«No hay combustible»: Con ese pretexto niegan la asistencia médica a un preso del 11J

LA HABANA, Cuba. – El manifestante del 11J Alexis Borges Wilson fue confinado en celda de castigo como represalia por reclamar asistencia médica, según él mismo denunció vía telefónica este lunes desde el centro penitenciario de máximo rigor Combinado del Este. 

Borges Wilson sufre de inflamación en la próstata, lo cual le produce molestias y dificultad para orinar. Según denunció en febrero pasado, en junio de 2024 fue llevado por última vez a la consulta especializada de Urología del Hospital Clínico Quirúrgico “Miguel Enríquez” (conocido como La Benéfica), y desde entonces no ha vuelto a recibir atención médica para su padecimiento.  

De acuerdo con el manifestante, debió haber sido conducido a dicha consulta al menos una vez en el mes de diciembre, otra en marzo o abril y otra en mayo o junio, lo cual no ocurrió. Según destacó, el actual director de la prisión le ha negado repetidamente la atención médica. En lugar de eso, señaló, la respuesta de las autoridades del penal ante su reiterado reclamo fue mantenerlo en régimen de aislamiento “en una celda oscura, sin luz ni agua” durante dos semanas, desde el 20 de junio hasta el viernes 4 de julio. 

Borges Wilson hizo énfasis también en que ni siquiera le han suministrado alternativas de la medicina verde indicadas por el facultativo, como el cocimiento de caisimón. Por otra parte, subrayó, en el mes de enero un especialista visitó la prisión, pero su presencia, al decir del manifestante, fue “por gusto” porque no lo valoró. En aquella ocasión, el galeno le “consiguió” unas 40 pastillas del antiinflamatorio Tamsulosina, que ya se le acabaron. 

Según reiteró el manifestante del 11J, el argumento más comúnmente empleado por los uniformados para negarle el traslado al centro de salud es que “no hay combustible”. 

Alexis Borges Wilson, de 59 años de edad, es residente del reparto Santa Amalia, en el municipio de Arroyo Naranjo. Como represalia por haber participado en las protestas del 11 de julio de 2021 fue arrestado violentamente en la madrugada del día siguiente, para lo cual, según denunció con anterioridad, agentes de los órganos represivos rompieron su puerta y allanaron su vivienda de manera ilegal. 

Tras arrestarlo lo mantuvieron prisionero durante más de un mes en la División de Investigación Criminal y Operaciones de 100 y Aldabó, donde recibió amenazas y una serie de otras represalias. Fue acusado de los falsos delitos de desórdenes públicos y propagación de epidemias, los cuales posteriormente fueron sustituidos por el de sedición con una petición fiscal de 20 años de privación de libertad. Finalmente recibió una condena de 17 años de cárcel. 

Al momento de su arresto trabajaba como reparador de fosforeras. Anteriormente había ocupado cargos administrativos en diferentes centros laborales.