
Apareció en albergue uno de los dos desaparecidos en Sabaneta
- Colombia
- mayo 11, 2025
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El joven venezolano de 15 años fue hallado sano y salvo. Continúa la búsqueda de los dos adultos. Se cuentan 215 afectados y 40 puntos críticos.
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Tercer día de la emergencia en el barrio San Isidro de Sabaneta que costó la vida de cinco personas. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry -
Algunos residentes seguían evacuando sus enseres tras la orden de evacuación dada por las autoridades. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry -
La casa del centro de la imagen se salvó por poco de también ser arrasada por la furia de la naturaleza. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry -
A punta de picas, palas y retroexcavadora se sigue evacuando el pantano mientras los rescatistas también buscan a los desaparecidos. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry -
Así quedó afectada el afluente de la zona, lo que ha causado complicaciones en el acueducto veredal. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry -
Miembros de la comunidad se acercan a los frentes de labores brindándole comida a los voluntarios y rescatistas que están realizando las tareas. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry -
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Parte de la cadena humana con la que se evacuó parte del lodo de la zona. FOTO: Cortesía
10 de mayo de 2025
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La soleada mañana que brilló ayer sábado sobre el sector San Isidro de la vereda La Doctora en Sabaneta fue toda una tregua vivida en el epicentro de la tragedia que sepultó a dos familias. El término cae como anillo al dedo al ver que en las aceras y escalas del sector rescatistas, vecinos y funcionarios aprovechaban los cálidos rayos no solo para calentarse, sino también para darse un justo descanso de su ardua, pero ingrata labor.
Con sus trajes empantanados hasta la cintura y las enfangadas palas al lado –por si era necesario retomar la tarea inmediatamente– aprovechaban una corta pausa para comer algún alimento caliente que manos caritativas les prepararon en agradecimiento a su labor. Otros aprovechaban para fumar o hacer algunas llamadas a sus familiares. Era como ver una pausa en un campo de batalla.
Y es que, pese a que el ruido de las palas y la retroexcavadora continuaba, con la luz del solazo del tercer día de la tragedia, San Isidro lucía completamente diferente a como estaba en la tarde-noche de ese jueves en el que la penumbra era absoluta y la incertidumbre completa. Gran parte del lodo que rodó por las empinadas callejuelas en esa noche horrible ya se había removido a punta de llenar volquetas que como podían llegaban al encumbrado sector.
Uno de los que seguía sacando lodo de su vivienda era Víctor, un joven agente de tránsito que recordó ese funesto aviso de la tragedia. Él recordó que justo ese día estaba de turno y que su sorpresa no pudo ser mayor cuando le dieron la dirección de la emergencia: Calle 70 Sur con carrera 31. O sea, justo la de su casa.
Algunos residentes seguían evacuando sus enseres tras la orden de evacuación dada por las autoridades. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry
Víctor recordó que salió volando en su moto oficial y llegó hasta el lugar de los hechos solo para encontrarse la montaña metida en el frente de su propiedad. El asunto era grave, pero sabía que la prioridad era rescatar a los sepultados, tarea a la que él y los vecinos realizaron de inmediato.
Según Víctor, su desconsuelo no pudo ser mayor al ver que entre los fallecidos estaba Deiby Roqueme Mendoza, prácticamente un compañero de labores, pues Roqueme oficiaba como guarda de seguridad adscrito a la empresa que le daba el servicio de vigilancia a la Secretaría de Movilidad.
Balance del suceso
De otro lado, en el Puesto de Mando Unificado de la emergencia, los funcionarios sabaneteños revolotean como abejas coordinando las ayudas y los esfuerzos para superar la emergencia. Uno de ellos es el propio alcalde Alder Cruz quien se mueve de un lado para otro haciendo ingentes esfuerzos por solucionar cuanto “chicharrón” aparecía.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Cruz detalló que la emergencia del jueves afectó 40 puntos críticos en el municipio que deberán ser intervenidos. Si bien la situación más compleja fue en San Isidro también hay reportes de sectores como Las Brisas, Las Lomitas o Calle Larga –este último en el área urbana– donde se debe intervenir ya.
“De las víctimas tenemos hasta ahora cinco fallecidos y dos desaparecidos –ya que el tercero que era un joven de 15 años apareció en el albergue–. Además, 66 familias, es decir 215 personas, que ya fueron atendidas o evacuadas a raíz del desastre. Estaremos realizando una caracterización en las viviendas de la zona para ver qué familias pueden retornar y que otras propiedades habrá que demoler. Sabemos que por lo menos dos casas de San Isidro requieren demolerse para facilitar la remoción de escombros. A los propietarios de las casas que haya que demoler les vamos a dar todo el apoyo así como subsidios de arriendos temporales”, comentó Cruz.
La casa del centro de la imagen se salvó por poco de también ser arrasada por la furia de la naturaleza. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry
Según trascendió, para la realización del estudio se han desplegado geólogos e ingenieros del Dagran y Corantioquia así como expertos del Área Metropolitana quienes estarán acompañando la recuperación del sector.
El apoyo de estos especialistas es más que bienvenido para entender la magnitud de la tragedia y sus posibles riesgos toda vez que, según el alcalde, San Isidro no estaba entre los puntos críticos de Sabaneta que requerían vigilancia y atención especial.
De otro lado, Cruz detalló que actualmente se mantienen en vigilancia las quebradas La Doctora y La Sabanetica para evitar que se presenten más emergencias o inundaciones como las que afectaron el centro del municipio. Además, se destinaron cuadrillas de obreros para limpiar pozos, sumideros y alcantarillas para que el agua no se represe.
La atención a los afluentes merece especial atención pues según le dijeron a este diario vecinos y algunos miembros del acueducto veredal que atraviesa San Isidro, aguas arriba el asunto es complejo.
A punta de picas, palas y retroexcavadora se sigue evacuando el pantano mientras los rescatistas también buscan a los desaparecidos. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry
“Oiga, esta montaña desde arriba está agrietada. Arriba en Las Lomitas hay varios deslizamientos y el agua está represada allá. La montaña está en cuña, como si fuera una pirámide, por la que los dos lados del barranco jalan. Por eso la bocatoma de La Teresa se dañó, está llena de palos. La de El Gusano no se afectó y con esa tenemos agua. Menos mal no ha llovido, porque… ¿Quiere que le diga una cosa? Con otro aguacero que caiga sobre esta tierra tan floja, eso vuelve y jala…. ¡Y ni me quiero imaginar!”, detalló un apurado operario del acueducto.
Así quedó afectada el afluente de la zona, lo que ha causado complicaciones en el acueducto veredal. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry
Muchas manos amigas
Si bien la emergencia ha contado con el apoyo de organismos de socorro propios y vecinos –como el Dagran, las unidades de rescate del Ejército y la Policía, la Defensa Civil y los bomberos de Envigado, Itagüí, Caldas, entre otros cuerpos– a raíz de lo complejo de la problemática la Alcaldía de Sabaneta ha debido declarar la calamidad pública.
Miembros de la comunidad se acercan a los frentes de labores brindándole comida a los voluntarios y rescatistas que están realizando las tareas. Foto: Andrés Camilo Suárez Echeverry
Esta situación hace que se eleve formalmente la petición de ayuda a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo UNGRD, en cabeza del director Carlos Carrillo, para que con sus recursos pueda apoyar al manejo de la emergencia.
Sin embargo, según el alcalde Cruz, ni desde la UNGRD ni desde el Gobierno Nacional siquiera se han contactado con las autoridades sabaneteñas para al menos preguntar –así sea por educación– cómo va atención de la emergencia.
“Del Gobierno Nacional no hemos recibido ninguna ayuda, ni financiera, ni logística, ni técnica. Con la declaratoria vamos a oficiar para que la UNGRD nos tenga en cuenta con recursos. Pero hasta hoy no, nada”, añadió.
Por su parte, Carrillo aseguró esta semana que Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, a través de la Gobernación de Antioquia, la Cruz Roja, Policía Nacional, Bomberos, Ejército, Defensa Civil y Socorro Nacional, ha atendido la emergencia con 13 unidades de Operaciones Especiales de la Policía, 14 voluntarios de la Defensa Civil, Bomberos de Sabaneta, 5 voluntarios de la Cruz Roja y caninos de búsqueda, 16 personas de la Gobernación de Antioquia, Maquinaria, ingenieros y geólogos en sitio y el Ejército Nacional en alistamiento.
Siquiera frente al “desdén” gubernamental que señaló el alcalde Cruz, cientos de manos amigas de sabaneteños y de otros habitantes del Aburrá y de Antioquia se han hecho sentir. En el cubrimiento de la emergencia, este diario ha podido constatar cómo desde el primer momento cientos de personas –desde funcionarios hasta civiles– se han volcado a ayudar, ya sea removiendo tierra, o con una bebida caliente, una comida preparada, elementos de aseo o prendas de vestir a los afectados de la tragedia.
En la memoria de muchos sabaneteños quedará el momento en el que se formó una larga cadena humana para evacuar a punta de pasar costales el lodo de San Isidro dada la imposibilidad de las volquetas para poder llegar al sector a retirarlo. O la vez que los mismos vecinos y las autoridades rescataron varias gallinas del galpón de un vecino al que casi barre el pantano. Estos gestos surgidos de la necesidad se vuelven en símbolos de unión en momentos aciagos.
Parte de la cadena humana con la que se evacuó parte del lodo de la zona. FOTO: Cortesía
Sin embargo, el desinteresado apoyo de la gente contrastó con la inoportuna y estorbosa presencia de algunos polítiqueros que aprovecharon la tragedia para aparecerse tardíamente buscando hacer un registro de redes sociales para “quedar bien” con sus seguidores. Chabacanería que, como comentaron varios vecinos de San Isidro, más que ser bien recibida resultaba chocante.
Pero volviendo al lugar de los hechos, de a poco la vida –como el agua que busca por dónde fluir– se va encausando de nuevo en San Isidro. Ya las vecinas organizan sus jardines y ya se ven algunos niños jugando en los corredores de algunas de las viviendas del sector donde confluyen casonas antiguas, elegantes propiedades y humildes hogares.
Eso sí, los vecinos siguen expectantes pues las lluvias en Sabaneta y el Aburrá no paran. Tal vez a raíz de eso, muchos se encomiendan y algunos alzan improvisados altares con cruces y flores para tal vez alejar las temidas lluvias y para que la “tregua” dure más días.
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