
«Disfrazada de ‘ministra’, facha»: Amplio rechazo a declaraciones de funcionaria cubana
- Cuba
- julio 14, 2025
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Una internauta cubana asegura que «más indignante» es ver a los diputados cubanos callar ante «tamaña falacia».
MIAMI, Estados Unidos. – Las recientes declaraciones de la ministra de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, Marta Elena Feitó Cabrera, quien negó este lunes ante el Parlamento que en la Isla existieran mendigos, han desatado una ola de indignación y rechazo entre internautas y profesionales cubanos.
Según la funcionaria, las “personas con conducta deambulante” ―eufemismo empleado por los voceros del régimen para aludir al fenómeno de la mendicidad― no están en situación de indigencia, sino que “han buscado un modo de vida fácil”, están “disfrazados”, ejercen “actividades económicas ilegales” y evitan el fisco.
Las reacciones no se hicieron esperar. En Twitter, el economista cubano Pedro Monreal dijo que “la ‘ministra’ de los salarios y pensiones de miseria” había hecho “el discurso más insolentemente reaccionario de ‘la continuidad’”.
“Dice que en Cuba no hay mendigos, sino personas disfrazadas de mendigos. Debe ser que también hay gente disfrazada de ‘ministra’”, apuntó el experto, con tono sarcástico. “Parece que a la ‘ministra’ no le importan los pobres, sino que se vean. Los tilda de borrachos, simuladores e ilegales. Señora, el combate es contra la pobreza, no contra los pobres. Detenga esos desvaríos y proponga salarios y pensiones decentes”, concluyó Monreal.
La socióloga cubana Hilda Landrove apuntó en Facebook que las declaraciones de Feitó se encontraban en algún punto “entre la enajenación y la desvergüenza”. “¿En qué se diferencia esta retórica enajenada y criminalizadora, acompañada de un programa sistemático de abandono de la población más pobre y más desfavorecida, de su contraparte neoliberal de la derecha?”, se preguntó la experta.
Landrove concluyó que “la concentración extrema de la riqueza en una élite que ocupa el Estado y el aumento de la desigualdad extrema es el resultado lógico de un modelo que no socializa la propiedad ni los bienes, sino que los pone en manos del Estado”.
También en Facebook, la psicóloga Zuzanne Felipe calificó el discurso como “profundamente indignante” y denunció su “falta absoluta de sensibilidad hacia los sectores más vulnerables de la población”. “Calificar a las personas en situación de calle como ‘disfrazados de mendigos’ o insinuar que quienes sobreviven hurgando en la basura lo hacen por comodidad es, sencillamente, inaceptable”, escribió la joven.
Rubén Padrón Garriga, comunicador y activista, también criticó duramente la intervención de Feitó: “Tal vez por tener su ventanilla subida todo el tiempo —en el carro que se paga con dinero público— es que se atreve a decir semejante barbaridad”. Y añadió: “Sí, ministra, usted pidió que llamáramos las cosas por su nombre, y yo la voy a llamar a usted por el nombre que lleva: FACHA”.
Para Padrón Garriga, la funcionaria no solo minimizó la gravedad de la pobreza, sino que adoptó una visión de extrema derecha: “Ese discurso tiene como génesis el pensamiento de que ‘el pobre es pobre porque quiere’, y lo que hay que hacer es esconderlo o combatirlo a costa del pobre”.
La microbióloga Belsy Acosta calificó como “indignante” que ninguna voz dentro del Parlamento reaccionara ante “tamaña falacia”. “Qué asco, por Dios”, escribió.
Desde el oficialismo también surgieron críticas veladas. La periodista estatal Ana Teresa Badía expresó: “Cuando un servidor público habla con desapego al contexto, debe revisar su misión y sus esencias”. La comunicadora Rosy Amaro Pérez fue más directa: “Salir de la oficina, caminar Rampa arriba y en La Habana Vieja… sin carro, ni aire acondicionado que lo aísle del entorno, y veremos si se llena de empatía. ¡Horrible!”.
Los comentarios públicos han coincidido en señalar el abismo entre el discurso gubernamental y la realidad diaria. “¿Cómo se espera que un jubilado viva con 1.500 pesos al mes?”, cuestionó la psicóloga Felipe, que también recordó que muchos de los señalados por Feitó no tienen otra opción para sobrevivir.
Las palabras de la ministra también generaron inquietud al deslegitimar los actos de solidaridad. Feitó afirmó que ofrecer dinero a personas en situación de calle “está deformando” y llamó a “combatir” esas conductas. “No hacemos nada con bajar la ventanilla y dar dinero”, dijo.
Su discurso, sin embargo, fue coherente con el enfoque adoptado por otras autoridades cubanas en meses recientes. En abril pasado, la gobernadora de Matanzas, Marieta Poey Zamora, instruyó a “localizar, controlar y trasladar” a las personas con “conducta deambulante” a centros especiales. En su directiva, Poey evitó referirse a causas estructurales como el desempleo, la precariedad habitacional o la crisis de salud mental, y optó por asociar la indigencia a delitos y desórdenes públicos.
En junio de 2024, ya Feitó había insistido en que la “conducta deambulante” era un “trastorno del comportamiento humano multicausal”, caracterizado por la “carencia de autocuidado” y la “inestabilidad del lugar de permanencia”.
Para muchos, las declaraciones de este lunes no solo minimizan la pobreza, sino que legitiman políticas de control social que priorizan la “limpieza” de las calles por encima del bienestar de las personas. “Caminar por las calles de cualquier ciudad cubana basta para ver lo que desde el estrado se niega”, afirmó la psicóloga Felipe. “Estas palabras no solo hieren, son peligrosas, porque invisibilizan una crisis que no deja de agravarse”.
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