
Asesinatos, atentados y dinero: la historia que rodea el secuestro del niño Lyan José Hortúa
- Colombia
- mayo 23, 2025
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El caso de Lyan conmovió al país, pero detrás hay nexos que inquietan. Los familiares denunciaron que ni el presidente ni las autoridades tuvieron interés en el caso.
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Lyan José Hortúa tiene 11 años. FOTO: Tomada de redes sociales -
Lyan duró 18 días secuestrado. FOTO: Tomada de redes sociales -
José Leonardo Hortúa Blandón, alias Mascota. A la derecha, Diego Rastrojo. FOTOS Tomada de redes sociales y Fiscalía -
Fue la primera foto que se conoció de Lyan tras su rescate. FOTO: Cortesía -
Reencuentro de Lyan con su familia. FOTO: Captura de video
Lyan duró 18 días secuestrado. FOTO: Tomada de redes sociales
Las horas parecían días. Angie Bonilla, madre del menor, contaba que en casa nadie podía comer ni dormir pensando en Lyan. No solo estaba ella, los tíos del menor, su abuela, su padrastro, primos y su niñera. Su tío, en entrevista con La FM, confesó que la familia tuvo que pagar el rescate y denuncian que las autoridades no mostraron mayor interés por el caso y tampoco el presidente Petro.
Finalmente, en la tarde del 21 de mayo, publicaron una foto del menor liberado abrazando a sus familiares. Sin embargo, detrás hay una historia en la que aparecen asesinatos, atentados, presuntos nexos con la mafia y dinero.
Amplíe información: Antonio Cuadros, familiar de Lyan que entregó el dinero para el rescate del menor, fue asesinado en Cali
Fuentes cercanas al caso le contaron a EL COLOMBIANO, con reserva de identidad, que el secuestro al parecer guarda relación con bienes y una fortuna que su familia habría heredado de su padre biológico.
Se trata de José Leonardo Hortúa Blandón, alias Mascota, uno de los cabecillas más peligrosos de la extinta organización narcotraficante “los Rastrojos”, quien fue asesinado un mes antes del nacimiento de Lyan. “Mascota” era pareja de Angie Bonilla, con quien esperaba su primer hijo, cuando se produjo el atentado el 19 de abril de 2013 en la ciudad de Cali.
Hortúa, quien estaba en libertad condicional, fue atacado a tiros por sicarios en un consultorio odontológico, dejando viuda a su mujer embarazada.
En aquel entonces, “Mascota” era lugarteniente de Diego Pérez Henao (“Diego Rastrojo”), el líder de la organización criminal “los Rastrojos”, y el principal candidato a heredar su lugar, luego de que el patrón fuera extraditado en 2012 a Estados Unidos, por cargos de narcotráfico.
José Leonardo Hortúa Blandón, alias Mascota. A la derecha, Diego Rastrojo. FOTOS Tomada de redes sociales y Fiscalía
La viuda Angie Bonilla volvió a casarse después con un reconocido joyero de Cali, Joshua Suárez, con quien tuvo otra niña. Luego se convirtió en una influencer de estilo de vida, conocida en las redes sociales como Barbie Vanesa, dejando atrás su pasado con “Mascota”.
Sin embargo, según las fuentes consultadas, ese oscuro pasado volvió a revivir a principios de este año, cuando un antiguo integrante de “los Rastrojos” se presentó ante la viuda, exigiéndole que le entregara los bienes y la fortuna que había dejado “Mascota”.
Lea además: Un presunto cobro de bienes de la mafia habría desatado el secuestro del niño Lyan en Valle del Cauca
La mujer explicó que no tenía nada de eso, y posteriormente se presentó el secuestro de Lyan en su casa del corregimiento Potrerito, en Jamundí (Valle), el 3 de mayo de 2025. Los narcotraficantes cobraron más de dos millones de dólares por su liberación, y para retenerlo hicieron una alianza con el frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, que se encargó de custodiar al pequeño.
“En el Valle es muy común que los narcos secuestren personas y se las entreguen a la guerrilla”, manifestó una de las fuentes. EL COLOMBIANO consultó al Ejército y a la Policía sobre esta situación, sin que a la fecha se hayan producido declaraciones oficiales. Ante lo sucedido, la familia anunció que evalúa la posibilidad de salir del país.
El secuestro
Fue la primera foto que se conoció de Lyan tras su rescate. FOTO: Cortesía
“El niño nos está diciendo que duró cuatro días amarrado, esposado, humillado”, contó Joshua Suárez, padrastro de Lyan. Pero eso no es todo: Cuando el niño de 11 años entró en el hospital, dio su duro testimonio.
Contó que lo tiraron al suelo y le dijeron que si no venían por él “lo iban a explotar”. Al momento de su liberación, le dijeron que iban a matar a su niñera, cuando él empezó a llorar, lo botaron de la camioneta.
Una de las primeras cosas que notaron de Lyan era que tenía sus uñas destrozadas. “Mientras estuvo en el sitio de su secuestro dibujaba rayitas en la pared para contar los días”, explicó una delegada de la Alcaldía de Cali, y añadió: “Hacía líneas para contarlas y hacía dibujos en la pared”.
El detalle más desgarrador es que, al estar retenido, Lyan experimentaba mayor angustia cada vez que debía comunicarse con su madre. En esos momentos, sus captores lo aislaban aún más, confinándolo en espacios completamente cerrados, donde fuera imposible que se filtrara cualquier indicio de su ubicación.
Por último, Lyan contó que en las noches soltaban varios perros agresivos para custodiarlo y, de alguna manera, asustarlo. También contó que escuchó la voz de 4 personas cerca que lo vigilaban, sin embargo, las autoridades del municipio creen que fueron más.
Abandono estatal
Reencuentro de Lyan con su familia. FOTO: Captura de video
Sebastián Bonilla, tío de Lyan, aseguró que durante los minutos de secuestro y los días de búsqueda, se sintió abandonado por el Estado. Según su testimonio, las autoridades explicaban que el proceso de rescate era complejo debido a que el niño podía salir lastimado, y la planeación del mismo requeriría meses.
El abandono estatal, dijo, también lo sintió desde el jefe del Ejecutivo. El presidente Petro se pronunció al respecto hasta 18 días después del secuestro de Lyan, unas pocas horas antes de su liberación. ”Quienes lo retienen, desobedezcan a sus superiores. Libérenlo ya”, expresó.
Bonilla agregó que “El presidente Gustavo Petro nunca nos llamó ni tuvo ningún mensaje de solidaridad con mi hermana”. Además, la familia aseguró que en ningún momento vieron verdaderos avances en la investigación. El desespero se empezaba a sentir, y tras esto, habrían sido los mismos funcionarios del Estado quienes les dieron el consejo de pagar la extorsión.
El monto no fue confirmado por la familia, pero según Bonilla: “Nos dejaron endeudados”. Contó que el pago de aquel dinero fue hecho por dos primos de la familia, sin las autoridades.
El testimonio de Sebastián Bonilla fue dado cerca de las 8:00 a.m. y tan solo tres horas después, casi a medio día, se conoció otra triste noticia para la familia: Antonio Cuadros y su esposa, quienes pagaron el monto que pedían las disidencias para liberar a Lyan, fueron baleados al sur de Cali. Cuadros falleció enseguida, su esposa fue trasladada al hospital.
Para saber más: Fiscalía abrió noticia criminal por el crimen de Antonio Cuadros, familiar que pagó recompensa por rescate de Lyan
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