
El 26 de julio de 1953, ¿qué buscaba Fidel Castro en Santiago de Cuba?
- Cuba
- julio 26, 2025
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El asalto al santiaguero cuartel Moncada, una acción realizada con nocturnidad y alevosía, cumple 72 años un día como hoy.
PUERTO PADRE, Cuba – Polémica, ampulosa por momentos, proteccionista quizás, así y todo la Constitución de 1940, influenciada por la letra y el espíritu de la mambisa Constitución de Guáimaro de 1869 y sin excluir lecturas de las constituciones de Estados Unidos, México y la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de la Asamblea Nacional Francesa de 1789, fue, sin lugar a dudas, nuestra ley primera más estimada, justipreciada como uno de los textos constitucionales más progresista de Las Américas para su tiempo.
Vigente en Cuba hasta el golpe de Estado dirigido por Fulgencio Batista en la madrugada del 10 de marzo de 1952, quien sustituyó la Constitución de 1940 por los “Estatutos Constitucionales” del 4 de abril de 1952, también llamados “Estatutos del Viernes de Dolores”, la Carta Magna que todavía no había cumplido ocho años de promulgada, no recuperaría su plena vigencia nunca más, primero conculcada por Batista y luego por Fidel Castro, quien la sustituyó por la nombrada “Ley Fundamental”, del 7 de febrero de 1959, que estuviera vigente hasta el 24 de febrero de 1976, cuando fue promulgada una constitución-copia de los textos constitucionales estalinistas impuestos por Moscú en los países satélites del Kremlin en Europa Oriental al concluir la II Guerra Mundial, mientras que en Cuba, la Convención Constituyente había concluido sus trabajos legislativos el 8 de junio de 1940, firmando el texto definitivo en la ciudad de Guáimaro, _cuna de la constitucionalidad cubana_ el 1º de julio, para finalmente, promulgarse en La Habana, en el Capitolio Nacional y ante el pueblo soberano el 5 de julio de aquel mismo año.
Ahora cabe preguntar: El 26 de julio de 1953, con el asalto al cuartel Moncada, ¿qué buscaba Fidel Castro en Santiago de Cuba?
Asumiendo su propia defensa como letrado, acusado por el asalto al cuartel Moncada en la madrugada del domingo 26 de julio de 1953, en alusión a las leyes revolucionarias que serían proclamadas según él, “inmediatamente” después de tomar la segunda fortaleza militar del país con jurisdicción en Santiago de Cuba, el viernes 16 de octubre de 1953, Fidel Castro Ruz dijo: “La primera ley revolucionaria devolvía al pueblo la soberanía y proclamaba la Constitución de 1940 como la verdadera ley suprema del Estado, en tanto el pueblo decidiese modificarla o cambiarla.”
Pero, yendo contra la doctrina de los actos propios, (usted no puede ir contra sus propios actos) y pasando sobre la excepción dicha por él de “legislar”, “provisionalmente”, a sólo 37 días de haber tomado el poder el 1ro de enero de 1959, Fidel Castro, con potestades constituyentes parecidas a las de Fulgencio Batista, esto es, de facto, hizo que el Consejo de Ministros sustituyera la Constitución de 1940 por la Ley Fundamental de 7 de febrero de 1959. Pero, retrotrayéndonos al juicio por el asalto al cuartel Moncada, dejemos que sea el abogado Castro Ruz quien en su alegato ante aquel foro nos esclarezca la legitimidad del Consejo de Ministros que produjo la Ley Fundamental vigente en Cuba 17 años, hasta el 24 de febrero de 1976, y, por supuesto, que también nos muestre la legitimidad del Poder Constituyente que produjo la Constitución de 1976, la de 2019, y… sí, ¡que nos diga la constitucionalidad de la llamada “Asamblea Nacional del Poder Popular”, al reformar la vigente Constitución a propuesta de su hermano Raúl Castro, en un asunto nimio de forma (la edad del “presidente”) pero sustancial de fondo, como lo es en sí misma una reforma constitucional, entiéndase, un doblez a la soberanía, digo, cuando la soberanía reside en la nación y no en un mero montón de gente haciendo como si fueran patria.
Pues… defendiéndose por el asalto al cuartel Moncada, ocurrido el 26 de julio de 1953, hace 72 años un día como hoy, y que fuera perpetrado con nocturnidad y alevosía, vistiendo los mismos uniformes del adversario y empleando armas prohibidas como son las escopetas recortadas, que, en unos 15 minutos, mataron a 19 militares e hirieron a 25, produciendo a los atacados unas tres bajas por minuto, lo que hace visible la letalidad de los asaltantes, pues, procurando defender ese hecho, Fidel Castro Ruz dijo a los jueces del Tribunal de Urgencia para la Causa 37:
“Es un principio elemental de derecho público que no existe la constitucionalidad allí donde el Poder Constituyente y el Poder Legislativo residen en el mismo organismo. Si el Consejo de Ministros hace las leyes, los decretos, los reglamentos y al mismo tiempo tiene la facultad de modificar la Constitución en diez minutos, ¡maldita la falta que nos hace un Tribunal de Garantías Constitucionales! Su fallo es, pues, irracional, inconcebible, contrario a la lógica y a las leyes de la República, que vosotros, señores magistrados, jurasteis defender.”
Bien. Esas palabras dichas por Fidel Castro en Santiago de Cuba en octubre de 1953, pronto cumplirán 72 años, retratan el régimen totalitario castrocomunista que él mismo ideó, planificó y construyó y puso en marcha en 1959, heredado por su hermano Raúl Castro, y que a su muerte, heredará Miguel Díaz-Canel y el generalato que lo sostiene y son dueños del poder económico y político, al ser ellos, y sólo ellos y al mismo tiempo, “el Consejo de Ministros”, “el Poder Constituyente y el Poder Legislativo”, hacedores de leyes, decretos, reglamentos y modificadores de “la Constitución en diez minutos”.
Fidel Castro buscó el poder totalitario, vitalicio, y no sólo lo consiguió para sí, sino que lo traspasó en heredad a su hermano Raúl Castro, quien a sus 94 años, está traspasando ese poder omnímodo a sus incondicionales como si fuera la administración de la valla de gallos que un día tuvo en su juventud. Pobre Cuba. ¡Pobrísimos los cubanos!
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