
El hijo de Martí: un marginado de la historia
- Cuba
- septiembre 14, 2025
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Si le preguntan a la mayoría de los cubanos cómo se llamaba el hijo de José Martí, cuando más contestarán «Ismaelillo».
LA HABANA, Cuba. – Muy pocos cubanos saben de la existencia de José Francisco Martí Zayas-Bazán. Cuando más, si les preguntan cómo se llamaba el hijo de José Martí, contestarán “Ismaelillo”, que es el nombre del poemario que le dedicó su progenitor.
Vivo hace 60 años muy cerca del sitio donde nació, el 22 de noviembre de 1878, el hijo de Martí: en la calle Tulipán No. 32, esquina a Clavel, en la barriada del Cerro.
En esa vivienda, José Martí, que la describió como “un delicioso lugar, como una Tacubaya suiza”, vivió junto a su esposa Carmen Zayas-Bazán, y allí nació y pasó sus primeros meses “Pepito”, como llamaban ambos a su hijo.
Hace unos años la casa sufrió un derrumbe parcial. Demolieron una parte y la otra quedó muy deteriorada, pero sus habitantes se negaron a irse a un albergue.
En el lugar, que está en ruinas, no hay ni siquiera una placa que recuerde que allí vivió Martí y nació su hijo.
José Francisco Martí Zayas-Bazán, a los 18 años, se incorporó a las filas del Ejército Mambí, el 21 de marzo de 1897, y alcanzó el grado de capitán combatiendo bajo las órdenes del general Calixto García.
Al terminar la guerra, obtuvo una modesta plaza de aduanero con un salario de 125 pesos que apenas le alcanzaba para mantenerse él y mantener a su madre, por lo que no pudo continuar sus estudios en la universidad y tuvo que trabajar también como bibliotecario.
El 1° de mayo de 1902, entró en la carrera militar, en el regimiento de artillería costera, donde hoy se encuentra el Hotel Nacional.
Como era un militar culto, que dominaba el inglés y el francés, fue escogido por las autoridades estadounidenses de ocupación como ayudante y traductor de Williams H. Taft y Charles A. Magoon.
Finalmente llegó a ostentar el cargo de jefe del Estado Mayor General hasta 1917, fecha de su licenciamiento por problemas de salud.
Aunque era jefe del Ejército en 1912, cuando el gobierno de José Miguel Gómez ahogó en sangre el levantamiento de los Independientes de Color. Investigadores del suceso aseguran que Martí Zayas-Bazán no tuvo participación directa en la represión, ya que el mando central de la acción estaba a manos del presidente de la República.
José Francisco Martí fue uno de los fundadores del ABC. Se negó después de 1933 a que usaran su imagen en la postulación a cargos menores en el gobierno, por considerar que era corrupta la manipulación electiva y que implicaba una deshonra para él y su padre.
Se sabe que colaboró en diferentes acciones humanitarias como parte de la Cruz Roja Cubana.
A su casamiento con María Teresa Bances, en la Iglesia Parroquial del Sagrado Corazón de Jesús, de El Vedado, acudieron grandes personalidades de la época, incluso hasta el presidente de la República.
Aquel matrimonio duraría 29 años, hasta la muerte de José Francisco, el 22 de octubre de 1945, con 66 años.
El matrimonio radicó en la espaciosa residencia de ella, obtenida por herencia paternal, en Calzada 103 (en la actualidad 807), esquina a 4, en El Vedado. Allí eran visitados por amistades como como Enrique Loynaz y del Castillo, su hija Dulce María Loynaz, Mario García Menocal (su amigo desde la Guerra de Independencia), Joaquín Martínez Saenz, el doctor Octavio Montori y Jorge Mañach, a quien entregó documentos y datos para la biografía que escribiera sobre José Martí.
María Teresa Bances murió en 1980, a los 90 años. Como la pareja no tuvo descendencia, el inmueble y sus bienes pasaron a manos del Estado. Allí radica ahora el Centro de Estudios Martianos.
La versión oficial es que Teté Bances lo legó todo al Estado, para que hicieran un museo sobre Martí y su descendiente. Pero otras versiones aseguran que el Estado llevaba años presionándola para que entregara los numerosos objetos con gran valor artístico y cultural que poseía (suyos y de amistades adineradas que al irse del país se los dejaron a su cuidado), además de la documentación sobre Martí y el propio José Francisco.
En varias ocasiones Fidel Castro insistió en tener un encuentro con Teté Bances, pero ella se negó. La respuesta del “Comandante en Jefe” fue ignorar todo sobre el hijo de Martí. Al fallecer Teté Bances, dio la orden de sellar la vivienda y ponerle postas militares. Solo fueron autorizados a entrar al lugar Eusebio Leal, Alfredo Guevara y Armando Hart.
El saqueo fue total, tanto de objetos de valor, obras de arte, muebles y documentos. Nadie sabe el destino de tanta riqueza. ¿Pasaría a manos de Alfredo Guevara, quien poseyó la más completa colección de arte cubano en el país, o iría a parar a la galería del hijo de Eusebio Leal en Barcelona?
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