
Gustavo Petro y Francia Márquez no se pueden ni ver: ¿Qué pasó?
- Colombia
- julio 14, 2025
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Lo que empezó como una alianza con aire esperanzador terminó con desautorizaciones en vivo y críticas constantes entre las dos cabezas del Ejecutivo. ¿Afecta al petrismo en las elecciones?
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Hace varias semanas, incluso, Francia Márquez no asiste al Consejo de Ministros televisado. FOTO Presidencia
Lo que en un principio fue una alianza “esperanzadora” entre Francia Márquez y Gustavo Petro, dos figuras clave de la izquierda, ahora terminó en un distanciamiento que incluye desautorizaciones y discusiones públicas. Su relación, marcada en un principio por la colaboración y el activismo conjunto, ha evolucionado hacia un desencuentro público que pone en evidencia las complejidades internas de un proyecto político en construcción.
Estos son algunos detalles de la historia de pelea entre las dos cabezas del Ejecutivo.
La promesa
Francia Márquez, activista ambiental y defensora de los derechos afrocolombianos, y Gustavo Petro, líder progresista, se encontraron en la escena política con una visión compartida: decían querer transformar a Colombia desde la justicia social y ambiental. Su alianza se consolidó durante la campaña presidencial de 2022, cuando Márquez fue elegida como fórmula vicepresidencial de Petro. Para ese entonces, Márquez era la revelación: hasta unos meses antes de los comicios, la abogada era prácticamente desconocida. Sin embargo, en las primarias sorprendió al obtener más de 700.000 votos.
Su combinación representaba un símbolo potente: la unión de sectores tradicionalmente marginados y la esperanza de un cambio profundo. De hecho, en el discurso del domingo 19, justo después de la segunda vuelta de elecciones, cuando ambos conocieron los resultados que los daban como ganadores, el presidente aseguró: “La paz es que alguien como yo pueda ser presidente y que alguien como Francia pueda ser vicepresidenta”.
Aún así, según fuentes del Gobierno, a Petro nunca le convenció del todo que ella fuera su vicepresidenta, pero electoralmente dio los réditos que buscaban.
En contexto: “No soy una mujer de guardar silencio”: Francia Márquez sobre diferencias con Petro
Los primeros pasos al costado
Durante el primer año de Gobierno, Márquez y Petro trabajaron juntos en iniciativas emblemáticas, como la protección del medio ambiente y la inclusión social. Sin embargo, ya empezaban a surgir diferencias en estilo y prioridades.
Los problemas comenzaron a visibilizarse cuando Francia Márquez criticó públicamente la lentitud y, en algunos casos, la falta de resultados concretos en políticas ambientales y sociales. El 20 de noviembre de 2023, poco más de un año después del inicio del Gobierno, la vicepresidenta se refirió a la implementación del capítulo étnico del proceso de paz durante un evento del Ministerio del Interior.
“La voluntad política importa y el papel que he tenido que hacer para que cada uno tenga voluntad política y cumpla dentro de sus misiones la implementación de ese acuerdo, ha sido bastante fuerte, bastante desgastante”, aseguró, haciendo énfasis en que, a pesar de que su figura era clave en el proyecto político, iba a ser “el patito feo” en términos de veeduría.
Además de ser una voz crítica dentro del proyecto, para el primer año de Gobierno la vicepresidenta Márquez reclamó mayor autonomía para su gestión y cuestionó decisiones del círculo cercano de Petro, lo que fue interpretado como una falta de unidad en el oficialismo. El principal reclamo de Francia en ese sentido era obtener la facultad de ejecutar su mayor promesa de campaña: el Ministerio de la Igualdad.
Desde el inicio, aquella cartera estuvo marcada con traspiés. El 4 de enero de 2023, estaba previsto que el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez viajaran a Istmina, Chocó, para sancionar la ley que haría de aquella promesa una realidad. Sin embargo, el presidente llegó cinco horas tarde, dejando a Márquez sola en tarima.
Mientras esperaban al mandatario, la abogada hacía énfasis en que, llegara o no, el Ministerio sería una realidad: “Estamos como Gobierno. Acá está su vicepresidenta poniéndole la cara al Pacífico, diciendo una promesa de campaña que era crear una nueva institucionalidad que se preocupara por los de abajo, por los nadies (sic)”. Al final, el presidente llegó y dio un discurso de más de quince minutos, hablando de la importancia de mirar hacia las minorías y los olvidados.
A pesar de los bombos y celebraciones, para ese momento el Ministerio ni siquiera tenía un presupuesto definido. Según Márquez, días antes, en las fiestas de diciembre, se reunió con el entonces ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, para definir aquel punto. Aquello fue el primer paso en falso para que la mayor gestión de la vicepresidenta (que también buscaba darle más protagonismo en la gobernanza) fuera objeto de críticas. Más tarde, en 2023, a esa cartera le asignaron un presupuesto de 1,8 billones de pesos y un cupo para 744 cargos burocráticos.
Pero para noviembre del año pasado solo había ejecutado 40.000 millones de pesos: la mayoría del dinero se destinó a pagar sueldos y prestaciones sociales de los funcionarios. Tuvo una ejecución del 2,4%.
Además, hace un año, la Corte Constitucional declaró inexequible la ley que creó el Ministerio de Igualdad y Equidad y le dio hasta 2026 para subsanar los vicios legales.
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Enfrentamientos públicos
El Ministerio de la Igualdad era una promesa que condensaba los ideales del proyecto político, sin embargo, para el 4 de febrero de 2025, durante el primer Consejo de Ministros que fue televisado, la crisis del ministerio ya estaba instaurada. Allí, sentada frente al presidente, Francia Márquez se refirió a su papel dentro del Gobierno: “La gente dice que estoy relegada… y sí, tienen razón. Yo pensé que llegaba aquí a ser su aliada”.
En su intervención, la vicepresidenta habló sobre la crítica situación de seguridad en el Cauca, donde la violencia por cuenta del conflicto armado escaló a pesar de la paz total. “Ayer mis tías estaban en medio del conflicto armado debajo una cama llamándome diciéndome ‘¿Francia, que hacemos?, nos van a matar aquí’. Eso me duele, presidente y lo digo de cara el país”, dijo Márquez en vivo.
Allí mismo, la abogada se pronunció en contra del nombramiento de Benedetti como nuevo ministro del Interior, asegurando que esperaba que su llegada al Gobierno no fuera por cuenta de presiones y chantajes. Además, la funcionaria fue crítica con el ministro debido a las polémicas por violencias basadas en género que lo rodean. Aquello configuró la segunda vez que Márquez fue crítica con una figura que Petro introducía al Gobierno por ese tema: la primera vez fue en 2024, cuando criticó que sonara Daniel Mendoza Leal para una embajada, asegurando que no toleraría la misoginia.
Semanas después del consejo de ministros, el presidente pidió la renuncia de Francia Márquez al Ministerio de la Igualdad, apartándola de su mayor promesa de campaña. En ese momento, EL COLOMBIANO reveló que la vicepresidenta había pedido más tiempo frente a la cartera, para demostrar lo que podía lograr. Su pedido no fue escuchado. En su lugar nombraron al antropólogo Carlos Rosero, líder afro, quien incluso como líder del Proceso de Comunidades Negras (PCN) no la apoyó en su candidatura. Esto se hizo en medio de varias peticiones de Márquez por continuar al frente del ministerio y demostrar resultados.
Meses después, en medio de un evento para conmemorar los 174 años de la abolición legal de la esclavitud en Colombia, la vicepresidenta aseguró que las acciones que ha podido ejecutar desde su cargo ha sido gracias a la cooperación internacional, no al apoyo de su propio Gobierno. Además, agregó su opinión frente a lo sucedido en MinIgualdad: “No me han dejado gobernar. Cuando pensaba llevar la inversión a los territorios, el presidente tomó una decisión y es separarme de ese ministerio y poner a otra persona”.
En sus declaraciones, también aseguró que el Estado y el Gobierno tenían falencias con lo social a pesar de ser de izquierda: “No ha sido fácil mi tarea como vicepresidenta, no ha sido una tarea fácil gobernar un país que tiene un estado racial, con un Gobierno que también practica el racismo y el patriarcado”, expresó. En respuesta, Petro aseguró: “hay que ejecutar de verdad”.
La estocada final
“Entonces, la vicepresidenta, Francia Márquez, sembró un mensaje de división que luego se sabría el por qué”, dijeron en un programa prime en RTVC, el aparato mediático del Gobierno. La premisa del mismo fue promocionada por el presidente: “No se pierda a las 8:30 p.m. Señal Colombia, la cara oscura del golpe de Estado”.
La referencia a Márquez en medio de una acusación tan grave como la de una vicepresidenta buscando derrocar a su compañero del Ejecutivo llegaron hace menos de un mes, cuando el diario El País reveló audios en los que, al parecer, el excanciller Álvaro Leyva Durán, habría buscado en Francia Márquez un apoyo para sacar a Petro de la Casa de Nariño, lo que fue negado por la vicepresidenta.
Leyva, en entrevista con Semana, negó que la vicepresidenta estuviera involucrada en algo así; pero el petrismo “pura sangre” sigue insistiendo en su complicidad con aquel supuesto golpe. En este punto, Márquez no ha estado presente en los discursos de Petro en plazas públicas, ni en las marchas o los consejos de ministros. Parece no quedar nada en común entre ambos e incluso, según fuentes cercanas a la vicepresidenta, ella está pensando en armar “rancho aparte” en las elecciones de 2026 alejada del Pacto Histórico.
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