recurso sería la estrategia de un numeroso grupo de senadores para eludir el trámite de la consulta y, en su lugar, priorizar nuevamente el debate de la laboral. “Así, nos ahorramos $750.000 millones y no sería necesaria la consulta”, dijo un senador independiente que habló con la condición del anonimato.

De resultar, sería una jugada a tres bandas para independientes y oposición. Además de pregonar que, en tiempos de afugia fiscal, el país se ahorraría millonarios recursos si no se hace la consulta y se apuesta por la apelación, los senadores se evitarían al escarnio de las huestes petristas en caso de que voten “No” al mecanismo. Además, le pondrían freno de mano al ruido electoral y de campaña que desató la consulta.

Recién este martes, el Partido de La U –determinante en las cuentas del Gobierno–, expidió un comunicado en el que confirma que su bancada votará positivamente la apelación, “con el objetivo de que esta iniciativa tenga una nueva oportunidad de un debate amplio, constructivo y democrático”.

Incluso, fueron más allá e instaron a todas las fuerzas políticas “para que se sumen a esta iniciativa, con el único propósito de construir una reforma laboral equilibrada que promueva generación de empleo formal, mejore las condiciones laborales y contribuya a la reactivación económica”.

Por su parte, desde la Alianza Verde, la senadora Angélica Lozano también respaldó el recurso y destacó que “si la plenaria dice sí a la apelación, el presidente del Senado decidiría a qué comisión va y tiene tercer debate, luego llegaría a plenaria en cuarto debate. Eso permitiría que en junio de este año el país tenga actualizada la ley laboral”.

No obstante, el inusitado impulso de la apelación desató desconfianza en el Ejecutivo. Aunque no la descartó de tajo, el ministro del Interior, Armando Benedetti, advirtió que ya no dan los tiempos pues, de revivir, el proyecto debe ser discutido en tercer y cuarto debate antes de junio próximo.

“En la plenaria no dan los tiempos porque esa ley muere el 20 de junio. Así se hiciera en extras no dan los tiempos. Lo digo porque varios amigos se han acercado con caras felices –espontáneos, creativos–, para plantear que esa pueda ser una solución”, dijo Benedetti.

Su colega, el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, fue más allá. Señalando que “han pasado nueve semanas” sin que el Senado tramite la apelación, no dudó en calificar su impulso como “un malvado propósito para embolatar y obstruir” la consulta popular. “No hay otra explicación para esa actitud y lo hacen cuando solo quedan cinco semanas para que termine la legislatura (…) es un perverso propósito para que la reforma laboral reciba un segundo entierro por razones de tiempo”.

En medio del tire y afloje, el autor de la apelación, el senador Díaz –quien es afín al petrismo– reclamó por el uso político del recurso y advirtió que, en caso de que la apelación sea instrumentalizada para frustrar la consulta, estaría dispuesto a retirarla.

“La apelación se puede adelantar de forma simultánea a la consulta, son mecanismos que buscan devolver derechos laborales. Aquí le han mamado gallo, lo que han hecho es dilatar. No nos vamos a prestar para que su argumento de archivar la consulta sea ‘vamos a aprobar ahora sí la apelación’. Preferimos retirarla”, amenazó.

Aunque la estrategia de revivir la apelación sigue cautivando senadores, el plan A para la mayoría es vencer al Gobierno a punta de votos. Por ello, ayer se intensificaron las movidas en todos los frentes para tratar de llegar al número mágico: 53 apoyos, es decir la mitad más uno de los senadores para aprobar o negar la consulta.

De hecho, EL COLOMBIANO conoció las cuentas que maneja el Ministerio del Interior frente al mecanismo: según el conteo, tendrían 52 votos por el “Sí” y 48 por el “No”. Además de los 20 votos del Pacto Histórico –incluido el crítico Paulino Riascos, quien ya dijo que respaldará el mecanismo–, cuentan como fijos los cinco de Comunes e incluso, uno del senador Richard Fuelantala. Sin embargo, este diario pudo establecer que hasta última hora Fuelantala estaba indeciso con tendencia al “No”.

Además, el Ejecutivo descartó de plano los votos conservadores. Aunque hay tres senadores cercanos al petrismo –Carlos Andrés Trujillo, Miguel Barreto y Liliana Benavides–, ayer la bancada determinó que votarán de manera unificada y se opondrán al proceso. Ante ello, el Ejecutivo habría logrado convencer a los tres senadores de Mira, así como a tres de los cuatro senadores de ASI.

En esa línea, en las cuentas de Benedetti se dan como fijos seis de los 10 senadores de La U, siete de los ocho de la Alianza Verde y siete de los 13 de las toldas liberales. Ayer varios congresistas cuestionaron que, justo cuando el Senado tramita la consulta, se conoció el nombramiento de Diana Marcela Morales como nueva ministra de Industria y Comercio. Como ha contado este diario, la funcionaria habría sido nominada por parte de la bancada liberal.

En contraste, la oposición tendría, además de los 12 votos conservadores, 13 del Centro Democrático y nueve de Cambio Radical, sumado a otros de los liberales, La U, ASI y Colombia Justa Libres.

Así las cosas, la diferencia sería de apenas cuatro votos. Ayer el salón social contiguo a la plenaria era un hervidero y pululaban congresistas, asesores y dirigentes de diferentes vertientes, lo que evidencia que las movidas seguirán hasta última hora en búsqueda de apoyos. La carrera se zanjará en un verdadero voto “finish”.

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