Aislamiento internacional de Ortega y Murillo queda en evidencia en felicitaciones por el 19 de julio – Nicaragua Investiga
- Nicaragua
- julio 18, 2025
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El régimen autoritario de Daniel Ortega y Rosario Murillo conmemora el 46° aniversario de la llamada «Revolución Popular Sandinista», recibiendo únicamente saludos de un reducido grupo de países y personalidades de limitada relevancia internacional, evidenciando el creciente aislamiento diplomático que enfrenta Nicaragua bajo la dictadura sandinista.
Un club de parias internacionales
Las felicitaciones recibidas por el régimen nicaragüense revelan un patrón preocupante: solo gobiernos autoritarios y estados paria se solidarizan con Managua. Vladimir Putin encabezó las felicitaciones, calificando a Nicaragua como «un aliado fiable de Rusia en América Latina», mientras que Kim Jong Un también envió sus saludos oficiales. Cuba, el histórico mentor ideológico del sandinismo, también expresó sus felicitaciones.
Esta limitada lista de congratulaciones contrasta dramáticamente con el aislamiento que enfrenta Nicaragua en organismos internacionales respetables. Las principales democracias del mundo, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de países latinoamericanos, han optado por el silencio diplomático ante esta fecha que el régimen considera histórica.
El vacío de legitimidad internacional
La ausencia de felicitaciones por parte de potencias mundiales democráticas y organismos internacionales de peso subraya la pérdida de legitimidad que ha experimentado el gobierno de Ortega-Murillo. Mientras que en décadas anteriores la revolución sandinista podía contar con cierto respaldo internacional, hoy solo encuentra eco en regímenes que, como el nicaragüense, enfrentan cuestionamientos por violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
El canciller ruso Serguéi Lavrov también resaltó la «trascendencia histórica» de la revolución, pero esta valoración proviene de un país que enfrenta sanciones internacionales por su agresión a Ucrania, lo que resta credibilidad a tales pronunciamientos.
Una revolución que perdió su rumbo
El sandinismo de 2025 dista mucho de los ideales que proclamó en 1979. Lo que comenzó como un movimiento de liberación nacional se ha transformado en una dictadura familiar que ha concentrado el poder de manera absoluta. La represión sistemática contra opositores, la clausura de organizaciones civiles, la confiscación de bienes, y la persecución de líderes religiosos han convertido a Nicaragua en un estado autoritario que poco tiene que ver con los principios revolucionarios originales.
El reflejo de un aislamiento en aumento
Las escasas felicitaciones recibidas por el régimen sandinista no son casualidad, sino el resultado lógico de años de deterioro democrático, represión política y violaciones flagrantes a los derechos humanos. La comunidad internacional democrática ha tomado nota del rumbo autoritario del gobierno nicaragüense y ha respondido con un distanciamiento que se refleja claramente en el silencio oficial ante fechas que el régimen considera importantes.
Este 46° aniversario de la revolución sandinista se ha convertido, paradójicamente, en un recordatorio del fracaso del proyecto político de Ortega y Murillo, quienes han logrado aislar a Nicaragua de la comunidad internacional respetable, reduciéndola a formar parte de un club de regímenes autoritarios que celebran entre sí sus respectivas fechas conmemorativas.
La realidad es contundente: una revolución que se proclamó popular y democrática ha terminado siendo celebrada únicamente por dictaduras, evidenciando que el sandinismo ha traicionado completamente sus principios fundacionales y se ha convertido en aquello que originalmente combatió.