
«Los regímenes de Cuba y Venezuela fueron diseñados para enriquecerse a costa del pueblo»
- Cuba
- julio 21, 2025
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La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE.UU. se pronunció este lunes sobre los regímenes de Cuba y Venezuela.
MIAMI, Estados Unidos. – Los gobiernos de Cuba y Venezuela “no son víctimas, sino arquitectos de su propia ruina económica”, advirtió este lunes la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, en una publicación difundida en su cuenta oficial en X.
“El mundo no es responsable de su incompetencia ni de sus fracasos”, señaló la entidad estadounidense, que calificó a los regímenes de La Habana y Caracas como “no electos” y “dictatoriales”. Según el mensaje, “estos regímenes funcionan gracias a la corrupción, el robo y el caos económico”, y “hace mucho tiempo que deberían rendir cuentas”.
La publicación incluyó un artículo de ShareAmerica, un sitio oficial del Gobierno de EE.UU., que expone cómo los gobiernos de Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro “anteponen los privilegios de sus élites a las necesidades básicas de la población”, y responsabiliza directamente a ambos por la grave crisis que enfrentan sus países. “Estas no son fallas aisladas, sino síntomas de un diseño más amplio”, asegura el texto. “Las crisis económicas en Cuba y Venezuela no fueron importadas. Son de fabricación nacional”.
Cuba: turismo de lujo en medio de la escasez
Según el artículo, mientras “los turistas beben cócteles en complejos turísticos estatales cubanos”, los niños cubanos “carecen de leche”. La situación es resultado de una estructura económica deliberadamente construida para beneficiar a las altas esferas del poder, también indica el texto.
Cuba, otrora reconocida por su sistema de salud y sus exportaciones de azúcar, “ahora importa azúcar, enfrenta apagones rutinarios y sufre escasez de atención médica”, señala el texto. A pesar de este panorama, en 2024 el régimen cubano destinó más del 37% de su inversión total al sector del turismo y la hotelería, “más de 11 veces lo que gastó en salud y educación combinadas”, según datos revisados por la agencia española EFE y citados en el artículo de ShareAmerica.
Los hoteles, sin embargo, permanecen “en gran medida vacíos”, con tasas de ocupación que rondan el 30%. Aun así, “la construcción de nuevos complejos continúa”, añade el informe, que cuestiona quién se beneficia de esta inversión. La respuesta: conglomerados militares como GAESA, FINCIMEX y CIMEX, que “dominan los sectores del turismo, las remesas y el comercio minorista de la isla” y que “sirven a la élite del régimen, no al público”.
Mientras tanto, “los cubanos luchan con escasez de combustible, alimentos y electricidad, mientras los recursos se canalizan hacia los resorts de playa y proyectos de vanidad vinculados al régimen que podrán privatizarse para sus administradores cuando el régimen colapse, como ocurrió en la Unión Soviética”.
Venezuela: gasto público para la represión
En Venezuela, el patrón es similar. “Una bandera diferente ondea sobre el mismo modelo roto”, apunta el artículo, que también asegura que este modelo “se sostiene gracias a los servicios de inteligencia cubanos que vigilan e intimidan a las fuerzas armadas venezolanas”.
Según Bloomberg News, citado en el artículo, el régimen de Maduro gastó más de 2.000 millones de dólares en solo unos meses de 2024 —el mayor ritmo de gasto del año—, justo cuando se celebraban elecciones presidenciales. A pesar de haber recaudado 1.700 millones de dólares en impuestos ese mismo mes, “el salario mínimo seguía por debajo de los dos dólares mensuales”, cantidad “menor al costo de un kilo de queso”.
En 2023, el régimen anunció una duplicación de su presupuesto nacional para 2024, elevándolo a más de 20.500 millones de dólares “supuestamente para impulsar el crecimiento económico”. Sin embargo, de acuerdo con el medio teleSUR, apenas 180 millones —menos del 1%— se destinaron al sector de la salud.
En contraste, “la inteligencia militar recibió cerca de 1.000 millones para tecnología de contrainteligencia destinada a la represión interna (incluidos oficiales del Ejército)”, mientras que solo se asignaron 18 millones de dólares para alimentar a más de cinco millones de escolares. “Eso equivale a 3,49 dólares por estudiante al año”, denuncia el artículo.
La infraestructura del país refleja esas prioridades distorsionadas. Un acuerdo ferroviario de 7.00 millones de dólares firmado con China en 2009 “no dejó más que obras abandonadas”, pero la deuda sigue pagándose con petróleo a precio rebajado. Los apagones son frecuentes: según el portal El Impulso, en 2024 una interrupción afectó a 16 estados y otra, pocos días después, dejó a 20 estados sin electricidad durante más de 12 horas. “Años de negligencia, robo y corrupción del régimen tienen la culpa”.
Un modelo económico al servicio de la élite
La publicación concluye que los problemas de Cuba y Venezuela no se deben a errores de política económica sino a “sistemas diseñados para preservar el poder autoritario”.
“En Cuba, las empresas dirigidas por militares dominan la economía, y las inversiones se hacen no en función de las necesidades, sino de las ganancias para los funcionarios del régimen”. En Venezuela, “el enorme gasto público sostiene elecciones robadas y propaganda, mientras los hospitales y escuelas se deterioran”.
Ambos países acumulan deudas masivas que se pagan con recursos estratégicos, como el petróleo, lo que “roba a las generaciones futuras su prosperidad”.
“La población cubana y venezolana es ingeniosa y resiliente”, sostiene el texto, “pero ningún grado de creatividad puede superar sistemas que priorizan la propaganda, el poder y el beneficio personal de líderes corruptos sobre el bienestar público”.
Frente a este escenario, el artículo exhorta a la comunidad internacional a “seguir exponiendo la falta de libertad, corrupción, amiguismo y mala gestión económica de estos regímenes” y a “amplificar las voces de los cubanos y venezolanos que exigen acceso a salud, electricidad, combustible, productos de higiene básica, medicinas y alimentos”.
También se reclama apoyo para que estas poblaciones puedan “relacionarse económicamente con el mundo exterior, libres de los controles represivos de sus gobiernos”.
“La verdadera transformación comienza con transparencia, rendición de cuentas y un modelo económico que ponga a los ciudadanos —no a los funcionarios del régimen— en el centro”, concluye el texto de ShareAmerica, que cierra con una afirmación categórica: “Las crisis económicas en Cuba y Venezuela no fueron importadas. Fueron construidas, ladrillo a ladrillo, por regímenes que siguen eligiendo el control absoluto y el enriquecimiento personal por encima de la libertad”.
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