
Sin carros fúnebres, sin sepultureros y sin flores: la tragedia después de la muerte en Cuba
- Cuba
- marzo 17, 2025
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Las personas que pierden a un ser querido en Cuba viven una segunda tragedia cuando llega el momento de trasladarlos a las funerarias y de enterrarlos, que ha sido reflejada en la prensa independiente desde hace años y a la que el medio estatal Trabajadores dedicó espacio en un reportaje sobre los servicios comunales de la Isla este lunes.
En las funerarias y en los camposantos cubanos, faltan «desde carros fúnebres y personal hasta capacidades en los cementerios«, reconoció el medio estatal, que mostró la situación en varias provincias.
Yaisel Osvaldo Pieter Terry, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Administración Pública (SNTAP), admitió que los sepultureros tienen malas condiciones laborales y reciben salarios muy bajos, por lo que la fuerza laboral envejece.
«Los sepultureros ganan unos 2.700 pesos por mes. Impide incrementar la cuantía el no aplicárseles otras modalidades de pago», dijo el directivo al medio estatal.
Al bajo salario de los sepultureros, que supera en solo 600 pesos el sueldo mínimo en Cuba (2.100 pesos), se suma la falta de cartón piedra para confeccionar los sarcófagos. En Santiago de Cuba, por ejemplo, se elaboran todos con madera.
Por si fuera poco, las funerarias apenas cuentan con vehículos. Varios reportajes de DIARIO DE CUBA han mostrado el traslado de cuerpos en vehículos no diseñados para ese fin.
«El pésimo estado de los carros fúnebres, carentes de neumáticos, baterías, motores y otras piezas, imposibilita la calidad y rapidez del trabajo, lo que a su vez provoca insatisfacciones al demorar la recogida de los fallecidos en hospitales y casas, pues, aunque hace unos dos años hubo una compra de vehículos para todas las provincias, fue insuficiente», explicó Pieter Terry.
En Santiago de Cuba, Bertha Revé Cerulia, administradora de una funeraria, señaló que «al no pertenecer a un circuito eléctrico priorizado, y ser de tres niveles la instalación, cuando falta la electricidad no funciona el ascensor, esto impacta a dolientes y trabajadores, ya que los ayudantes, cuya plantilla es de 12, y solo tenemos ocho, apoyados por los familiares hacen un esfuerzo extra con el sarcófago escalera arriba o abajo».
Cuando los trabajadores y los familiares consiguen bajar el sarcófago, comienza la odisea de transportarlo hacia el cementerio.
«De 16 carros fúnebres solo tres están operando, y es creciente el deterioro automotor», explicó Ángel Díaz Prado, subdirector provincial de Servicios Comunales en Santiago de Cuba, que asume la actividad necrológica del municipio cabecera y de Songo-La Maya, los siete restantes la gestionan localmente.
En Artemisa, la situación de los carros fúnebres es un poco mejor que en Santiago, pues casi la mitad de los vehículos funciona: siete de 15, según el reportaje.
Pero lo difícil no es solo llegar al cementerio con el sarcófago, sino encontrar espacio para enterrarlo. Según la directora de Servicios Comunales en la provincia, Marisol La Nuez López, «las capacidades para enterramientos están en desventajas con los crecientes fallecimientos que se acumulan restos óseos por más de veinte años porque los familiares no los desenterraron en el tiempo establecido».
«Tampoco contamos con un crematorio. Hemos tenido los planos, pero hasta ahí. Solicitamos el servicio a La Habana, con escasas posibilidades, por causas objetivas, como la viabilidad para simultanear el servicio de ambas provincias, la falta de electricidad, de gas…», añadió.
Respecto a la disponibilidad de flores, dijo que solo el municipio Bahía Honda, cuenta con esa opción propia de Comunales.
«En el resto, si el familiar las trae hacemos la corona o el cojín», precisó La Nuez López.
En Santiago, las que son garantizadas por los Servicios Comunales no son de calidad. «Están en manos de privados los arreglos florales más dignos para el último adiós», admitió Díaz Prado.
En cuanto a los servicios necrológicos en La Habana, el reportaje afirma que «no escapan a las carencias materiales y problemas subjetivos del país, lógicamente multiplicado por su densidad poblacional».
Sobre la proliferación de basura en el país y los problemas con la recogida de basura, Trabajadores reconoció la falta de vehículos especializados, debido a la escasez de combustible y de piezas de repuesto, y la «elevada fluctuación de fuerza laboral carente de medios de protección; poca motivación salarial (entre 2.100 y 2.400 pesos el básico, según el desempeño)», aunque también culpó a «la indisciplina social».
Sin embargo, el reportaje también termina por mostrar la superioridad en eficiencia de las MIPYMES sobre la gestión estatal con el ejemplo de LICONS (Limpieza y Construcción), una mediana empresa creada hace poco más de un año para recoger desechos sólidos en Artemisa.
«Hay menos indirectos, casi nadie. Todas las manos en función de la higiene, la jardinería, la pintura y algo de carpintería y construcción. Compartimos los ingresos, sin límites para el salario mensual. No esperamos a que nos envíen medios de protección, los buscamos», explicó el director, Yoany Díaz Velázquez.
Otra diferencia esencial radica en los salarios. «Un obrero en la Empresa Comunales cobra unos 3.000 pesos, a veces más, y acá promediamos 15.000, ajustamos descansar los domingos, sin embargo, de necesitarse laboramos. No hay horarios hay compromisos», contrastó otro trabajador entrevistado por el medio estatal.