«Silencio, resistencia o exilio»: las únicas opciones del cubano de a pie, según el escritor Nelson Simón
- Cuba
- julio 30, 2025
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El escritor pinareño Nelson Simón lanzó una dura crítica contra la situación social, económica y política de Cuba.
MIAMI, Estados Unidos. – El poeta, narrador y dramaturgo cubano Nelson Simón denunció este martes el abandono del pueblo por parte de las autoridades y reflexionó sobre las limitadas opciones que tiene un ciudadano común, las cuales redujo a solo tres: “el silencio, la resistencia o el exilio”.
En su muro de Facebook, Simón escribió: “Información vacía. Letra muerta. Estrategias de distracción. Promesas que no serán cumplidas. Silencios y más silencios. Parece que eso es lo que nos queda. Eso y resistir. Adaptarse a un cambio que no pensamos, que no previmos. Un cambio que nadie nos consultó y que nos toca asimilar”.
Para el escritor pinareño, que ostenta la Distinción por la Cultura Nacional y es editor de la revista Cauce, el cubano “de a pie”, aquel que “no forma parte de asambleas ni élites”, que “no ostenta un carnet ni sabe operar en un medio que acepta la corrupción y la ilegalidad como herramienta de supervivencia”, enfrenta un escenario de opciones drásticas e ineludibles: callar, resistir o marcharse del país.
La primera de esas opciones, el silencio, es para Simón una forma de autocensura forzada. “Mecanismo que te impones o te imponen porque ‘opinar’ te condena. Te expone. Te señala. Te sienta en el banquillo de los sospechosos y de ahí al banquillo de los acusados y a la etiqueta de ‘disidente’, hay solo un paso”.
El escritor también apuntó a la hipocresía de quienes ejercen poder o se benefician del sistema mientras criminalizan a los que piensan diferente. “Hay decenas, miles de oportunistas, que te empujarán, te señalarán, te usarán para desviar la atención. Muchos de ellos son ineptos, corruptos, doble moral, y cuando menos tienen un hijo que se fue o han sacado y que envía remesas y compras online”.
La segunda vía, la resistencia, la describe como sinónimo de resignación: “De arreglátelas como puedas. Carbón. Hambre. Necesidades no cubiertas. Caminatas. Sudor. Mosquitos. Apagones. Colapso”.
Desde su perspectiva, esta resistencia se desarrolla en medio de una lógica de abandono institucional: “La resistencia implica que aceptes que nada de lo que dispongan será beneficioso para ti. Que nada será pensando en ti. Es la anarquía y el sálvese quien pueda”.
El autor también destaca la contradicción entre el discurso oficial y la realidad: “Es el discurso que por un lado te pone en el centro y por el otro te ignora, así como ignora que en ti recaerán las consecuencias de todos los errores por los que nadie responde y de los que nunca conocerás las consecuencias”.
Mediante una metáfora ajedrecística, advierte que el ciudadano siempre pierde: “Se caen unas piezas y se levantan otras. Se sacrifica un peón, una dama o un alfil y sigue la partida sabiendo de antemano que la has perdido”.
Simón rechaza también la normalización del exilio como válvula de escape. “Ningún exilio es voluntario. Empujarte al exilio y luego cargarte con el peso del país, es indigno. El país debía generar oportunidades y empleos dignos. Salvar la ‘economía’ con producción y no con el fruto de tu desarraigo”.
Asimismo, el escritor criticó el uso político de las remesas y los aportes económicos de los emigrados, en lugar de generar políticas públicas eficaces dentro del país.
“¿Dónde quedó la promesa del verano?”
En el contexto inmediato, Simón se refiere a los apagones que afectan a los cubanos durante el verano de 2025. “Hoy, 29 de julio, seguimos apagados. Ayer salió ENERGAS y hoy la UNE anuncia la salida de la Central Guiteras por otras 96 horas. La semana pasada salió por 72. Sale pero entra. Casi siempre son entradas oportunas que sofocan y alivian tensiones y nos preparan para una nueva salida”.
Frente a estas interrupciones energéticas, el escritor se pregunta: “¿Dónde quedó la promesa del verano? ¿De cuál verano hablaban? ‘A lo mejor para el año que viene…’ y si no para el otro, o para el otro. Así es la esperanza del pobre. Una promesa de prosperidad que no llega como el premio de la lotería. Pero seguimos jugando. Seguimos apostando lo único que tenemos. Nuestra única moneda: el tiempo”.
Simón también cuestionó con firmeza la falta de austeridad del Gobierno al señalar el contraste entre el discurso de sacrificio que se exige al pueblo y la falta de ajuste en las estructuras del poder: “Oigo una y otra vez hablar de la compleja situación que atravesamos pero no veo a la administración y a la ideología ajustarse a la medida en que se ha tenido que ajustar el pueblo”.
Además, afirmó que la ciudadanía agradecería recortes en “actos, celebraciones, viajes, campañas, horarios laborales, actividades que no son imprescindibles, empresas en quiebra que seguimos cargando entre todos”.
Sobre la pandemia, sostuvo que no dejó lecciones institucionales: “La pandemia debió ser una enseñanza pero no lo fue. Debió ser un ejercicio para aprender a obrar en nuevas y adversas condiciones. Con nuevas y modernas maneras. Pero no lo fue”.
Según Simón, tras la emergencia sanitaria el país regresó a “los viejos mecanismos de propaganda y movilización como si no nos faltara el combustible, la energía, el transporte. Como si los costos no se hubieran multiplicado por 100”.
También criticó el uso de los recursos públicos: “Dejamos de subvencionar unas cosas (casi todas de índole material) pero se siguen subvencionando otras (casi todas de carácter político y simbólico)”.
En la parte final de su mensaje, el escritor llamó a la responsabilidad ética y a la sintonía entre quienes gobiernan y el pueblo. “No olvidemos jamás que somos servidores públicos y estamos para cumplir lo que dicta el soberano”.
Pidió a los funcionarios que adopten la misma austeridad que se exige a los ciudadanos: “Hace falta valor para apretarse el cinto y marchar junto al pueblo con la misma austeridad y creatividad que se le exige. Tienen dedo. Ya pueden levantarlo”.
Nelson Simón, nacido en Consolación del Sur, en 1965, es una figura destacada de la literatura cubana contemporánea. Poeta, narrador y dramaturgo, ha sido editor de la revista Cauce y guionista de programas en Radio Guamá. Es miembro del Consejo Editorial del Centro Hermanos Loynaz, la UNEAC y la Asociación Hermanos Saíz. Su obra ha sido traducida al inglés, francés e italiano.
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