
El descalabro de las exportaciones cubanas
- Cuba
- julio 18, 2025
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Las exportaciones cerraron mal en 2024, y abrieron peor este 2025.
LA HABANA, Cuba. – Hace seis meses, durante las sesiones de las Comisiones Permanentes de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Oscar Pérez Oliva-Fraga, afirmó que la tendencia de las exportaciones cubanas en los últimos cinco años había sido al decrecimiento, y terminó aseverando: “No podemos exportar lo que no producimos”.
Ahora, seis meses después de esas palabras, la situación de las exportaciones no experimenta mejoría. El ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, acaba de declarar en la Comisión de Asuntos Económicos de la ANPP que los ingresos en divisas por exportaciones se cumplen al 91%, cifra inferior en un 7% a lo alcanzado al cierre del primer semestre de 2024.
Entre los renglones de mayor decrecimiento estuvieron las exportaciones de níquel y otros productos de la minería, la miel, el carbón, el camarón de cultivo, así como los productos biofarmacéuticos.
Al referirse al mismo tema, el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez expresó: “Debemos aumentar la producción nacional y lograr que nuestros productos sean competitivos, de lo contrario, no nos podremos insertar en otros mercados”.
¡Al fin el heredero de los Castro emite un razonamiento económico, alejado de sus acostumbradas actitudes voluntaristas! Por supuesto que únicamente con productos competitivos un país puede insertarse en los mercados internacionales. Pero no solo eso, sino que, de no poseer un producto líder, y de calidad, que interese a sus socios comerciales, le será muy difícil abrirse paso en mecanismos de integración como la Unión Económica Euroasiática o los BRICS.
En ese sentido la situación de Cuba se torna sombría. Porque la Isla no cuenta en estos momentos ―para el disgusto de Díaz-Canel― con productos competitivos que puedan insertarse en los mercados internacionales. Y para colmo, el sector del turismo no está en condiciones de proporcionar los ingresos que se dejan de obtener por la baja en las exportaciones de bienes y productos. Hace mucho tiempo que no se llega al arribo previsto de turistas, e incluso varias líneas aéreas han cancelado sus vuelos a Cuba por déficit en la demanda.
Cuando observamos esta debacle en las exportaciones cubanas, resulta inevitable confrontar este estado de cosas con lo que ocurría en los años 50 de la pasada centuria. Entonces un solo producto, el azúcar, era capaz de proporcionar todos los ingresos que necesitaba el país, al contar con mercados seguros dada su competitividad a nivel internacional.
Por ejemplo, según cifras aportadas por el historiador Oscar Zanetti Lecuona en su libro Esplendor y decadencia del azúcar en las Antillas hispanas, en 1950 Cuba produjo 5 millones 620.000 toneladas de azúcar y logró exportar el 91% de esa cantidad. Y en 1958, con una producción de 5 millones 862.000 toneladas, la cantidad exportada ascendió al 95% de lo producido.
Hoy, en cambio, después de la destrucción del sector azucarero por el régimen castrista, la producción apenas llega al medio millón de toneladas, y casi no alcanza para distribuir el producto por la libreta de racionamiento.
Mientras las exportaciones cubanas no logren despegar, es muy probable que la participación de la Isla en la Unión Económica Euroasiática y en los BRICS sea más simbólica que efectiva. Tal vez escojan a Cuba como una especie de trampolín o estandarte de solidaridad que apoye la geopolítica expansionista de ambos bloques de integración.
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