Iván Cepeda retó a los congresistas uribistas a que le hagan un debate sobre la Farcpolítica

La razón de este emplazamiento, según el propio Cepeda, es que luego de la condena en primera instancia contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, por soborno y fraude procesal, “las víctimas de ese proceso hemos asistido a una sistemática campaña, lo cual me ha llevado el día de hoy a denunciar penalmente al condenado expresidente, a sus hijos Tomás y Jerónimo, y al director del partido Centro Democrático, Gabriel Vallejo, por calumnia agravada, injuria agravada, hostigamiento agravado y amenazas”.

La declaración la hizo como constancia, en una plenaria del Senado de la República realizada en la tarde de este martes.

“Esa campaña de difamación ha estado acompañada de una operación para vincularme a mí a la guerrilla y el narcotráfico”, afirmó, e hizo énfasis en algunos de los señalamientos que, según él, lo han tildado como “máximo jefe político de las Farc”, “perfecto camarada de las Farc” y “determinador político del narcotráfico”, entre otras.

Agregó que hay una supuesta operación en Estados Unidos, con el FBI y la DEA, para vincularlo a él y a su abogado Miguel Ángel del Río con asuntos de narcotráfico. En tal operación, explicó que estaría involucrado presuntamente Diego Cadena, el antiguo abogado de Uribe.

“En septiembre de 2014, cuando hice el debate sobre los nexos de Álvaro Uribe con el paramilitarismo y el narcotráfico, él y su bancada anunciaron que me harían un debate sobre mis vínculos con la llamada Farcpolítica. Llevo 11 años pidiéndoles que fijen día y hora para hacerlo en la plenaria. Hasta hoy lo han rehuido. Hoy los emplazo de nuevo a que lo citen cuánto antes. ¿Volverán a sacarle el cuerpo?”, acotó el senador, pidiendo que si hay pruebas en su contra, que las presenten en el Congreso.

A lo largo del proceso penal contra Álvaro Uribe, Cepeda fungió como víctima, lo cual acrecentó la rivalidad política entre ambos. Una rivalidad que trascendió lo jurídico.

En la actualidad, el expresidente está a la espera de que el Tribunal Superior de Bogotá resuelva la apelación al fallo de primera instancia. Gracias a una tutela que le resultó favorable, espera el pronunciamiento del tribunal en libertad.

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