
Cuídelas y disfrute el espectáculo: las águilas cuaresmeras volvieron a los cielos de Antioquia
- Colombia
- marzo 14, 2025
- No Comment
- 2
Las imponentes águilas cuaresmeras ya embellecen los cielos del Oriente antioqueño y el Magdalena Medio, como ocurre cada año por estas fechas. En realidad, estas rapaces no tienen nada que ver con religión ni con ningún ritual católico, además tampoco son una sola especie, son dos: Buteo platypterus y Buteo swainson. Sin embargo, en la tradición popular su paso por los cielos antioqueños terminó asociada a la época preparatoria para la Semana Santa. De allí su nombre.
Las águilas cuaresmeras hacen uno de los viajes migratorios más fascinantes entre las especies que habitan el continente. Cada año, cuando arranca octubre y el frío acecha los bosques de Estados Unidos y Canadá estas aves forman gigantescas bandadas que conquistan el cielo y emprenden un recorrido de cerca de 13.000 kilómetros, atraviesan todo el continente hasta llegar al sur; unas terminan su viaje de ida en los bosques de Bolivia y Brasil y las otras lo hacen en Uruguay, Chile y Argentina, a estas se les conoce como águilas corbateras. Es uno de los viajes de aves rapaces más largos, el cual logran utilizando de manera excepcional las corrientes de aire, lo que les permite optimizar tiempo y energía para completar su trayecto y llegar en perfectas condiciones a su hábitat temporal.
En marzo, aproximadamente, empiezan su regreso a casa. Son más de un millón de águilas las que emprenden el retorno y su camino convierten varias zonas de Colombia como Tolima, Risaralda, Antioquia y Chocó en sus sitios de descanso del largo trajín. Sin embargo, lo que podría ser un espectáculo de la naturaleza para agradecer, se convierte cada año en una tragedia absurda y en un espectáculo de salvajismo del ser humano. En Tolima, como lo ha documentado la autoridad ambiental en los últimos 30 años, cada año decenas de personas deciden convertir la migración de cuaresmeras en una matanza. En el cañón del Combeima, una de las zonas con mayor biodiversidad en Colombia, en municipios como Mariquita y Lérida, los cazadores encandilan las águilas con linternas y les disparan mientras estas se encuentran descansando en las copas de los árboles recuperando fuerzas para proseguir su viaje. En 2022 se registró una de las mayores matanzas, más de 300 águilas fueron murieron en Tolima por capricho de cazadores que decidieron convertirlas en objeto de competencias para ver quién cazaba más.
Colombia, lamentablemente, es una zona de alto riesgo para estas aves. Su aparición en tiempo de Cuaresma las expone a los riesgos en los que quedan envueltas decenas de especies por creencias absurdas mezcladas con religión y paganismo. A las cuaresmeras les endilgan, sin razón alguna, cualidades afrodisiacas al consumir su carne. También han sido víctimas de supersticiones ridículas como que su grasa tiene bondades medicinales o que al mutilar sus patas y ofrecerlas en algún ritual es posible evitar tormentas. La Cuaresma y la Semana Santa es un tiempo crítico para especies como tortugas, caimanes, iguanas y tantas otras pues buscando reemplazar las carnes rojas, para no caer en pecado según las creencias católicas, los habitantes de varias regiones se vuelvan al tráfico de especies silvestres para satisfacer su dieta carnívora.
El consumo de estas aves o cualquiera de sus partes, según han reiterado las autoridades ambientales del país, pueden causar enfermedades graves que conducen a la muerte por la transmisión de virus y bacterias. Y es que estas rapaces cumplen, precisamente, una fundamental función de control biológico al depredar especies de insectores, reptiles y roedores.
De manera que la invitación a la ciudadanía es a disfrutar de este maravilloso espectáculo de estas aves viajeras que por algunas semanas le muestran a los habitantes de Antioquia el complejo mundo de las especies migratorias.