Activista granmense Alexander Guzmán Silva denuncia golpiza en prisión Las Mangas

LA HABANA, Cuba. – El opositor y activista granmense Alexander Guzmán Silva recibió una fuerte golpiza por parte de uniformados de la prisión provincial Las Mangas, según él mismo denunció vía telefónica este jueves.

Guzmán Silva se encuentra prisionero desde el 23 de mayo de este año. Fue arrestado por el delegado del Ministerio del Interior (MININT) como represalia por participar en una protesta pacífica que tuvo lugar ese día en la ciudad de Bayamo, donde reside. 

El activista apuntó que la protesta partió desde el reparto La Unión con rumbo hacia la rotonda ubicada en la calle 26 de Julio, entre Vicente Quesada y José Antonio Echeverría. A lo largo del trayecto y al llegar al lugar se les fueron sumando más personas. De igual modo señaló que los manifestantes reclamaban acceso a alimentos y servicios básicos como la electricidad, amén de cambios políticos. 

Guzmán Silva continuó relatando cómo pocos minutos después aparecieron funcionarios del Gobierno municipal acompañados por agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Entre ellos se encontraba el delegado del MININT de la ciudad de Bayamo, quien se le abalanzó y lo agarró por un brazo. Inmediatamente unos policías lo esposaron y lo montaron en un carro patrulla.

Inicialmente lo mantuvieron cautivo en el Centro de Instrucción Penal ubicado en la salida a Las Tunas, en la Carretera Central. Allí lo dejaron detenido por 28 días y posteriormente lo trasladaron hacia el centro penitenciario de máximo rigor. Según acotó, lo acusan del delito de “desórdenes públicos”.  

El activista, de 25 años de edad, es actualmente director de Impacto Juvenil Republicano, rama del Partido Republicano de la provincia Granma. Al momento de ser encarcelado se ganaba la vida como cuentapropista vendedor ambulante de pan y confituras. 

En relación al motivo de la reciente golpiza, Guzmán Silva apuntó que en el penal lo habían autorizado a que sus familiares lo visitaran para llevarle artículos de aseo. Sin embargo, cuando estos ya se encontraban en el lugar la teniente que tiene a su cargo permitir el acceso de los familiares al área de visitas les ordenó que abandonaran la instalación carcelaria y no pudieron encontrarse con el activista. 

Entretanto, Guzmán Silva le había pedido a un guardia que lo llevara con su familia, pero al llegar al local la oficial le hizo saber que ella misma los había hecho salir del centro. Al manifestar su descontento, indicó el prisionero político, la militar comenzó a gritarle epítetos homofóbicos y otras ofensas. 

Pocos minutos después, continuó el joven activista, la militar subió con dos o tres oficiales a la celda, lo esposaron y ella comenzó a golpearlo. Uno de los militares que la acompañaban le dio también un puñetazo por la cara y lo pegó contra la pared y la teniente siguió golpeándolo fuertemente por la cara y el pecho con los puños, según contó. 

La represora llevaba las manos “llenas de anillos”, con lo cual potenciaba el efecto de los golpes. Como resultado de la agresión le quedaron algunos cortes y hematomas en el rostro y el torso, y principalmente fuertes dolores en el pecho, aseguró el joven. 

Los represores lo amenazaron además con acusarlo y “dejarlo podrir” en prisión si se atrevía a denunciarlos a través de sus familiares o por algún otro medio.